Los adultos nacidos después de 1981 “son más propensos a asumir que los beneficios futuros serán inexistentes, mientras que las familias a las que les faltan entre cinco y diez años para reclamar el Seguro Social suponen que los beneficios se reducirán o se comprobarán los recursos económicos”, señala Cody Garrett, dueño de Measure Twice Financial, una empresa de planificación financiera en el área de Houston, Texas.
Decisiones difíciles
Manifestantes protestaron contra la privatización del Seguro Social en Capital Hill en Washington D.C., el martes, 26 de abril del 2005.
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Entonces, ¿qué debe suceder para que el Seguro Social esté protegido a largo plazo? Algunas variables —como la economía, los salarios, la expectativa de vida y los índices de natalidad— están fuera del control directo de la SSA o del Congreso. Pero si las proyecciones son más o menos acertadas, en teoría las opciones son relativamente simples: el Congreso deberá aumentar los impuestos, modificar los beneficios o hacer ambas cosas.
Aquí hay algunas de las estrategias principales evaluadas por los legisladores, comenzando con las formas de introducir más dinero al sistema.
- Ajustar el límite de ganancias imponibles. Este año, una persona que gana $1 millón con su trabajo pagará la misma cantidad de impuestos al Seguro Social que alguien que tiene un salario de $176,100. Si se eliminara el límite de salario imponible, los fondos fiduciarios seguirían siendo solventes hasta finales de la década del 2060, según el Seguro Social. Otras alternativas menos drásticas: aumentar el límite a un nivel más alto o crear un “período sin cobertura” en el impuesto sobre la nómina, en el que los ingresos entre el límite actual y un segundo umbral más alto (digamos, $400,000) no estén sujetos al impuesto sobre la nómina.
- Aumentar las tasas del impuesto sobre la nómina. Como dijimos, la tasa actual es del 12.4%. Hay quienes proponen un aumento gradual —digamos, para llegar al 14.4%— como una forma de incorporar dólares adicionales a los fondos fiduciarios. Pero algunos expertos advierten que esos incrementos impositivos tendrían un impacto mayor en quienes ganan salarios más bajos o trabajan en forma independiente.
- Ampliar la base. Algunos empleados estatales y locales no están cubiertos por el Seguro Social; solo tienen la cobertura de pensiones públicas. Incorporar a todos los empleados estatales y locales nuevos al sistema del Seguro Social crearía un gran influjo nuevo de fondos, si bien significaría que más adelante habría que distribuir pagos a más beneficiarios. Pero esta solución tampoco es simple, puesto que la medida podría crear problemas para los planes de pensión que se administran en nombre de los Gobiernos locales.
- Ampliar la definición de ingreso. Ciertos tipos de ingresos —como el valor del seguro de salud patrocinado por el empleador, por ejemplo— no están sujetos a los impuestos sobre la nómina del Seguro Social. Eliminar esas exclusiones aumentaría los ingresos del Seguro Social. Sin embargo, la SSA proyecta que esto solo extendería la solvencia de los fondos fiduciarios unos cuantos años. Un objetivo mucho más amplio, y por ende más complicado en el aspecto político, sería establecer un impuesto del Seguro Social sobre los ingresos anuales derivados de inversiones, en vez de solo sobre los ingresos laborales.
La otra cara de la moneda es implementar cambios que reduzcan los pagos de ciertos beneficiarios del Seguro Social. Estas son algunas de las estrategias que han circulado.
- Introducir mayor progresividad. Normalmente conocido como “comprobación de medios económicos”, este enfoque se basa en ajustar los pagos del Seguro Social según el salario, la riqueza o los ingresos del beneficiario. La idea es proteger a quienes se encuentran por debajo de cierto nivel anual de ingresos o salarios a fin de que reciban los beneficios completos; quienes están en mejor situación financiera sacrificarían parcial o totalmente sus pagos del Seguro Social.
- Recortar los beneficios de los beneficiarios nuevos. Otro enfoque sería pagarles a los nuevos jubilados algo menos de lo prometido por mes. Al recortar los pagos de los nuevos jubilados un 5% comenzando en el 2025, la vida de los fondos fiduciarios se extendería hasta 2036, según proyecta la SSA. Si tu pago mensual debía ser de $2,000, esa reducción lo llevaría a $1,900.
