Por último, hay que responder la pregunta de cuánto, si algo, deseas dejarles a tus hijos o a una organización benéfica. Hay quienes desean dejarles todos sus ahorros a sus hijos o la iglesia que prefieran —lo cual está bien, pero requiere una tasa de ahorro mucho más alta que un plan cuya única meta es que el dinero te dure para toda la vida—.
Factor n.º 2: ¿cuánto ganarás sobre tus ahorros?
Nadie sabe lo que ganarán las acciones, los bonos o los certificados de depósito bancarios durante los próximos 20 años. Para hacernos una idea, podemos mirar el historial de rendimiento a largo plazo.
Según Morningstar Direct, las acciones han ganado un promedio del 10.150% al año desde 1927, un período que incluye la Gran Depresión al igual que la Gran Recesión. Los bonos han ganado un promedio anual del 5.01% durante el mismo período. Las letras del Tesoro, que representan lo que podrías recibir de un depósito bancario, han tenido un rendimiento anual de un 3.3%. La inflación anual ha promediado un 2.95% en ese periodo, dice Morningstar.
La mayoría de las personas no mantienen el 100% de sus ahorros jubilatorios en una sola inversión. Si bien podrían tener parte de su cartera en acciones para aumentar el capital, a menudo tienen parte en bonos para amortiguar los inevitables bajones de las acciones. Según Vanguard Group, el rendimiento promedio de una mezcla del 60% en acciones y el 40% en bonos ha sido del 6.9% hasta finales de 2024, reflejando tanto la volatilidad reciente del mercado como su resiliencia a largo plazo.
Los planificadores financieros con frecuencia recomiendan tener cuidado al estimar el rendimiento de una cartera de inversiones. Gary Schatsky, planificador financiero de Nueva York, aspira a un rendimiento del 2.5% después de la inflación, que sería un 5.5% en la actualidad. Puede parecer una cifra modesta, afirma Scharsky, aunque probablemente es mejor tener un objetivo demasiado bajo y equivocarse que errar al tener uno demasiado alto.
Factor n.º 3: cuánto tiempo vivirás y la edad de jubilación
Debido a que nadie en realidad sabe la respuesta a esa pregunta, lo mejor es analizar los promedios. A los 65 años, el hombre promedio puede esperar vivir 18.8 años más, hasta casi los 84, según datos del Censo de Estados Unidosl. La mujer promedio de 65 años puede esperar vivir más allá de los 85 años.
“La mayoría de las personas se equivoca estimando una vida más corta”, dice Schatsky. Sin embargo, eso puede ser un gran error: si planificas tu jubilación pensando que vivirás hasta los 80 años, tu cumpleaños número 81 podría no ser tan festivo como esperabas.
Comprender cómo la esperanza de vida afecta la planificación de la jubilación es crucial, ya que influye directamente en cuánto tiempo deben durar tus ahorros. Puedes incorporar este factor en tu planificación utilizando una tabla actuarial o consultando con un asesor financiero para crear un plan personalizado que se ajuste a tus necesidades. Este enfoque ayuda a garantizar que estés preparado para una jubilación segura.
Tiene sentido fijarte en cuánto tiempo vivieron tus padres y abuelos cuando intentas estimar por cuánto tiempo necesitarás tu dinero. “Si estás casado y tus padres y abuelos vivieron hasta casi 100 años, la única manera en la que tú no lo harás es si no miras a ambos lados al cruzar la calle”, dice Bass, planificador financiero de Texas. Sin embargo, a menos que sepas que tu salud es delicada, es probable que lo mejor sea planear vivir 25 años después de jubilarte, hasta los 90 años.
Incluso si no tienes ese nivel de confianza, si gozas de buena salud y hay antecedentes familiares de longevidad, es mejor crear un plan financiero que pueda cubrir al menos 25 años de jubilación.
Factor n.º 4: ¿cuánto puedes sacar de los ahorros cada año?
En un estudio de referencia de 1994, se intentó encontrar la tasa de retiro más sostenible de las cuentas de ahorro para la jubilación durante períodos de tiempo distintos. Se descubrió que un inversor con una cartera del 50% en acciones y el 50% en bonos podía retirar el 4% de la cartera durante el primer año y ajustar la cantidad de dinero que sacaba con la tasa de inflación cada año posterior sin arriesgarse mucho a que se le acabara el dinero antes de fallecer.
Por ejemplo, si tienes $250,000 en ahorros, podrías sacar $10,000 en el primer año y aumentar la cantidad por inflación cada año durante los próximos 30 años. Las tasas de retiro más altas a partir del 7% anual aumentaban mucho las probabilidades de que el dinero en la cartera se acabaría en menos de 30 años.
Desde entonces, los planificadores financieros y los investigadores han perfeccionado la regla. En 2025, muchos expertos sugieren que la regla del 4% es un punto de partida útil, pero no una solución universal.
Investigaciones recientes de William Bengen, el creador original de la regla, sugieren que con un portafolio más diversificado —incluyendo acciones de pequeña capitalización y acciones internacionales— los jubilados podrían retirar de manera segura entre 4.7 y 5.25%, dependiendo de las condiciones del mercado y su flexibilidad.
En análisis más recientes de la regla del 4% se sugirió que se pueden mejorar los resultados con unos ajustes sencillos; por ejemplo, al no sacar dinero de tu fondo de acciones durante un mercado bajista, o no hacer “aumentos” por inflación durante un período de varios años.
Sin embargo, por lo menos al principio, es mejor si puedes ser conservador con los retiros de tus ahorros, para reducir el riesto de que vivir más allá de tus ahorros.
Factor n.º 5: fuentes de ingresos
Al planificar la jubilación, es esencial considerar todas las posibles fuentes de ingresos. Aunque la regla del 4% es muy conservadora para la mayoría de las personas y requiere una cantidad considerable de dinero para generar ingresos adecuados, muchas personas necesitarán combinarla con otras fuentes de ingresos para mantener su estilo de vida. Por ejemplo, un fondo de jubilación de 1 millón de dólares generaría 40,000 dólares al año en ingresos.
Para muchas personas, trabajar un poco más ayudará a cerrar la brecha de ahorro. Fuentes de ingresos adicionales, como el Seguro Social, pensiones o trabajos de medio tiempo, pueden ayudar a complementar esta cantidad y cerrar cualquier brecha en los ahorros. No solo seguirás recibiendo un salario, sino que también podrás retrasar el cobro de los beneficios del Seguro Social y recibir pagos mensuales más altos.
“Es una decisión seria cuando decides jubilarte, porque no puedes volver a abrir el grifo de ingresos”, dice Schatsky. “Cada día que trabajas te da la posibilidad de aumentar tu disfrute durante la jubilación”.
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