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Los peligros ocultos de los analgésicos de venta libre

Los medicamentos de venta libre no están libres de riesgo. Esto es lo que debes saber.


spinner image Una mujer lee la etiqueta de un analgésico de venta libre
GETTY IMAGES

En los estantes de las farmacias existen muchas opciones para aliviar el dolor. Hay píldoras, parches, cremas y líquidos, todos diseñados para aliviar lesiones y dolores cotidianos.

Y según revelan las investigaciones, los adultos mayores son quienes consumen más de estos medicamentos de venta sin receta. Aproximadamente la mitad de las personas de entre 50 y 80 años toman dos o más medicamentos no recetados, entre ellos suplementos, según un informe del 2020 de la encuesta National Poll on Healthy Aging de University of Michigan.

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Pero solo porque algo se vende sin receta médica no significa que no implique riesgos, dice Amy Thompson, subdirectora del Departamento de Farmacia Clínica y profesora clínica adjunta de la Facultad de Farmacia en University of Michigan. “Y esos riesgos aumentan a medida que envejecemos”, agrega.

A continuación, lo que debes saber antes de tomar un analgésico de venta libre.

Acetaminofeno

También conocido bajo la marca Tylenol

El acetaminofeno o paracetamol es uno de los medicamentos usados más comúnmente en Estados Unidos y el principal analgésico de venta libre recomendado a la mayoría de los adultos mayores. Se puede tomar para aliviar dolores de cabeza y musculares y para reducir la fiebre. También sirve para tratar la osteoartritis, el tipo de artritis causado por el desgaste cotidiano, según Ashley Garling, profesora clínica adjunta de la Facultad de Farmacia en University of Texas en Austin.

Sin embargo, debido a que tomar demasiado acetaminofeno puede causar daños al hígado, ciertas personas deberían reducir su dosis o evitarlo por completo. Si tienes una enfermedad hepática o consumes tres o más bebidas alcohólicas al día, habla con el médico antes de tomar acetaminofeno. (El alcohol hace que el hígado convierta una mayor parte del acetaminofeno en subproductos tóxicos; si esas toxinas se acumulan, pueden causar daño).

De lo contrario, Garling dice que “siempre y cuando tu dosis diaria total sea menor de 3,000 miligramos [en un ciclo de 24 horas], por lo general es bastante inocuo”.

Según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), tomar una dosis mayor de la recomendada no brindará mayor alivio y puede ser peligroso.

El peligro a menudo está oculto

Pero puede ser difícil mantener la dosis diaria por debajo de 3,000 miligramos, en particular debido a que cientos de otros medicamentos contienen acetaminofeno, incluidos los medicamentos de venta libre para aliviar los resfriados y la gripe (Theraflu y Sudafed son ejemplos) y los medicamentos antialérgicos.

“Alguien podría estar tomando Tylenol para el dolor de rodilla y NyQuil para un resfriado, sin darse cuenta de que ambos medicamentos contienen Tylenol. Fácilmente podría sobrepasar la dosis diaria sin darse cuenta”, afirma Thompson.

Presta mucha atención a la etiqueta, pues la sobredosis de acetaminofeno es la causa más común de las lesiones del hígado asociadas con los medicamentos. Según la FDA, no siempre se usa la palabra “acetaminophen” (acetaminofeno o paracetamol); a veces se utilizan abreviaturas como APAP, Acetaminoph, Acetaminop, Acetamin o Acetam.

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Lo que debes saber sobre los analgésicos “PM”

Los adultos mayores deben evitar la versión para la noche de todos los analgésicos, dice Hillary Lum, geriatra y profesora adjunta de la División de Medicina Geriátrica en la Facultad de Medicina de University of Colorado. Estos medicamentos a menudo contienen difenhidramina, un antihistamínico que puede ayudar a dormir; por eso, los nombres de los productos muchas veces incluyen “PM” para indicar que se deben tomar de noche. Pero estos medicamentos también pueden causar caídas, confusión, visión borrosa y problemas urinarios en los adultos mayores. Además, algunos estudios han vinculado a la difenhidramina con un aumento del riesgo de padecer demencia. Si estás utilizando un analgésico de uso nocturno principalmente como somnífero, habla con el médico sobre otras opciones.

