Por qué muchas mujeres mayores están creando pequeñas empresas

La vida de Tenita Strand cambió inesperadamente tras enterarse de que se había convertido en abuela joven. En el momento en que su atención se centró en su familia en crecimiento, comenzó a reevaluar el valor de su tiempo. Cuando se dio cuenta de que las dos horas diarias de viaje al trabajo se habían convertido en una carga, tomó la decisión de renunciar a su carrera de diez años en el Programa de Asistencia Alimentaria de Alabama. Pero una vez que sus responsabilidades como cuidadora disminuyeron, le resultó difícil reincorporarse al mercado laboral. Fue en ese momento cuando decidió crear su propia empresa. En abril del 2019, fundó Status Co. Leather Studio con solo $1,500 y el objetivo de construir una seguridad financiera y una riqueza generacional para su familia.

Hoy, Status Co. Leather Studio en Daleville, Alabama, está certificada por la Administración de Pequeñas Empresas (SBA) y otras organizaciones como una pequeña empresa propiedad de mujeres y minorías. Además de vender sus bolsos y fundas para cojines modernos directamente a los compradores, Strand se ha expandido a un modelo de negocio B2B (de transacciones comerciales entre empresas) con servicios de envío y procesamiento de pedidos para grandes minoristas. Su historia refleja una tendencia emergente en el panorama empresarial: empezó un negocio por necesidad que con el tiempo se transformó en una empresa exitosa.

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El emprendimiento está en auge entre las mujeres

A pesar de los obstáculos y de la reducción de la participación en la fuerza laboral, las mujeres continúan creando negocios a un ritmo más rápido que los hombres, ya que persiguen sus pasiones y buscan seguridad financiera. Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, entre el 2019 y el 2020 hubo un aumento del 27% en las empresas propiedad de mujeres en las industrias de la atención médica, el comercio minorista, la alimentación y las bebidas.

Durante la “Gran Renuncia” del año pasado, muchas personas se están tomando el tiempo de replantearse su calidad de vida, sus objetivos financieros y los principales motores de su realización personal. Los dos últimos años han sido especialmente difíciles para las mujeres mayores, ya que muchas de ellas han tenido que equilibrar sus responsabilidades como cuidadoras de su familia con su trabajo y carrera.

La revista Harvard Business Review informa de que “los empleados de entre 30 y 45 años han tenido el mayor incremento en las tasas de renuncia, con un aumento medio de más del 20% entre el 2020 y el 2021”. Algunas de esas renuncias pueden ser de exempleados que optan por convertirse en empresarios, especialmente ahora que montar un negocio no requiere necesariamente una inversión costosa, como demuestra el préstamo de $1,500 de Strand. Monetizar tus habilidades con pasos pequeños y asequibles puede abrir oportunidades de ganancia y aportar ideas sobre cómo podrías hacer crecer tu negocio.

La historia de Strand es un hilo más en el tapiz de los viajes empresariales que se están produciendo actualmente en la fuerza laboral de Estados Unidos. En su caso, el emprendimiento se convirtió en una necesidad para construir la seguridad financiera de su familia. Decidió utilizar sus habilidades operativas y administrativas para generar ingresos cuando tenía dificultades para encontrar un trabajo adecuado. Es un camino que muchas están considerando hoy.