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¿Existe realmente la “zona quemagrasas”?

Si quieres bajar de peso, olvídate de esa zona de intensidad de entrenamiento y prueba, en cambio, estas estrategias.

spinner image Tres mujeres se ejercitan en un gimnasio
FG Trade / Getty Images

Si alguna vez has usado las máquinas del gimnasio para hacer ejercicio aeróbico, probablemente habrás notado un colorido gráfico con zonas de frecuencia cardíaca que muestra una mágica “zona quemagrasas”. El gráfico indica que el ejercicio de baja intensidad con actividad cardíaca sostenida en forma pareja es la mejor manera de quemar las grasas.

Pero los expertos dicen que la zona quemagrasas es engañosa y envía un mensaje equivocado a quienes quieren bajar de peso.

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“No tiene sentido”, dice David C. Nieman, director del Laboratorio de Rendimiento Humano de la Universidad Estatal de los Apalaches en Carolina del Norte. “El gráfico es incorrecto porque no considera el total de calorías quemadas ni lo que sucede después del ejercicio”.

En realidad, según explican Nieman y otros expertos, la mejor manera de quemar grasas es ejercitarse a intensidades más altas —elevar la frecuencia cardíaca hasta aproximadamente el 70% o más del máximo— y modificar la dieta para consumir menos calorías.

La conexión entre el metabolismo y la pérdida de grasa

La idea de la zona quemagrasas surgió de lo que conocemos sobre el metabolismo humano, dice M. Brennan Harris, presidente del Departamento de Kinesiología en la Universidad de William & Mary en Virginia.

En pocas palabras, cuando te ejercitas vigorosamente y el cuerpo necesita energía de inmediato, tiende a obtenerla de los carbohidratos, no de las grasas, porque le resulta más fácil descomponerlos. Por el contrario, cuando estás menos activo, el organismo recurre a las grasas para obtener la mayor parte de la energía que necesita.

Basándose en ese concepto, los promotores originales de la zona quemagrasas recomendaron mantener el nivel de ejercicio en un ritmo moderado —normalmente, alrededor del 60% de la frecuencia cardíaca máxima— para quemar un mayor porcentaje de grasas que de carbohidratos.

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El problema, dicen los expertos, es que el porcentaje de grasas que usa el organismo en comparación con el de carbohidratos no es lo que determina la pérdida de peso. Si así fuera, podríamos bajar de peso con solo dormir o estar sentados todo el día, ya que es en esos momentos cuando el organismo obtiene la mayor proporción de energía de las grasas.

En realidad, lo más importante si deseas adelgazar es el total de energía que quemas en calorías.

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“Si quieres bajar de peso, tienes que quemar más de lo que consumes”, dice Nieman.

3 maneras mejores de quemar las grasas

En vez de buscar la “zona quemagrasas”, prueba estos consejos basados en la investigación para maximizar la cantidad de grasas que quemas durante la actividad física:

1. Eleva la frecuencia cardíaca

Cuanto más vigorosa sea la actividad, más grasas quemarás en un lapso corto de tiempo. Además, la investigación de Nieman demuestra que, luego de una sesión de ejercicios de alta intensidad, el organismo continúa quemando más calorías de lo normal durante horas.

Idealmente, debes buscar que la frecuencia cardíaca llegue a al menos el 70% de tu frecuencia cardíaca máxima, dice Nieman. Como a la persona común le puede resultar difícil monitorear la frecuencia cardíaca, Nieman sugiere prestar atención al nivel de esfuerzo percibido. “Te debe costar, como no poder mantener una conversación prolongada”, dice. (La Asociación Americana del Corazón recomienda entre el 70 y el 85% de la frecuencia cardíaca máxima correspondiente a tu edad para una sesión de actividad física intensa, y entre el 50 y el 70% del valor máximo para una sesión de nivel moderado).

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2. Prueba el entrenamiento de intervalos de alta intesidad (HIIT)

Las investigaciones demuestran que alternar períodos breves de ejercicio intenso con períodos de descanso —modalidad conocida como “entrenamiento de intervalos de alta intensidad”, o HIIT— puede ayudar a quemar las grasas. Varios metaanálisis (en inglés) diferentes publicados en la última década indican que el entrenamiento de intervalos ayuda a quemar considerablemente más grasas que ejercitarse a un ritmo continuado y parejo.

Puedes alternar entre caminar tres minutos a tu ritmo regular y luego caminar rápido durante un minuto, dice, o probar intervalos similares en una máquina de remar o una bicicleta, o mientras nadas. Mira el video de una rutina HIIT para principiantes al pie de este artículo.

3. Incorpora el entrenamiento de resistencia

Es sabido que el entrenamiento de resistencia puede desarrollar los  músculos, pero hay cada vez más investigaciones que indican que también puede reducir las grasas. Una revisión de 58 estudios publicados en Sports Medicine (en inglés) halló que el entrenamiento de resistencia durante al menos cuatro semanas redujo la grasa corporal, en promedio, un 1.46%. Y en un estudio del 2021 (en inglés), investigadores de la Universidad de Kentucky descubrieron que el entrenamiento de resistencia genera cambios a nivel molecular que estimulan la quema de grasas.

Las pautas para la actividad física publicadas por el Gobierno recomiendan hacer entrenamiento de resistencia dos veces por semana. Eso no significa necesariamente levantar grandes pesos: trabajar con el peso de tu propio cuerpo o con bandas de resistencia puede ser igualmente eficaz.

Por supuesto que cualquier ejercicio es mejor que nada, así que si no puedes hacer ejercicio vigoroso o una rutina de intervalos de alta intensidad, no te desesperes. Caminar, entrenarte con pesas livianas, hacer ejercicio en una piscina o incluso unas simples sentadillas también son actividades fantásticas para tu salud. Numerosos estudios demuestran que es mejor moverse más que moverse menos. Si realmente quieres probar a ejercitarte a una frecuencia cardíaca más elevada, comienza con un nivel de ejercicio fácil a moderado y ve aumentando gradualmente. Y siempre que consideres comenzar a ejercitarte o probar una rutina nueva, debes consultar con el médico para confirmar que es algo seguro para ti.

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