- Reducir el ajuste por costo de vida (COLA). Generalmente, cada año la SSA ajusta los pagos a los beneficiarios para ayudarlos a proteger su poder adquisitivo de la inflación. El parámetro que se aplica es el índice CPI-W (Índice de Precios al Consumidor para Trabajadores Asalariados en Zonas Urbanas y Trabajadores Administrativos), el cual toma en cuenta los aumentos generales de precios, desde manzanas hasta gasolina y alquileres. Han circulado propuestas para utilizar un parámetro de inflación diferente, o directamente reducir el COLA. Pero este enfoque es sumamente impopular. Típicamente, los aumentos anuales del Seguro Social han estado por debajo de la tasa general de inflación; reducir el COLA tendría un impacto sobre los beneficiarios que se acumularía con el tiempo, sin hacer mucho por mejorar la salud financiera del programa a largo plazo.
- Modificar el cálculo de los beneficios. Ajustar las fórmulas complejas que se utilizan para determinar los pagos del Seguro Social podría reducir levemente los beneficios, con lo que se podría ayudar a extender la vida de los fondos fiduciarios. A modo ilustrativo: la SSA usa los 35 años de salario más alto para determinar el beneficio jubilatorio. Si se utilizaran más años —38 o 40, por ejemplo—, se reduciría el promedio de ganancias anuales del beneficiario y, por consiguiente, su beneficio mensual.
- Aumentar la edad de jubilación. Actualmente, los beneficios del Seguro Social pueden comenzar a cobrarse a los 62 años con pagos reducidos. Una persona que espera hasta cumplir 66 o 67 (la edad plena de jubilación), tendrá derecho a recibir el beneficio completo. El aumento gradual de ambos límites de edad aliviaría algo de la presión que sufren los fondos fiduciarios. Pero también perjudicaría a los jubilados que no pueden esperar más tiempo para recibir los pagos del Seguro Social. “Hay muchos trabajos en los que la capacidad física simplemente se desgasta”, dice el excongresista Ribble, de Wisconsin.
Luego, están las ideas más radicales. Algunos han sugerido eliminar totalmente el programa y convertirlo a cuentas individuales similares a los planes de jubilación 401(k), en los que el trabajador contribuye algo o todo de sus impuestos actuales sobre la nómina a una cuenta de jubilación, que él mismo administra, con inversiones en acciones, bonos y otros valores. Los riesgos y las recompensas de las decisiones de inversión corren por cuenta del trabajador.
El presidente George W. Bush propuso un plan así en el 2005, pero fue firmemente rechazado por AARP. Los expertos también señalan que un programa de ese tipo haría que los fondos fiduciarios se agotaran más rápidamente, lo cual representaría un mayor riesgo para los beneficios actuales.
Hacer las cosas bien
Aunque muchas de sus disposiciones provocaron un vigoroso debate, la legislación de 1983 negociada entre el presidente de la Cámara de Representantes, Tip O'Neill, y el presidente Ronald Reagan, que ha mantenido solvente el programa durante las últimas cuatro décadas, finalmente obtuvo un gran apoyo bipartidista.
“El fondo fiduciario de OASI llegó a un punto en el que técnicamente se habría agotado en 1982”, dice el actuario jefe de la SSA, Stephen Goss, refiriéndose a la parte de las arcas del Seguro Social que paga los beneficios de jubilación y para sobrevivientes. (La otra parte, llamada fondo DI, paga beneficios por incapacidad). Afortunadamente, algunas maniobras técnicas permitieron realizar pagos completos hasta que las Enmiendas al Seguro Social de 1983 se convirtieron en ley.
Ese proyecto de ley elevó gradualmente la edad plena de jubilación para los beneficiarios a 67 años, añadió impuestos sobre los pagos del Seguro Social para algunos beneficiarios y aumentó la tasa del impuesto sobre la nómina, todo lo cual sería difícil llegar a un consenso hoy en el Congreso.
Los legisladores en el Congreso todavía proponen rutinariamente proyectos de ley para modificar el Seguro Social, que van desde pequeños ajustes hasta reformas sustanciales. Decenas de miembros han presentado proyectos de ley de este tipo en los últimos años; hasta la fecha, ninguno ha pasado a una votación plena.
¿Sobre una sola pata?