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE, o NSAID en inglés)

También conocidos como ibuprofeno (marcas Advil y Motrin) y naproxeno (Aleve)

Los antinflamatorios no esteroideos son otro tipo de analgésicos que se venden sin receta. Ayudan a aliviar el dolor causado por la inflamación, como en el caso de artritis o de una lesión deportiva, y también pueden ayudar a controlar la fiebre y aliviar dolores de cabeza y dolores musculares leves.

Sin embargo, los AINE no se recomiendan para todos, y a los adultos mayores muchas veces se les aconseja evitarlos o al menos tomarlos con precaución. Eso se debe a que pueden aumentar varios riesgos en los mayores de 50 años.

Hemorragias, problemas cardíacos y otros peligros ocultos

Tomar antinflamatorios no esteroideos puede causar hemorragias en el estómago o el tubo digestivo, que pueden ocurrir sin señales de advertencia y ser graves. Quienes toman AINE todos los días o con regularidad corren mayor riesgo de padecer estos efectos adversos, según la FDA. El riesgo también es mayor para los adultos mayores de 65 años, las personas con antecedentes de úlceras estomacales y quienes toman anticoagulantes como la warfarina o corticosteroides como la prednisona.

Los adultos con problemas de presión arterial deben tener en cuenta que los AINE pueden elevar la presión. Y todos los antinflamatorios no esteroideos, salvo la aspirina, pueden aumentar las probabilidades de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral, incluso después de unas pocas semanas de estar tomándolos. Las personas con enfermedades cardiovasculares corren el mayor riesgo.

Los AINE también se han vinculado a lesiones renales en los adultos mayores, “algo que también me preocupa mucho”, dice Thompson. “A medida que envejecemos, dependemos mucho de [lípidos en el cuerpo conocidos como] prostaglandinas para mantener el flujo de sangre a los riñones. Y la manera en la que funcionan [los AINE] es que inhiben esas prostaglandinas” y hacen que se contraigan los vasos sanguíneos, lo que puede causar lesiones en los riñones.

Por último, los antinflamatorios no esteroideos presentan un riesgo de reacciones cutáneas, según advierte la FDA. Los pacientes deben estar pendientes de síntomas de enrojecimiento, sarpullido o ampollas en la piel.

“Por eso, en realidad [los AINE] deberían ser la última opción, lo cual es interesante porque la mayoría de la gente los toma primero. Pero para los mayores de 50 años, este medicamento debe bajar de lugar en la lista y ser reemplazado por algo como Tylenol”, afirma Garling.

Lo que debes saber sobre la aspirina

La aspirina es un antinflamatorio no esteroideo, pero por lo general no se recomienda como analgésico para los adultos mayores pues puede causar hemorragias estomacales y cerebrales, y el riesgo de hemorragia aumenta con la edad. Además, otros medicamentos de venta libre son más eficaces para aliviar el dolor, según Garling y Thompson.

La aspirina sí puede servir como un tratamiento preventivo para quienes tienen enfermedades cardiovasculares o ya han padecido un ataque al corazón o un derrame cerebral. El uso habitual puede reducir el riesgo de otro incidente cardiovascular, pues evita que se coagule la sangre y aumenta el flujo de sangre al corazón y al cerebro. No se recomienda para prevenir problemas cardíacos en alguien que nunca los ha tenido, y a menudo se usa de forma indebida para eso.

Consulta siempre a tu profesional de la salud antes de empezar un tratamiento con aspirina, para sopesar los beneficios y los riesgos y verificar que puedes tomar los medicamentos recetados y de venta libre que estás tomando al mismo tiempo que la aspirina. De otra forma, “se podría estar causando más daño que bien al organismo”, según la FDA.

