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¿Qué tratamientos existen para la enfermedad de Alzheimer?

Hay medicamentos que alivian algunos síntomas, y algunas opciones nuevas podrían demorar las etapas tempranas de esta forma de demencia.


spinner image Pastillas blancas y sobre una resonancia magnética de un cerebro
ILDAR IMASHEV / GETTY IMAGES

En el mundo médico moderno, cuando a una persona le diagnostican una enfermedad, generalmente el primer paso es prescribir un medicamento (o dos) de eficacia comprobada para remediar el trastorno. Ojalá ese fuera el caso de la demencia y su causa más común, la enfermedad de Alzheimer. 

La demencia es un trastorno de deterioro cognitivo con intensidad suficiente para interferir con la capacidad de realizar tareas cotidianas, como administrar dinero, por ejemplo. Debido a que no conocemos completamente las causas de la demencia, es muy difícil crear medicamentos que detengan la enfermedad, y mucho menos que reviertan su avance.

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“Si bien hay fármacos desde hace décadas, están diseñados para el tratamiento de los síntomas, y sus efectos son modestos”, dice el Dr. James Leverenz, director del Centro de Salud Cerebral en Cleveland Clinic.

Entre los varios tipos de demencia, la mayor parte del desarrollo de fármacos se ha enfocado en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, que representa entre el 60 y el 80% de los casos de demencia. En la actualidad, 6.7 millones de personas en Estados Unidos viven con esta enfermedad. Los últimos dos años han sido alentadores: hay varios fármacos que han demostrado cierta eficacia en ensayos clínicos realizados con personas en las etapas iniciales de la enfermedad de Alzheimer (que no debe confundir con el Alzheimer de inicio temprano, que es el que se presenta antes de los 65 años).

Los fármacos parecen demorar el avance de la enfermedad, pero todos ellos tienen sus desventajas.

A medida que las investigaciones otorgan más prevalencia a algunas de las nuevas opciones farmacológicas, también hay estudios que apuntan a cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a prolongar la capacidad de realizar funciones de la vida cotidiana y mejorar los síntomas conductuales y psicológicos de la enfermedad.

A continuación presentamos una descripción general de los medicamentos que están disponibles en la actualidad y los que se vislumbran en un futuro próximo.

Medicamentos aprobados por la FDA para frenar la enfermedad de Alzheimer

Solo se han aprobado dos fármacos que actúan sobre algunas de las proteínas que se acumulan en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. Ambas aprobaciones se dieron con cautela, y uno de los medicamentos, Aduhelm (aducanumab), ya no está disponible. Aduhelm obtuvo la aprobación condicional de la FDA en el 2021, pero su fabricante, Biogen, la suspendió a fines de enero.

Leqembi (lecanemab) es un anticuerpo monoclonal que recibió la aprobación completa de la  FDA en julio del 2023. El medicamento se adhiere a las placas de amiloide que se acumulan en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer. Leqembi identifica las placas para que sean eliminadas del cerebro. Se cree que estas placas causan daño a las partes del cerebro que son importantes para la memoria, el razonamiento, el aprendizaje y la conducta.

Leqembi se administra en forma de infusión intravenosa cada dos semanas en un consultorio médico. En un estudio de fase 3, los fabricantes —Eisai y Biogen— demostraron que Leqembi redujo el nivel de placas de amiloide, al tiempo que también redujo en un 27% la tasa de deterioro cognitivo a lo largo de 18 meses en pacientes que se encontraban en las etapas iniciales de la enfermedad.

“No detiene la enfermedad y no hace que los pacientes mejoren, pero reduce la velocidad con la que empeoran”, dice el Dr. Ronald Petersen, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic.

El uso de Leqembi tiene limitaciones importantes.

La FDA dice que el fármaco es solo para quienes tienen deterioro cognitivo leve o demencia en fase leve. En esta fase de la enfermedad, la persona todavía funciona en forma independiente. 

El fármaco parece elevar el riesgo de un efecto secundario llamado ARIA (anomalías de imagen relacionadas con el amiloide). Las anomalías ARIA usualmente se ven como inflamación en el cerebro, que puede estar acompañada de hemorragia. En el gran estudio de Leqembi, aproximadamente el 17% de los pacientes experimentaron hemorragia cerebral, y el 13% experimentaron inflamación cerebral. La mayoría de estos efectos secundarios desaparecieron en cuatro meses. 

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Como las personas que tienen dos copias de la variante e4 del gen APOE, que eleva el riesgo de la enfermedad de Alzheimer, son más propensas a experimentar ARIA, a los pacientes potenciales se les deben realizar pruebas del gen APOE e4. Los pacientes que toman anticoagulantes también tienen un riesgo mayor de sufrir hemorragias cerebrales cuando toman Leqembi.

Una revisión (en inglés) de 31 estudios de este y otros fármacos que eliminan las placas de amiloide, publicada en marzo del 2023 en la revista Neurology, sugiere que estos fármacos pueden causar una reducción en el tamaño del cerebro.

“Podría ser que cuando el medicamento elimina el amiloide del cerebro, también reduce algo de su volumen”, dice el Dr. Gary Small, director de Psiquiatría en el Hackensack University Medical Center, en Nueva Jersey. 

