Las actividades normales, como bañarse o dormir, pueden convertirse rápidamente en una batalla de voluntades para los cuidadores y los enfermos de demencia. Los expertos dicen que en esos momentos exasperantes, tu ser querido está tratando de decirte algo.
“Las conductas relacionadas con la demencia son una forma de comunicación”, dice Monica Moreno, directora sénior de Cuidados y Apoyo en la Alzheimer’s Association.

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Las necesidades, las emociones o el entorno pueden desencadenar conductas preocupantes. Cuando la persona con demencia pierde la capacidad de comunicarse, el cuidador se tiene que convertir en detective para comprender lo que en realidad está sucediendo, dice Moreno. Ese trabajo de sabueso requiere pausar brevemente la acción cuando un ser querido se resiste, en vez de avanzar en forma determinada con la tarea.
“No es cuestión de que la agenda del cuidador no sea importante. Es que no puede ser lo primordial”, dice Vicki de Klerk-Rubin, autora de Validation Techniques for Dementia Care y directora ejecutiva del Validation Training Institute. La organización sin fines de lucro, con sede en Oregón, tiene videos breves en YouTube (en inglés) para educar a los cuidadores de personas con demencia sobre las mejores maneras de manejar situaciones específicas.
Aquí te explicamos cómo evaluar y abordar ocho conductas comunes relacionadas con la demencia.
1. Preguntas repetidas
Una persona que hace la misma pregunta con diferencia de minutos no recuerda haberla hecho, y mucho menos la respuesta. Pero puede recordar que hay algo en la agenda, lo cual posiblemente le provoque ansiedad. Para reducir la cantidad de preguntas, escribe las respuestas.
“Mantén un calendario o una pizarra y anota las cosas para que la persona pueda consultar allí”, dice la Dra. Helen C. Kales, psiquiatra geriátrica y directora del Departamento de Psiquiatría y Ciencias Conductuales en University of California Davis Health. “Dile: ‘Ya hemos hablado de esto; cuando tengas una pregunta, fíjate aquí’”.
No le digas nada sobre eventos con días de anticipación porque eso “le da a la persona un montón de espacio para preocuparse por ello”, dice Kales. Una rutina cotidiana estructurada también puede ayudar. Dado que el aburrimiento puede ser un factor, Kales sugiere asignarle a la persona tareas simples, como doblar la ropa lavada, cortar la lechuga para la ensalada o poner la mesa.
2. Deambulación
La necesidad de deambular con frecuencia surge en las últimas horas del día debido a la caída del sol. Pero, por lo general, los motivos para deambular son un cambio en la ubicación o una necesidad no satisfecha, dice el Dr. Ardeshir Hashmi, jefe de sección del Centro de Medicina Geriátrica de Cleveland Clinic.