Vida Sana
A pesar de lo que muestran las películas, un ataque al corazón no siempre causa dolor o presión tan intensos que hacen que la persona se agarre el pecho y se caiga al piso. La mayoría de quienes padecen un ataque cardíaco pasan por una experiencia mucho menos dramática. Y algunos no tienen ningún síntoma, o los síntomas son tan sutiles que se confunden con algo completamente distinto.
Conocidos como ataques cardíacos silenciosos o asintomáticos, estos representan un 20% de todos los ataques al corazón, según la American Heart Association (en inglés). Algunos especialistas calculan que la cifra es todavía mayor, más cercana al 50%.
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¿Qué es un ataque cardíaco silencioso?
Síntomas de un ataque cardíaco silencioso
En realidad, son pocas las personas que no presentan ningún síntoma. Pero las señales de un ataque al corazón pueden ser leves o confundirse con otros problemas de salud. Debes prestar atención a lo siguiente:
- Dificultad para respirar
- Debilidad o agotamiento
- Una sensación general de inquietud o incomodidad
- Sudor
- Náuseas o vómitos
- Mareos
- Dolor leve en la garganta o el pecho
- Dolor en la espalda o los brazos, como si se tratara de un esguince o una distensión muscular
Un ataque cardíaco ocurre cuando las arterias que transportan la sangre al corazón se ocluyen y privan al músculo cardíaco de oxígeno y nutrientes. Si alguien que esté teniendo un ataque cardíaco siente dolor o presión, eso se debe a este bloqueo, según el Dr. Eduardo Marban, director ejecutivo del Smidt Heart Institute en Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles.
Lo mismo sucede durante un ataque cardíaco silencioso: las arterias obstruidas impiden que la sangre oxigenada llegue al corazón. La única diferencia es que el problema pasa desapercibido. “No es necesariamente que no haya habido síntomas; es posible que el paciente no los haya reconocido como síntomas cardíacos y no se haya preocupado”, afirma Marban.
Por ejemplo, no es poco común que se ignore un ataque cardíaco silencioso porque se piensa que es una indigestión, una distensión muscular o un esguince, agotamiento o “simplemente sentirse muy cansado”, según Marban.
Es posible que quienes más tarde se dan cuenta de que tuvieron un ataque cardíaco asintomático se acuerden de que en ese entonces les faltó el aire, o que por una sensación general de incomodidad no pudieron dormir una noche, dice el Dr. Robert Lager, cardiólogo intervencionista de MedStar Washington Hospital Center en Washington D.C. Las náuseas, el sudor, los mareos y una sensación general de inquietud también son signos de un ataque cardíaco silencioso.
Si tienes cualquiera de estos síntomas, “no te quedes sentado preguntándote” cuál podría ser el problema. “El tiempo equivale a músculo”, señala Lager para referirse al daño que puede causar al corazón la disminución en el flujo de sangre. “Mientras más tiempo esperes para que te examinen, más probable será que padezcas daños irreversibles”.
Sin embargo, algunas personas en realidad no tienen ningún síntoma, ni moderado ni de otro tipo, cuando padecen un ataque al corazón. Por ejemplo, las personas con diabetes que tienen problemas del sistema nervioso que interfieren con las señales del dolor (conocidos como neuropatía) corren mayor riesgo de tener un ataque cardíaco literalmente silencioso, señala Lager. Las mujeres y los adultos mayores también son más propensos a tener un episodio sin síntomas de advertencia.
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