Mientras que los fármacos que eliminan el amiloide son un paso en la dirección correcta, es posible que deban complementarse con otros tipos de medicamentos que se están creando para eliminar del cerebro la proteína llamada tau. En la enfermedad de Alzheimer, se forman ovillos de tau anormal dentro de las células nerviosas, lo cual crea problemas de comunicación entre las neuronas. Se están probando varios fármacos que eliminan la proteína tau en personas con Alzheimer. Uno de ellos es BIIB080, de Biogen, que redujo los niveles de tau más del 50% en un ensayo clínico inicial de 46 pacientes en la etapa temprana de la enfermedad.

Los medicamentos que desaceleran la enfermedad de Alzheimer están en proceso de investigación

En un estudio de fase 3 de un tercer anticuerpo monoclonal llamado donanemab, el fármaco demoró la pérdida de la facultad de razonamiento y de las habilidades de memoria en pacientes en la etapa inicial de la enfermedad de Alzheimer. 

Este medicamento “parece eliminar el amiloide que constituye el núcleo de las placas”, dice Leverenz. “La percepción es que ese amiloide es lo que genera los síntomas y el avance de la enfermedad al comienzo”. 

Los resultados de un estudio llevado a cabo durante 18 meses en el que se administraron infusiones de donanemab cada cuatro semanas a algunos pacientes mientras que otros recibieron un placebo, sugieren que el medicamento demoró el avance de la enfermedad, en promedio, entre cuatro y seis meses durante los 18 meses de tratamiento, según un informe (en inglés) de los investigadores publicado en julio en JAMA.

Esa demora en el avance de la enfermedad es importante. Pero algunos pacientes experimentaron inflamación y hemorragias cerebrales, y los investigadores también observaron el encogimiento del cerebro en pacientes que tomaban donanemab. La esperanza es que el donanemab tenga un perfil de inocuidad similar al de Leqembi y que se apruebe como otra opción de anticuerpo monoclonal para los pacientes, dice el Dr. Joel Salinas, especializado en Neurología Cognitiva y Conductual en NYU Langone Health, en Manhattan.

Los investigadores, incluidos quienes están patrocinados por AARP y otras organizaciones a través del Dementia Discovery Fund, están creando y poniendo a prueba varias otras estrategias para tratar la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. 

Medicamentos para aliviar comportamientos y otros síntomas

Hay varios medicamentos disponibles para tratar ciertos síntomas de la enfermedad de Alzheimer, y algunos se usan también para otras formas de demencia. Estos tratamientos no demoran el avance de la enfermedad. Entre ellos se cuentan los siguientes:

  • Inhibidores de la colinesterasa. Estos fármacos evitan la descomposición de la sustancia química del cerebro llamada acetilcolina, que es importante para la memoria y el razonamiento, dice Small. Aricept (donepezilo), Exelon (rivastigmina) y Razadyne (galantamina) son tres ejemplos, todos ellos aprobados para la enfermedad de Alzheimer. Exelon también está aprobado para tratar la demencia asociada con la enfermedad de Parkinson.
  • Namenda (memantina). Este medicamento inhibe la actividad de una sustancia química del cerebro llamada glutamato, que envía mensajes entre las neuronas. En la enfermedad de Alzheimer, las neuronas generan demasiado glutamato, lo cual lesiona y mata las células. Namenda está aprobado para personas con enfermedad de Alzheimer moderada a grave. El fármaco puede utilizarse solo o con un inhibidor de la colinesterasa, dice Small.
  • Belsomra (suvorexant). Este medicamento inhibe una sustancia química del cerebro llamada orexina, la cual puede impedir que una persona concilie el sueño. Belsomra está aprobado para tratar el insomnio en personas con la enfermedad de Alzheimer.

Los médicos también pueden prescribir los fármacos siguientes para ayudar a tratar los síntomas que pueden presentarse en etapas más avanzadas de la enfermedad:

  • Antidepresivos, como Zoloft (sertralina) para mejorar el estado de ánimo y la irritabilidad, si bien estudios recientes han cuestionado su eficacia.
  • Medicamentos antipsicóticos, como Risperdal (risperidona) o Haldol (haloperidol) para alucinaciones, delirios, agresividad o agitación. Estos fármacos podrían no ser apropiados para personas con demencia con cuerpos de Lewy o demencia por la enfermedad de Parkinson, advierte Petersen, ya que pueden empeorar los síntomas conductuales. 
  • El primer medicamento para controlar la agitación que recibió aprobación de la FDA ocurrió en mayo del 2023. Rexulti (brexpiprazol), se prescribe para la agitación asociada con la enfermedad de Alzheimer, desde caminar de un lado a otro y estar inquieto hasta mostrar conductas de agresión verbal y física. El fármaco viene con un recuadro negro de advertencia —el nivel de advertencia más alto de la FDA— con respecto a que las personas mayores con demencia que lo consumen tienen un mayor riesgo de muerte.

Si bien hay medicamentos para tratar otras formas de demencia, por lo general están orientados a un trastorno específico, dice Petersen. El tratamiento para la demencia vascular, por ejemplo, a menudo busca mejorar la salud de los vasos sanguíneos, lo cual significa tomar control de factores de riesgo, tales como la hipertensión, la diabetes tipo 2 y el sobrepeso.

Nota de redacción: este artículo, que originalmente se publicó el 17 de enero del 2024, se ha actualizado para incluir nueva información.

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