Vida Sana

¿Lo sabías?
Se estima que unos 6 millones de personas en Estados Unidos sufren de demencia causada por la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia. Otros tipos incluyen la demencia frontotemporal, la demencia con cuerpos de Lewy y la demencia vascular. También es posible tener más de un tipo de demencia, lo que puede dificultar un diagnóstico preciso.
Fuente: National Institute on Aging
Los latinos y el Alzheimer: una crisis en aumento
Desde las últimas investigaciones hasta la obtención de un diagnóstico, cómo hacer frente a la prestación de cuidados y el manejo de las finanzas.

En una sombría mañana de mediados de noviembre del 2021, Jessica Cantú se encontraba en el estacionamiento de un centro de salud en la comunidad rural fronteriza del condado de Starr, en Texas, cuando sintió que algo la llamaba nuevamente a su ciudad natal.

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La enfermera de 45 años estaba allí para presenciar la inauguración de una nueva clínica de investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, llamada El Faro Health & Therapeutics Center, la primera en el condado de Starr y la única en un radio de muchas millas. Tan solo siete meses atrás, la enfermedad que se roba la memoria se había llevado a su padre.
“Sentía que su presencia me rodeaba”, recuerda Cantú, quien en ese momento vivía y trabajaba a casi una hora de distancia, en la ciudad de Edinburg.
En menos de dos semanas, Cantú se había sumado al equipo de El Faro, el centro abierto por Antonio Falcon, un confiable médico de familia durante cuatro décadas en Rio Grande City, y su hijo, James Falcon, un médico de emergencias que había prestado servicio en el Ejército de Estados Unidos. El propósito de la clínica, dice James Falcon, es brindar más oportunidades para que las personas latinas participen en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer.
La población latina de Estados Unidos es 1.5 veces más propensa que la población blanca no hispana a contraer Alzheimer o algún tipo de demencia relacionada. Y, sin embargo, solo representan una mínima porción de los participantes en ensayos clínicos —algunos estudios estiman que es entre el 1 y el 2%—, debido con frecuencia al conocimiento limitado de las oportunidades de investigación.
Mientras tanto, se anticipa que los latinos verán el mayor aumento de casos de demencia entre todos los grupos raciales y étnicos del país. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) predicen que 3.2 millones de latinos sufrirán de demencia para el año 2060.
En el condado de Starr, la realidad de estas estadísticas es muy palpable. La comunidad predominantemente hispana, de alrededor de 66,000 personas en la frontera entre México y Estados Unidos, tiene uno de los índices más altos del país de la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia. Más del 23% de los beneficiarios de Medicare en el condado de Starr han recibido el diagnóstico, según indican datos federales (en inglés).
La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer en condados vecinos también es alta en comparación con el promedio nacional de alrededor del 11%. Y hasta ahora, pocos residentes han tenido la oportunidad de participar en investigaciones sobre la demencia, la mayoría de las cuales se realizan en universidades y hospitales lejanos.
“Antes [de que abriera El Faro], ibas al médico y te decía: 'Lo siento, es un problema de memoria. No hay mucho que pueda hacer, solo vaya a casa y esté preparado, prepárese para eso'. Y ahí terminaba todo”, dice Cantú. “Ahora, hay esperanzas para el condado de Starr; hay esperanzas para el Valle del Río Grande”.
En cooperación con la organización sin fines de lucro Global Alzheimer’s Platform Foundation, El Faro comenzó a inscribir pacientes en su primer ensayo clínico el invierno pasado. El estudio evalúa si las pruebas de sangre y de biomarcadores digitales (un biomarcador es una sustancia en el organismo que puede señalar la presencia de una enfermedad) pueden detectar placas amiloides, una característica distintiva de la enfermedad de Alzheimer. Actualmente, la forma más común de saber si un paciente tiene estas placas viscosas de proteína que pueden alterar la función del cerebro es con una tomografía por emisión de positrones (PET) o una punción lumbar, dos métodos costosos e invasivos.
Los expertos dicen que es necesario contar con pruebas que puedan identificar la enfermedad al inicio de su curso, tal vez incluso antes de que aparezcan síntomas. Un diagnóstico temprano les da a los pacientes y a las familias tiempo para planificar y la oportunidad de inscribirse en ensayos en los que se prueban medicamentos que podrían salvar vidas.
El Faro tiene planes de lanzar otro estudio antes de fin de año junto con Davos Alzheimer’s Collaborative (en inglés), una organización enfocada en la diversificación de la investigación de la demencia en Estados Unidos y en el mundo. El estudio realizará el seguimiento de familias latinas de distintas generaciones y vigilará su salud con análisis de sangre y otras pruebas simples de detección, algunas de las cuales se han modificado para otorgarles más relevancia cultural con la inclusión, por ejemplo, de palabras e imágenes que representan mejor a la población latina. El objetivo —explica Rhoda Au, directora del estudio— es identificar los factores clave de riesgo que pueden estar provocando casos de demencia en este grupo y definir en qué momento esos riesgos entran en acción.
Se espera que los resultados de este estudio puedan ayudar a saber si las intervenciones tempranas en el estilo de vida o con medicamentos —digamos, a los 30, 40 o 50 años— podrían demorar la aparición de la demencia “o incluso evitarla, que es a lo que finalmente queremos llegar”, dice Au, directora del programa de grupo global de Davos Alzheimer’s Collaborative y profesora de Anatomía y Neurobiología en la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de Boston University.
La demencia no se ve igual en todos
A unas ocho horas al norte de Rio Grande City, en Fort Worth, Texas, el investigador Sid O’Bryant trabaja para hallar respuestas que puedan explicar por qué las personas de ascendencia mexicana, el grupo más grande de latinos en Estados Unidos, tienen un riesgo mayor que la población blanca no hispana de contraer Alzheimer y otras demencias relacionadas, y el motivo por el que pueden presentar síntomas años —a veces hasta una década— antes que sus homólogos. ¿Es por motivos biológicos? ¿O hay otros factores en juego?
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