Vida Sana


Al menos 8 de cada 10 personas sufrirán dolor de espalda en algún momento. A veces esos dolores empiezan a desaparecer en unos pocos días. Pero en muchos casos, el dolor de espalda puede durar semanas, meses e incluso años. Y para descubrir la causa se necesita un serio trabajo de detective. “Con frecuencia el diagnóstico es un misterio”, dice el Dr. A.N. Shamie, profesor y jefe de cirugía espinal de la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA. “Consulta a un médico si el dolor de espalda perdura después de unos días de tomar analgésicos de venta libre o de un breve período de descanso, en especial si no está relacionado con ninguna actividad específica”. Aunque tu médico puede descartar una lesión u otra causa seria, tal vez dependa de ti darte cuenta de lo que desencadena el dolor. Es posible que se deba a una de estas causas inesperadas.

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1. No bebes suficiente leche

No es la leche en sí, sino la vitamina D que contiene. Los estudios descubrieron que quienes sufrían de dolores de espalda más intensos tenían los niveles más bajos de vitamina D. El efecto de la vitamina en la salud de los huesos podría explicar la conexión. Las investigaciones publicadas en Menopause hallaron que entre las mujeres posmenopáusicas que estaban considerando cirugía espinal, las que tenían una deficiencia grave de vitamina D presentaban más degeneración seria de los discos intervertebrales y más dolor de espalda. Los huesos más fuertes pueden ayudar a proteger contra el dolor de espalda y otros problemas debilitantes. Consulta al médico sobre tus niveles de vitamina D, aconseja Shamie de UCLA.

2. Tienes el torso débil

Los músculos del torso constituyen la “zona media” del cuerpo, dice la fisioterapeuta Karena Wu de ActiveCare Physical Therapy en la ciudad de Nueva York. Una zona media débil puede significar dolor de espalda crónico. Para ayudar a fortalecerla, al sentarte o pararte, imagina que tienes un hilo adherido a la cabeza que te tira hacia arriba. Ahora aprieta los músculos abdominales, tratando de no mover la pelvis, las costillas ni los hombros. Permanece en esa posición por el tiempo que te sientas cómodo.
3. Tienes un nietito nuevo
Son deliciosos, encantadores... y más pesados de lo que parecen. Si hace tiempo que no te has agachado para acostar a un bebé en su cuna o has levantado un niño del suelo en medio de un berrinche, lo estarás sintiendo en la zona lumbar. Para levantar a un bebé, ensancha tu base de apoyo separando los pies un poco y llevando el centro de tu cuerpo hacia el piso. Cuando muevas a los niños pequeños del piso a la cuna o del piso al asiento de seguridad del auto, sostenlos cerca de ti, dice el fisioterapeuta Matthew Minard, propietario de Human Movement Optimization en Charlotte, Carolina del Norte. “Imagina que hay un círculo alrededor de tus pies y quédate dentro de él”, aconseja él.
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