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Sandra Moñino: “La alimentación es la medicina del futuro”

Así asegura esta nutricionista, cuyo libro “Adiós a la inflamación”, desmiente los mitos sobre lo que es comer y vivir con salud.


Sandra Moñino
AARP; (Fuente: Juan Manuel Caro López; Getty Images)

La nutricionista Sandra Moñino conoce muy bien la confusión y desinformación que existe hoy día en torno a vivir una vida sana y comer saludablemente. Y es que, a pesar de las buenas intenciones, el estilo de vida moderno que solemos llevar nos deja frustrados, cansados, con sobrepeso y con un riesgo mayor de desarrollar serios problemas de salud como lo son la diabetes, el cáncer o enfermedades cardiovasculares.

Moñino lo sabe porque ella misma no se alimentaba bien antes de obtener su título en Nutrición Humana y Dietética en su natal España y crear su consulta privada Nutriciónate.

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“Odiaba las verduras y no había forma de que probara algo nuevo”, comparte.

Hoy, trabaja con muchos pacientes que tienen dificultad para rebajar de peso, dolores de cabeza frecuentes, insomnio y molestias digestivas que son, precisamente, dice Moñino, los principales signos de inflamación. Y se dio cuenta de que, aunque muchas personas piensan que se alimentan bien, la realidad es que no es así. Por lo que decidió escribir "Adiós a la inflamación: Recupera tu salud, retrasa el envejecimiento y siéntete mejor que nunca", recién lanzado en Estados Unidos en español, con una edición en inglés programada para julio del 2025.

Por suerte, señala, “la inflamación crónica no es para toda la vida, porque se puede revertir mediante una alimentación antiinflamatoria”. Además, recalca, “hay mucha diferencia entre un menú establecido como ‘saludable’ y uno antiinflamatorio”.

Aquí nos habla más a fondo sobre los temas y consejos que trata en su libro, que además incluye su reto de tres días y un plan de recetas antiinflamatorias variadas, sencillas, y ¡absolutamente deliciosas!

Felicidades por el lanzamiento de tu libro en Estados Unidos. ¿Qué van a encontrar los lectores en este libro?

Es un libro lleno de información valiosa, real y práctica que les ayudará a prevenir la inflamación o a disminuirla, en el caso de que la sufran. Por otro lado, los lectores descubrirán que hacer ‘dieta’ no es lo que siempre habían pensado y que la alimentación tiene mucho poder incluso para revertir patologías ya existentes que ni se imaginaban que podrían estar relacionadas con la alimentación.

Cuando hablas de retrasar el envejecimiento, ¿a qué te refieres principalmente?

Se trata de hacerlo a nivel fisiológico, de las células del cuerpo. Reducir la inflamación crónica puede retrasar el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades asociadas a la edad, ya que, por un lado, la inflamación crónica genera radicales libres contribuyendo al deterioro celular, además de la pérdida de la capacidad de división celular, lo que lleva a un envejecimiento antes de lo previsto. Por otro lado, la inflamación crónica hace que nuestro sistema inmune no nos proteja combatiendo infecciones o reparando tejidos, y que los distintos órganos del cuerpo se deterioren y envejezcan antes debido a esa inflamación sistémica.

Sabemos que la comunidad hispana en Estados Unidos tiene un índice alto de obesidad y de diabetes. ¿Qué consejos ofreces a las personas que sufren de diabetes, en particular, la diabetes tipo 2?

 A las personas que sufren diabetes tipo 2, les recomendaría llevar una alimentación antiinflamatoria priorizando alimentos con bajo nivel glucémico, con alto contenido en fibra, variada en frutas y verduras, con la cantidad adecuada de proteínas de gran valor biológico, grasas saludables, pero baja en harinas refinadas, azúcar, edulcorantes, grasas hidrogenadas, y por supuesto, dejando atrás el alcohol, bebidas carbonatadas, el tabaco, y que se hidraten bien.

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Además, es importante añadir hábitos saludables que son esenciales para combatir esta enfermedad, como hacer ejercicio físico, gestionar el estrés, dormir al menos 7-8 horas, o aumentar la exposición a la naturaleza.

¿Como nutricionista, qué le dirías a las mujeres que se acercan o se hallan en plena menopausia?

Primero, que no deben agobiarse. Esta etapa es un proceso natural de la vida que, aunque puede venir acompañada de síntomas molestos debido a la bajada de estrógenos y el aumento de andrógenos u hormonas masculinas, existen muchas estrategias para llevar mejor los cambios físicos, emocionales y hormonales que van surgiendo, pudiendo así mejorar su calidad de vida.

