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Los miembros de la generación X planean depender del Seguro Social, pero temen que no lleguen a tener esa posibilidad

Las encuestas muestran que una generación que se acerca a la jubilación está cada vez más ansiosa por la salud fiscal del programa.


un hombre sostiene una taza frente a su casa, rodeado de vegetación.
Kip Corriveau, 59, en Palm Harbor, Florida. Cree que sus ahorros no cubrirán su jubilación, por lo que ve al Seguro Social como su base.
Zack Wittman

Kip Corriveau, un residente de Florida de 59 años, dice que está "extremadamente preocupado" sobre si el Seguro Social estará disponible para cuando él se jubile. Planea seguir trabajando por varios años más, posiblemente más allá de la edad tradicional de jubilación de 65 años.

John Quinn, un hombre de 60 años de Carolina del Norte, dice que nunca ha revisado su cuenta de Seguro Social porque no está convencido de que su beneficio será una fuente confiable —o suficiente— de ingresos para la jubilación. Estima que estará trabajando hasta los 75 años.

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Jennifer Reaves, una mujer de 56 años de Carolina del Sur, está desarrollando un plan de jubilación que no incluye el Seguro Social, por si acaso. "Puede que esté o no esté allí", dice sobre un programa al que ha estado contribuyendo durante 41 años, desde su primer trabajo en un Burger King.

Todos ellos son integrantes de la generación X, el grupo nacido entre 1965 y 1980. Los miembros mayores de esta generación cumplen 60 este año, convirtiéndolos en la próxima ola de jubilados después de los boomers.

A medida que se acercan a sus años dorados, están ansiosos por la jubilación en general y preocupados por el Seguro Social en particular, incluso cuando muchos dicen que esos pagos mensuales de beneficios constituirán una parte significativa de sus ingresos de jubilación.

En una encuesta del 2024 realizada por el Transamerica Center for Retirement Studies, el 77% de los encuestados de la generación X estuvieron de acuerdo con la afirmación: "Me preocupa que cuando esté listo para jubilarme, el Seguro Social no estará disponible para mí". Al mismo tiempo, una encuesta de AARP de junio del 2025 encontró que el 81% de la generación X planean depender sustancial o parcialmente del Seguro Social para sus ingresos de jubilación.

"Se sienten más financieramente vulnerables" que otras generaciones, dice Tina Ambrozy, vicepresidenta sénior de Nationwide, la firma de seguros y servicios financieros. "Debería ser un período emocionante en su vida. Pero claramente, muchos no lo sienten así".

La primera generación posterior a las pensiones

La generación X ha sido apodada el "hijo del medio" del país, atrapada entre dos cohortes más grandes, los boomers mayores y los milénicos más jóvenes. Sus años de trabajo han sido tumultuosos, marcados por la crisis financiera del 2008, la pandemia de COVID-19 y, más recientemente, el aumento del costo de vida impulsado por la inflación persistente y los aranceles.

Esos vientos en contra han hecho más difícil ahorrar para la jubilación. En un informe de junio del 2025 (en inglés) sobre los hallazgos de su encuesta, el Transamerica Center estimó que los hogares de la generación X tienen un promedio de $107,000 ahorrados en cuentas de jubilación. "Para una jubilación que podría durar 25 o 30 años o más, [eso] no llegará muy lejos", dice Catherine Collinson, presidenta y directora ejecutiva del centro.

Muchos de los integrantes de la generación X entraron al mercado laboral en los años 80, señala Collinson, justo cuando las empresas del sector privado estaban eliminando las pensiones de beneficios definidos, que proporcionan un ingreso garantizado en la jubilación, pero antes de que los planes de ahorro 401(k) (en inglés) estuvieran ampliamente disponibles. "Nadie tiene pensiones ya", dice Kip Corriveau, quien ha pasado su carrera en el sector sin fines de lucro.

Actualmente es el director de un refugio para personas sin hogar en el condado de Pinellas, Florida, y su esposa es podóloga. Aunque ya terminaron de criar a sus hijos, ahora están cuidando a tiempo completo al padre de su esposa, quien tiene la enfermedad de Alzheimer y ha vivido con ellos durante nueve años.

