12 síntomas de dolor que nunca debes ignorar

3. Dolor en el pecho

Un adulto mayor que experimenta cualquier tipo de dolor en el pecho debe ser evaluado por un médico de inmediato, advierte Hanak, quien señala que un ataque cardíaco no siempre se manifiesta como un dolor repentino y agudo: "Muchas veces se trata de presión, pesadez o tensión al respirar". Otras señales de un ataque cardíaco son el mareo, la fatiga o la dificultad para respirar cuando se realizan actividades habituales como subir las escaleras o trabajar en el jardín. El dolor en el pecho también puede ser una señal de que un coágulo de sangre se ha trasladado a los pulmones o al corazón, un trastorno potencialmente mortal que necesita tratamiento inmediato.

4. Dolor en uno o ambos brazos, la mandíbula o entre los omóplatos

Estos síntomas menos conocidos de un ataque cardíaco son más propensos a afectar a las mujeres, según la Asociación Americana del Corazón. Las náuseas o los vómitos, la dificultad para respirar, los mareos y el aturdimiento son otros síntomas de ataque cardíaco a los que debes prestar atención. El dolor intenso entre los omóplatos también puede ser causado por un aneurisma o un desgarro en la aorta, un vaso sanguíneo principal.

5. El peor dolor de cabeza de tu vida

Padecer un dolor de cabeza de vez en cuando por lo general no es necesariamente algo de qué preocuparse. Más preocupante es uno que se siente más severo de lo normal, advierte Leap. Un dolor de cabeza también es causa de preocupación si se acompaña de rigidez en el cuello o en la nuca, debilidad o un cambio en la visión, o si hace poco te golpeaste la cabeza. También debes saber que si estás tomando anticoagulantes, el golpearte levemente la cabeza en el marco de la puerta puede causarte una hemorragia peligrosa en el cráneo.

6. Dolor abdominal intenso

Dolor en el abdomen que continúa empeorando —o que se acompaña de vómitos, hinchazón o fiebre— puede ser indicio de una apendicitis aguda, una infección grave, o diverticulitis. “Tú conoces tu cuerpo”, indica Leap. “Si se trata de un dolor intermitente que tienes desde hace años, eso quizás no sea causa de preocupación. Pero si es algo nuevo y no disminuye o sigue empeorándose, tienes que consultarlo”.

7. Dolor en la pantorrilla o en el muslo, especialmente si es solo en una pierna

El aumento del dolor en la pantorrilla o el muslo después de un período de inactividad, aunque no sea severo, puede ser indicio de una trombosis venosa profunda (TVP). Este tipo peligroso de coágulo de sangre es especialmente común en los pacientes que se están recuperando de una operación de rodilla o de cadera, dice Hanak. A veces, los pacientes describen el dolor como un calambre muscular, y a menudo va acompañado de hinchazón o enrojecimiento en la pierna. Las TVP necesitan ser atendidas enseguida porque los coágulos pueden trasladarse por el torrente sanguíneo y obstruir el suministro de sangre a los pulmones, una enfermedad posiblemente mortal denominada embolismo pulmonar.

8. Dolor de espalda intenso que dura más de 72 horas 

El dolor de espalda es común —afecta a alrededor de ocho de cada diez personas en algún momento de su vida— y suele mejorar solo con el descanso, el hielo y los analgésicos. Sin embargo, el dolor intenso de espalda que dura más de tres días puede ser una señal de un problema más grave, especialmente si el dolor empeora cuando te doblas o giras, dice el Dr. Douglas D. Dickson, profesor adjunto de Cirugía Ortopédica y de Columna Vertebral en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, en Dallas. Es posible que tengas un músculo o un ligamento desgarrado, una fractura de compresión o un cáncer metastásico en la columna vertebral, dice Dickson.

9. Dolor de espalda con entumecimiento pélvico o incontinencia

Presta atención si tu dolor de espalda va acompañado de entumecimiento en la ingle o el área de los glúteos, problemas para usar el baño o incontinencia. Estos son síntomas de una enfermedad poco común pero peligrosa llamada síndrome de cauda equina causado por la compresión de los nervios, explica Dickson. “Cuando eso sucede, el nervio está extremadamente comprimido”, dice. “Si no recibes ayuda de inmediato, tu función puede no recuperarse”. 

10. El dolor de una herida menor

Supongamos que estás trabajando en el patio y te hieres una mano. O tal vez te muerde un perro, o te cortas haciendo una reparación en el hogar. Si el dolor de la herida (especialmente si está enrojecida e hinchada) continúa empeorándose en los siguientes días, esto puede ser señal de una infección grave que puede tornarse mortal si no es atendida. “La materia orgánica causa infecciones que se extienden rápidamente”, explica Leap. “He visto astillas que se meten debajo de la uña y los pacientes dicen: ‘Está bien. Ya me ocuparé más tarde'. Unos días después, tienen manchas rojas en todo el brazo y una infección aguda".

11. Dolor después de un procedimiento o una inyección

Las inyecciones en la columna vertebral, las biopsias u otras terapias que incluyen inyecciones pueden causar infecciones o hemorragias ocasionalmente. Si experimentas dolor persistente o pérdida de la función después de una de ellas, llama a tu proveedor médico de inmediato.

12. Dolor con fiebre

Si tienes una temperatura alta y dolor, tu organismo puede estar luchando contra una infección peligrosa. Es especialmente importante buscar tratamiento de inmediato si:

• El dolor se produce en la boca, la garganta o el cuello. La hinchazón por una infección en esas áreas puede afectar las vías respiratorias, dice Leap.

• El dolor está en la parte inferior o superior de la espalda. Podrías tener una infección renal o una infección de la columna vertebral que podría causar parálisis si no se trata.

• El dolor está vinculado con un área de piel sensible e inflamada. Es posible que tengas una infección profunda de la piel llamada celulitis que podría propagarse y causar daño en los tejidos. O tal vez tengas un absceso lleno de líquido que esté infectado y necesite ser drenado.

• El dolor se encuentra en una herida quirúrgica o alrededor de esta. Las infecciones posoperatorias suelen aparecer en un plazo de 30 días, afirma Leap. Además de la fiebre, es posible que notes un aumento inesperado en el dolor, la hinchazón o el drenaje (pus) de la incisión.