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- Repórtalo en el mapa de rastreo de estafas (en inglés), de AARP
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Las estafas de suplantación de identidad, conocidas como “phishing”, tienen como propósito adquirir datos personales y financieros valiosos —tales como tu número de Seguro Social, detalles de tarjetas de crédito o contraseñas para cuentas en internet— para robar tu identidad, tu dinero, o ambos. Casi todas están asociadas con el correo electrónico, pero pueden presentarse de muchas maneras, incluso a través de medios sociales, anuncios emergentes, “vishing” (suplantación de identidad por teléfono), “smishing” (suplantación de identidad por mensajes de texto) y “pharming” (que redirige a las víctimas a sitios web falsos).

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En el contexto de las tecnologías digitales, se trata de una estrategia ya antigua, que data de mediados de los años 90, pero las estafas de suplantación de identidad se han vuelto cada vez más frecuentes y sofisticadas. El último Informe sobre delitos en Internet del FBI (en inglés) cita 300,497 informes de delitos relacionados con el “phishing”, que resultaron en una pérdida total de más de $52 millones de dólares en 2022 (aunque generalmente las estafas no suelen denunciarse, por lo que es probable que las cifras reales sean mucho más altas).
La estafa frecuentemente cuenta con algún tipo de suplantación, y los estafadores expertos en el fraude electrónico pueden hacerlo muy bien. Suenan autoritarios por teléfono, cambian el identificador de llamadas para que muestre el número real de una empresa o agencia gubernamental, y usan logotipos conocidos para que sus sitios web y correo electrónico aparenten ser legítimos.
Los estafadores te atraen con promesas de regalos (productos o servicios gratuitos, un gran premio de la lotería, una subvención del Gobierno) o te amenazan con daños financieros o legales por supuestas deudas fiscales o facturas de servicios públicos en mora, por ejemplo. Podrías recibir una llamada o correo electrónico de aspecto oficial de tu banco, o de una compañía de tecnología tal como Apple o Netflix, en la que te advierten que existe un problema con tu cuenta.
Otra versión común: mensajes falsos de entrega de paquetes, aparentemente del Servicio Postal, FedEx o UPS, advirtiendo sobre algún tipo de problema de entrega.
Hasta podrías recibir un correo electrónico que aparenta ser de uno de tus amigos o colegas solicitando un favor, que generalmente implica que le compres tarjetas de regalo.
Algunos estafadores piratean cuentas y recopilan datos personales de sus víctimas para lanzar ataques dirigidos a ellas, (una práctica conocida como “ataques focalizados”). Los grupos criminales internacionales usan correos electrónicos falsos en fraudes extendidos a empresas para penetrar las redes de computadoras de las compañías o engañar a los empleados para que paguen facturas falsas.
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