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Vuelve el quimbombó

Sabrosa receta que puede preparar con pollo o cerdo.

Sin ánimo de repetirnos, volvemos al quimbombó en esta receta. Sucede que hay platos que vienen acompañados de ciertas estaciones, o tal vez sea que las estaciones vienen acompañadas de ciertos platos. Como prefiera, lo cierto es que un plato de quimbombó, por muchas razones es siempre una buena opción cuando empieza a refrescar.

Vea también: Kímbara, kimbara... quimbombó

En su momento, ya hablamos del valor nutritivo de la okra o quimbombó. Es bajo en calorías y el guiso que hicimos el año pasado, al llevar pollo, tampoco le añadió grasa ni calorías en exceso. Esta vez, hagamos un guiño a la receta y usemos unas chuletitas de cerdo sin hueso. Así es, de esas que encontramos en la sección de carnes del supermercado que a veces nos invitan a comérnoslas allí mismo.

Es muy fácil imaginar el cerdo en este potaje. Al igual que el pollo, la chuleta de cerdo puede integrarse en armonía con el resto de los ingredientes del guiso. Usted se la puede añadir magra al potaje y cocinarla poco a poco con el resto de los ingredientes. Pero también, y en honor al sabor, la puede sofreír un poquito antes y añadirla entonces, cortada en trozos.

Alguien se preguntará si no es mucho cerdo el tener los huesos ahumados y las chuletas en un solo plato. En realidad cada uno cumple aquí una función distinta. Los huesos ahumados le dan más sabor base al caldo, al potaje en sí, un poco para que el quimbombó no se sienta solo en medio de tanta agua. En cambio las chuletas son el elemento sorpresa del plato, aquél que en muchos se convertirá en razón para repetir.

Y es que, ¡fíjese si no van bien unos trozos de chuleta en este guiso! Otro ingrediente que se le añade, además del quimbombó son las bolitas de plátano. ¿Acaso alguien me va a decir que el cerdo y el plátano no se llevan? ¿Y qué me dicen de la calabaza y el cerdo? Por eso le sugiero que pase las chuletas por la mezcla base del quimbombó pues así la carne sellará sabores que después usted podrá apreciar como parte del conjunto.

Lo importante del quimbombó es añadir cada ingrediente en su momento, poniendo atención a las diferencias. Por ejemplo, la calabaza demora un poco en ablandarse, deberá añadirse cuando ya esté el caldo en la olla y dejarla cocinar unos 10 minutos en la primera fase.

El plátano, por su parte, ya está cocido y hecho bolitas, por tanto va casi al final o corre el riesgo de que se le desmoronen. Después que añada las bolitas de plátano trate el guiso con mucha delicadeza o todo se desintegrará y perderá parte del encanto, que no el sabor.

Así que, antes de que el frío comience a atacarnos, empecemos a preparar nuestras defensas. Y que mejor manera que con un buen plato de quimbombó, que puede acompañar con un poco de arroz blanco recién hecho, o simplemente servirlo como potaje. Le aseguro que a muchos les hará olvidar las barbacoas del verano. Acompáñelo con una copita de vino rosado a temperatura fresca, no muy frío.