¿Qué pueden hacer para minimizar cambios como la pérdida de cabello, masa ósea y otros asociados a la edad y a esta etapa?

Llevar una alimentación antiinflamatoria, por ejemplo, va a ayudar a reducir la resistencia a la insulina, disminuir la grasa localizada en la zona abdominal, mejorar la salud ósea, cardiovascular y a ayudar a regular nuestras hormonas, entre otros beneficios. Existen suplementos nutricionales que también podrían ayudar en esta etapa como por ejemplo el magnesio o la vitamina D en el caso de tener déficit y no poder cubrir con los requerimientos a través de la alimentación o el sol en el caso de la vitamina D. En el libro tenemos un capítulo dedicado a esta etapa con muchos más consejos.

Una gran preocupación entre nuestros lectores es cómo controlar la ansiedad, los niveles de cortisol, los trastornos cardiovasculares y la presión alta derivados de la ansiedad. ¿Cómo ayuda un estilo de vida antiinflamatorio a combatir este ciclo de ansiedad?

Un estilo de vida antiinflamatorio es ideal para combatir la ansiedad, reducir los niveles de cortisol y prevenir enfermedades cardiovasculares. La ansiedad prolongada genera liberación constante de cortisol y contribuye a la inflamación sistémica debido a la relación intestino-cerebro que existe. A largo plazo, esto incrementa el riesgo de hipertensión, arteriosclerosis y otros trastornos cardiovasculares.

Los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 como el pescado azul más pequeño: la caballa, los boquerones o las sardinas tienen efectos ansiolíticos y antiinflamatorios, protegiendo además el corazón, por lo que un consumo de estos al menos de dos a tres veces a la semana acompañado, obviamente de una alimentación saludable antiinflamatoria en general, sería lo más adecuado para combatir este problema. Al reducir la inflamación va a ayudar indirectamente a la gestión emocional y la reducción de la ansiedad debido a la conexión intestino cerebro de la que hablábamos antes.

Otros factores que podrían favorecer la reducción de la ansiedad y nuestra salud cardiovascular son el ejercicio regular como caminar, montar en bicicleta o entrenamientos de fuerza con pesas; meditar o practicar yoga; tener un sueño reparador a diario y aumentar las relaciones sociales que nos aporten bienestar.

En tu libro dedicas un capítulo a la microbiota o flora intestinal y su conexión con el cerebro. ¿Qué consejos encontraremos que nos ayude a mantener a raya las demencias y el deterioro cognitivo?

Mantener el cerebro ágil y prevenir el deterioro cognitivo está estrechamente relacionado con la salud de la microbiota intestinal, ya que el eje intestino-cerebro juega un papel fundamental en la regulación de la inflamación, la producción de neurotransmisores y la protección contra enfermedades neurodegenerativas.

Si nuestra microbiota intestinal está en mal estado o tenemos disbiosis intestinal, esto hará que se produzca inflamación crónica y como consecuencia podría desencadenar en una neuroinflamación, que es un factor clave en enfermedades como el Alzheimer o la demencia. Además, debido a esta conexión intestino-cerebro, un desajuste en nuestra microbiota puede afectar al estado de ánimo, la memoria o la concentración.

Como bien explico en mi libro, una alimentación antiinflamatoria acompañada con el consumo de prebióticos como ajo, cebolla, patata enfriada, manzana o setas, y probióticos como yogur, kéfir o chucrut, ayudaría a mejorar nuestra salud tanto a nivel físico y mental como fisiológico.

Tres pasos para reducir la inflamación

  1. Llevar una alimentación lo más variada posible, esto hará que tengamos una mayor diversidad bacteriana, lo que se traduce en una microbiota más saludable, capaz de ayudarnos a absorber más nutrientes de los alimentos que consumimos, a encontrarnos mejor a nivel emocional o a reforzar nuestro sistema inmunitario entre otros beneficios.
  2. Eliminar o reducir al máximo alimentos o hábitos que tienen un efecto proinflamatorio en nuestro organismo como harinas refinadas, azúcar, edulcorantes, alcohol, tabaco, bebidas carbonatadas o aceites refinados.
  3. Cambiar la mentalidad y no ver la alimentación saludable antiinflamatoria como algo aburrido y destinada solamente a la pérdida de peso, ya que hay mucho más allá de esto.

—Sandra Moñino

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