"Hemos ganado mucho menos dinero a lo largo de los años porque hemos sido cuidadores", dice. "Mi esposa tuvo que reducir su horario de trabajo a realmente solo los sábados", cuando él puede hacerse cargo de las tareas de cuidador.

Corriveau dice que no planea jubilarse de su empleo hasta que tenga 67 años, y puede que continúe trabajando a tiempo parcial después de eso. No espera que los ahorros para la jubilación de él y su esposa cubran sus costos de vida, incluidas las facturas de servicios públicos que regularmente alcanzan los $500 al mes.

"Así que realmente, el Seguro Social es como la base", dice. Pero le preocupan los posibles recortes al programa y las amenazas de cambiarlo o privatizarlo.

Según la encuesta del Transamerica Center, casi el 40% de los miembros de la generación X esperan jubilarse a los 70 años o más, o no hacerlo en absoluto. Es más probable que citen preocupaciones financieras, incluyendo no tener suficientes ahorros para la jubilación y temores de que los pagos del Seguro Social sean menores de lo esperado.

¿Actuará el Congreso a tiempo para la generación X?

La disminución de las pensiones y el aumento de los planes de contribución definida en el lugar de trabajo, como los 401(k), que hacen que la mayoría de las personas en Estados Unidos sean responsables de financiar su propia jubilación, ha "aumentado el papel del Seguro Social" para la generación X, dice Joel Eskovitz, director sénior para asuntos de Seguro Social y ahorros en el Instituto de Políticas Públicas de AARP.

En la encuesta de AARP de junio, solo el 17% de los encuestados de la generación X dijeron que planeaban depender principalmente de una pensión pagada por la empresa en la jubilación, mientras que el 41% dijeron que dependerían de los pagos del Seguro Social.

Eskovitz dice que la realidad ha chocado con la baja confianza en el programa, alimentada en parte por la incertidumbre y la mala interpretación sobre la salud financiera del mismo. La encuesta de AARP mostró que muchos miembros de la generación X no confían en que el Gobierno cumpla sus promesas y creen que los fondos del Seguro Social se están "acabando".

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Según el informe anual del 2025 de la Junta de Fideicomisarios del Seguro Social, se proyecta que los fondos fiduciarios del programa se quedarán sin dinero en el 2034, solo dos años después de que la primera ola de la generación X alcance su edad plena de jubilación de 67 años. Los beneficios no terminarían si eso sucede, pero se reducirían en un estimado del 19%.

Para evitar un déficit, el Congreso debe aumentar los ingresos que financian el Seguro Social, reducir el gasto total en beneficios o adoptar un plan que combine ambos enfoques. AARP ha presionado a los legisladores durante mucho tiempo para que actúen más temprano que tarde para proteger y fortalecer el Seguro Social. 

Eskovitz confía en que los legisladores estabilizarán el programa antes de que la generación X se vea afectada. "Quieren dar a las personas mucho tiempo" para ajustar sus planes de jubilación, dice. "Sería un desafío para el Congreso decirles a las personas que están justo al borde de la jubilación, 'Lo que estabas esperando no va a pasar'".

La encuesta de AARP encontró una confusión generalizada entre los miembros de la generación X sobre las implicaciones de un déficit en el fondo fiduciario. Más del 40% de los encuestados en ese grupo de edad dijeron que el Seguro Social no podría pagar ningún beneficio si los fondos fiduciarios se agotaran, y otro 17% dijeron no estar seguros de lo que sucedería. Solo el 31% respondieron correctamente que los beneficios continuarían pero se reducirían.

El "por si acaso"

Nick Socha, un asesor financiero de Northwestern Mutual, dice que no le sorprende que haya confusión sobre la solvencia del Seguro Social o incluso sobre elementos más básicos del programa. “La mayoría de la gente no ha profundizado en el Seguro Social o realmente no ha leído sus estados de cuenta del Seguro Social”, dice.

Al igual que Eskovitz, Socha no cree que el Congreso arriesgue la reacción política que vendría con reducir drásticamente los beneficios del Seguro Social y dice que comparte esa opinión con clientes preocupados.