Analgésicos tópicos

No todos los analgésicos son píldoras. Los medicamentos tópicos (geles, cremas, parches y aerosoles) pueden ser eficaces al actuar de manera selectiva para aliviar el dolor, en especial para los dolores localizados en ciertos músculos y articulaciones. Además, si te preocupan los efectos secundarios de las píldoras, los analgésicos tópicos conllevan menos riesgos “porque la absorción es menos generalizada”, señala Thompson.

  • Antinflamatorios no esteroideos de uso tópico: algunas cremas de venta libre contienen antiinflamatorios no esteroideos, entre ellos el diclofenaco de sodio (marca Voltaren), un medicamento popular y eficaz para tratar el dolor causado por la artritis. Los efectos secundarios típicos de los AINE son menos preocupantes con los productos tópicos, pero de todos modos deben tenerse en cuenta, en particular para quienes tienen antecedentes de problemas estomacales o cardíacos.

  • Lidocaína y mentol: un ingrediente clave en otros analgésicos tópicos es la lidocaína. Tiene un efecto anestésico que “puede ayudar mucho cuando el dolor es más agudo y punzante”, afirma Garling. El mentol, que causa una sensación refrescante, es otro ingrediente activo común en las cremas y los aerosoles para aliviar el dolor.

  • Capsaicina: si te gusta la comida picante, quizás conozcas la capsaicina, pues es el compuesto que le da el sabor fuerte a los chiles picantes. Pero además, ayuda a bloquear las señales de dolor en el organismo y puede ser una forma segura y eficaz de aliviar los dolores en las articulaciones y los músculos, al igual que las neuropatías (dolores causados por daño en los nervios de las manos y los pies) que muchas veces sienten las personas diabéticas, según Garling. Acuérdate de lavarte las manos después de aplicártela en la piel; evita que te entre capsaicina en los ojos. Y no te des por vencido demasiado rápido, recomienda Garling. “La mayor advertencia es que debe usarse con regularidad. [...] A veces demora hasta dos semanas antes de que se note una gran diferencia”.

Una desventaja de los analgésicos tópicos: con frecuencia cuestan más que sus contrapartes para uso oral, dice Thompson. Por ejemplo, un tubo de 5.3 onzas de Voltaren cuesta $28, mientras que una botella de 50 píldoras de ibuprofeno cuesta unos $5.

Habla con el médico y el farmacéutico

El punto clave sobre los analgésicos de venta sin receta es mantener informado a tu profesional de la salud, afirma Hillary Lum, geriatra y profesora adjunta de la División de Medicina Geriátrica en la Facultad de Medicina de University of Colorado. En especial, “porque ahora hay cada vez más medicamentos de concentración más alta que se venden sin receta y cuyas instrucciones de uso son muy difíciles de entender”.

¿Qué aconseja ella? Por lo menos una vez al año, llévale al médico una lista de todo lo que estés tomando, “incluso los suplementos y los medicamentos de venta libre”. No te olvides de incluir en esta lista los productos de CBD (canabidiol), señala Lum. Los aceites, las lociones y las gomitas que contienen CBD se han vuelto populares, en especial como otro tipo de analgésico, y tal como cualquier otra sustancia de venta libre, tu médico debe saber que los usas.

Y recuerda: si no sabes qué escoger en el pasillo de los medicamentos, pídele ayuda al farmacéutico. “Puedes ir a tu CVS o a tu farmacia local y hablar con uno de nosotros en cuestión de segundos”, dice Garling. “Y si estamos detrás de la computadora, no dudes en pedir que nos llamen, porque en realidad nos encantan las preguntas”.

Nota del editor: esta historia, publicada por primera vez el 30 de junio de 2021, ha sido actualizada para incluir nueva información.

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