Las personas en Estados Unidos dependen del Seguro Social. Durante mucho tiempo se ha dicho que el Seguro Social se creó para brindar el 40% del ingreso jubilatorio. Pero según información de la Administración del Seguro Social (en inglés), los beneficios representan el 90% o más de los ingresos del 12% de los hombres y del 15% de las mujeres de 65 años o más. Incluso una reducción modesta de los beneficios tendría consecuencias considerables para esas personas. Y para el 39% de los hombres y el 44% de las mujeres de esa edad, los beneficios del Seguro Social representan el 50% o más de sus ingresos.
Con alrededor de 69 millones de beneficiarios; eso significa que decenas de millones de ciudadanos dependen en gran medida del programa. Y ya en este momento los pagos que reciben no son altos. El beneficio jubilatorio promedio del Seguro Social en febrero de 2025 fue de $1,981 al mes, o $23,772 al año. ¿El alquiler promedio de un apartamento de un dormitorio en Estados Unidos? Alrededor de $1,607 al mes, según Rent.com.
“Cuando investigué el tema, probablemente la persona más afectada por el Seguro Social fue una viuda que vivió hasta agotar los ahorros familiares y ahora, a edad avanzada, vive estrictamente del Seguro Social”, dice Ribble. “Está tratando de vivir con un cheque mensual de $700 u $800 dólares”.
A pesar de que quienes dependen completamente del Seguro Social están en dificultades y los fondos fiduciarios enfrentan una merma, los legisladores no han tomado medidas... todavía. De todos modos, si la historia sirve de guía, hay motivo para tener esperanza de que el Congreso hallará una solución. Como indica Goss, que se jubiló del Seguro Social en enero del 2025 después de una carrera de 50 años con el programa: “Nunca hemos llegado al punto en que se agotaron las reservas y tuvimos que reducir los beneficios”.
AARP y el Seguro Social
Durante más de 65 años, AARP ha luchado para proteger los beneficios del Seguro Social que los trabajadores se han ganado merecidamente, responder preguntas sobre el programa y asegurar que continúe teniendo solidez financiera para las generaciones venideras. Así se ven estos esfuerzos hoy.
Defensa de derechos en Washington y más allá:
En el 2025, AARP continúa exhortando al Seguro Social a que mantenga y mejore el servicio al consumidor que los estadounidenses han pagado y a los miembros del Congreso a que refuercen las finanzas a largo plazo del Seguro Social y cumplan las promesas hechas a los beneficiarios, actuales y futuros.
Hemos luchado con determinación contra recortes arbitrarios al ajuste por costo de vida (COLA) y contra las propuestas del Congreso para crear una comisión fiscal (en inglés) que podría centrarse en el Seguro Social como una forma de abordar los déficits presupuestarios. Y luchamos arduamente para asegurar que los beneficiarios del Seguro Social pudieran recibir los pagos de estímulo económico sin tener que presentar una declaración separada.
Continuaremos señalando a la Administración del Seguro Social (SSA) los problemas de atención al cliente y sus soluciones, y trabajando activamente para que el Congreso apruebe la financiación necesaria, de modo que la agencia pueda brindar beneficios y servicios en forma apropiada y rápida a su creciente base de clientes.
Nueve estados aún aplican impuestos sobre los beneficios del Seguro Social. AARP continuará trabajando a nivel estatal para reducir o eliminar esta carga tributaria para más jubilados y sus familias.
Ayuda para responder tus preguntas:
El Centro de recursos sobre el Seguro Social, de AARP, puede ayudarte a encontrar respuestas a preguntas simples y complejas sobre el Seguro Social. Y la calculadora de beneficios del Seguro Social, de AARP, puede ayudarte a descubrir cómo maximizar tus beneficios.
Seminarios en línea:
AARP ofrece seminarios interactivos gratuitos (en inglés) para ayudar a las personas mayores de 50 años a tomar decisiones informadas sobre el Seguro Social. Los interesados también pueden acceder a seminarios anteriores relacionados con la planificación financiera y el Seguro Social, y obtener ayuda de expertos en jubilación.
Una fuente valiosa
La edición actualizada de la publicación de AARP Social Security for Dummies (en inglés) es la única guía que necesitas para navegar el complejo mundo de los beneficios del Seguro Social. Encuentra más información en aarp.org/dummies.
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