“Solo se necesita un ajuste relativamente pequeño en esos números para hacer que el Seguro Social sea más sostenible de lo que es hoy”, dice. “La gran incógnita son solo la política y el momento”.

Aun así, al construir planes financieros para la jubilación, algunos clientes de la generación X le piden que incluya un “recorte” en sus pagos estimados del Seguro Social o que los deje fuera por completo, porque están demasiado nerviosos por el futuro del programa.

Jennifer Reaves está en ese grupo. Ella es escéptica de que los líderes políticos en Washington aborden el déficit de financiamiento del Seguro Social.

“Simplemente, no creo que haya alguien en el liderazgo que esté trabajando para tratar de hacer realidad la promesa” del Seguro Social para la generación X y las generaciones futuras, dice. “Y eso me decepciona, porque aquellos de nosotros que hemos estado trabajando durante décadas... hemos estado aportando al sistema”.

Reaves ha trabajado por más de 30 años como enfermera de atención urgente, lo que incluía ir a donde fuera necesario durante la pandemia. Su esposo trabaja en el sector financiero, y tienen dos hijos adultos.

una mujer con vestido a rayas blanco y negro está de pie en un camino rodeado de vegetación.
Jennifer Reaves está en una encrucijada respecto a su jubilación.
William Crooks

Al igual que muchos miembros de la generación X, se endeudaron para ayudar a que uno de sus hijos pudiera estudiar en la universidad y ahora están ayudando a cuidar a los padres de Reaves. Según un informe de bienestar financiero del 2025 de la firma tecnológica Payroll Integrations, el 17% de los trabajadores de la generación X reportaron haber retirado dinero de un 401(k) u otro fondo de jubilación para pagar deudas.

“Después de criar hijos y trabajar a tiempo completo... simplemente estás cansada”, dice Reaves. Planea jubilarse a los 62 años y solicitar el Seguro Social de inmediato, aunque recibiría un pago mensual mucho mayor si esperara hasta su edad plena de jubilación de 67 años. Casi 3 de cada 10 miembros de la generación X encuestados por Northwestern Mutual para su Estudio de Planificación y Progreso del 2025 (en inglés) sienten lo mismo.

Reaves no cuenta con el Seguro Social como una fuente confiable de ingresos a largo plazo de todos modos. “Mi esposo y yo hemos tratado de trabajar y ahorrar y tratar de prepararnos” para una jubilación sin ese beneficio, dice.

"Estoy preparada para ajustar mi estilo de vida".

Para cuando tenía 40 años, John Quinn pensaba que estaba financieramente seguro. Como consultor financiero y gerencial, había acumulado suficientes ahorros para enviar a sus tres hijos a la universidad y financiar una jubilación de “club de campo” para él y su esposa.

Dejó su firma de consultoría, se mudó con su familia de Chicago a Carolina del Norte y comenzó un fondo de inversión inmobiliaria que no implicaba tanto viajar. "Dejé la consultoría para ser un mejor papá", dice.

Luego, llegó el colapso financiero del 2008, y vio cómo el valor de su empresa inmobiliaria "se fue por el precipicio". Tuvo que vaciar todas sus cuentas de jubilación y empezar de nuevo. Ahora dirige una empresa que ayuda a las corporaciones a manejar sus costos de atención médica.

"Espero que podamos liquidar nuestra empresa y convertir eso en suficiente riqueza que nos lleve a través de la jubilación", dice Quinn. "Estoy preparado para ajustar mi estilo de vida si tengo que hacerlo".

En cuanto al Seguro Social, Quinn dice que concluyó temprano en su carrera que no podía contar con el programa durante su jubilación. Dice que eso era "una manera de pensar muy, muy común en ese período" entre las personas que él consideraba bien educadas.

"El mensaje general era, más vale que ahorres o inviertas adecuadamente, porque hay un 50-50 de probabilidades de que no esté allí", añade. Cuando veía el número de FICA en su cheque de pago —la cantidad retenida para financiar el Seguro Social— "solía reírme y decir, 'Nunca voy a ver nada de ese dinero'".

Quinn dice que aún solicitará sus beneficios cuando se jubile, pero no cuenta con esto en su plan de jubilación. "Nunca en mi vida he pensado en cuánto va a ser mi cheque del Seguro Social".

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