Vida Sana

Derribar las barreras
Cada vez más organizaciones académicas, de activismo y del cuidado de la salud en todo el país están reconociendo las inequidades de salud y trabajan para ayudar a cerrar esa brecha para los latinos y otros grupos étnicos. Las 77 representaciones de la Alzheimer Association participan activamente en esfuerzos de acercamiento y divulgación entre las comunidades diversas, dice Monica Moreno, directora sénior de Atención y Apoyo. “Estamos trabajando estratégicamente con las representaciones para conectarnos con los líderes comunitarios y comprender mejor los desafíos que enfrentan con relación a la enfermedad de Alzheimer”, dice. “Les preguntamos qué creen que necesitan, y a partir de allí las representaciones trabajan con los líderes para diseñar un plan”.
Los investigadores también están dedicados a comprender mejor la demencia y la enfermedad de Alzheimer entre los latinos e incluir a más personas latinas en los ensayos clínicos. Además, muchas organizaciones y grupos de defensa, incluidos AARP y la Alzheimer’s Association, ofrecen ahora recursos en español. También se están realizando investigaciones para determinar si la genética y otros factores biológicos afectan el cerebro de modo diferente en las distintas poblaciones.
Los latinos y el Alzheimer: una crisis en aumento
Desde las últimas investigaciones hasta la obtención de un diagnóstico, cómo hacer frente a la prestación de cuidados y el manejo de las finanzas.

Según la Alzheimer’s Association, los latinos —el grupo de adultos mayores de mayor crecimiento en Estados Unidos— son 1.5 veces más propensos que las personas blancas no latinas a sufrir de la enfermedad de Alzheimer o de algún otro tipo de demencia.

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Los investigadores señalan factores socioeconómicos, acceso limitado a la atención médica de calidad y una mayor incidencia de trastornos de salud, entre ellos hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
Y a pesar de tener un índice más elevado de Alzheimer, los latinos también son más propensos a recibir diagnósticos incorrectos o tardíos, según un análisis publicado en la revista Medical Care (en inglés) en agosto del 2021.
Eso es importante, dicen los expertos, porque la detección temprana de la enfermedad puede conducir a mejores opciones de tratamiento y dar tiempo para prepararse para el futuro.
“La detección temprana es fundamental”, dice el Dr. Jacobo Mintzer, médico de plantilla e investigador principal en el equipo de investigación sobre la enfermedad de Alzheimer del Ralph H. Johnson VA Medical Center en Carolina del Sur. “Sabemos que los cambios en el estilo de vida pueden reducir marcadamente la probabilidad de avance de la enfermedad. También se está trabajando en una cantidad de compuestos nuevos que probablemente tengan la mayor eficacia en las primeras etapas de la enfermedad”.
Barreras culturales y estructurales para arribar a un diagnóstico
Hay varios factores estructurales y culturales que impiden que los hispanos que viven en Estados Unidos reciban un diagnóstico más rápido, dicen los expertos.
En la comunidad hispana —al igual que en muchos otros grupos— todavía existe un estigma alrededor de la enfermedad de Alzheimer, y son muchas las personas que no quieren reconocer la presencia de un problema. Alrededor del 20% de los latinos dicen que se sentirían insultados si el médico insinuara una evaluación cognitiva, en comparación con el 10% de los adultos blancos no hispanos, según la Alzheimer’s Association.
Puesto que la cultura latina valora el respeto por los mayores, algunos pueden sentir que es irrespetuoso cuestionar las acciones de un adulto mayor cuando comienza a mostrar signos de deterioro.
Además, todavía hay una creencia ampliamente generalizada en la comunidad hispana de que los problemas de memoria son una parte normal del envejecimiento.
Y también existen barreras estructurales en el sistema del cuidado de la salud en Estados Unidos que hacen que a los hispanos les resulte más difícil obtener un diagnóstico. Tal vez a los pacientes no les sea posible tomarse tiempo del trabajo para ir a una consulta médica. Tal vez no tengan transporte. O a lo mejor no tienen seguro médico.
“Oigo cosas como ‘no puedo tomarme el día en el trabajo’, ‘va a ser muy caro’ o ‘la espera es muy larga’”, dice Elizabeth Muñoz, profesora adjunta en University of Texas en Austin e investigadora de los predictores de la salud cognitiva en los adultos mayores.
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