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Si el dolor de espalda se está convirtiendo en algo más constante en tu vida —a diferencia de un esguince sufrido de repente en el gimnasio—, no eres el único. Unos 6 millones de adultos en Estados Unidos viven con dolor lumbar crónico. En una encuesta realizada en el 2019 por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, casi el 46% de los adultos mayores de 65 años dijeron haber experimentado dolor de espalda en los últimos tres meses.
"A medida que envejecemos, vamos perdiendo el líquido de los discos vertebrales", explica el Dr. Gbolahan Okubadejo, cirujano ortopédico de la columna vertebral en el Institute for Comprehensive Spine Care. Al tener menos líquido, los discos tienden a colapsar, "el cuerpo se vuelve más rígido, y aumenta el riesgo de sufrir una lesión", agrega. En este contexto, hay muchos hábitos de vida que pueden aumentar aún más el riesgo. Algunos factores —como levantar en brazos a los nietos o trabajar de más en el jardín— son obvios, pero otros no. Aquí mencionamos diez factores sorprendentes que podrían contribuir a tu dolor de espalda.
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1. No bebes suficiente leche
No se trata de la leche en sí, sino de la vitamina D que contiene; algunos estudios han revelado que las personas con los dolores de espalda más intensos tenían los niveles más bajos de vitamina D.
El efecto de la vitamina en la salud ósea podría ayudar a explicar la conexión. Las investigaciones publicadas en Menopause hallaron que entre las mujeres posmenopáusicas que estaban considerando cirugía espinal, las que tenían una deficiencia grave de vitamina D presentaban más degeneración seria de los discos intervertebrales y más dolor de espalda. Los huesos más fuertes pueden ayudar a proteger contra el dolor de espalda y otros problemas debilitantes. Consulta a tu médico sobre tus niveles de vitamina D, dice el Dr. A. Nick Shamie , profesor y jefe de Cirugía de Columna en la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA.
2. Tienes el torso débil
Los músculos del torso constituyen la "zona media" del cuerpo, dice la fisioterapeuta Karena Wu de ActiveCare Physical Therapy en la ciudad de Nueva York. Una zona media débil puede significar dolor de espalda crónico.
Para ayudar a fortalecerla, al sentarte o pararte, imagina que tienes un hilo adherido a la cabeza que te tira hacia arriba. Ahora aprieta los músculos abdominales, tratando de no mover la pelvis, las costillas ni los hombros. Permanece en esa posición por el tiempo que te sientas cómodo.
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