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Todo comenzó hace alrededor de dos años y medio, cuando Larry Duncan perdió a su hermana mayor debido a la enfermedad de Alzheimer. Duncan, entonces de 76 años, vio a su hermana perder gradualmente la capacidad de reconocer a las personas a su alrededor. Después de un tiempo, Duncan comenzó a notar algunos de los síntomas de su hermana en sí mismo.
"Podía estar hablando con alguien cara a cara y, de repente, de la nada, empezaba a pensar: ¿Cómo se llama?", Duncan recuerda.

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Los cambios no terminaron ahí. Duncan ya no podía restar 7 de 100. Se ponía irritado cuando intentaba realizar una tarea complicada, dice su esposa, Pam. "Era muy frustrante", explica él. "Cuanto más me frustraba, peor se volvía la situación".
A Duncan finalmente le diagnosticaron tanto la enfermedad de Alzheimer como demencia vascular. Hoy ya no conduce y todavía tiene dificultad para recordar nombres. Sin embargo, sigue ayudando con las tareas del hogar y trata su depresión, come una dieta mediterránea, socializa y juega al golf para ayudar a frenar la progresión de sus enfermedades, dice su esposa.
La pareja regresó recientemente de un crucero fluvial de tres semanas por Europa durante el cual sus compañeros de viaje "probablemente ni siquiera se dieron cuenta de que Larry tiene deterioro cognitivo", dice Pam Duncan.
"Mientras sigas estimulándote y moviéndote, puedes seguir aprendiendo y viviendo", afirma.
¿Qué es la demencia vascular?
Hay muchas causas de demencia. La más conocida es la enfermedad de Alzheimer, en la que las células cerebrales se dañan por la acumulación de ciertas proteínas en el cerebro. Por otro lado, la demencia vascular se refiere a un deterioro de las habilidades cognitivas y motoras causado por una reducción del flujo sanguíneo en ciertas áreas del cerebro. Como resultado, las células cerebrales se dañan debido a que tienen menos oxígeno y menos nutrientes.
Los vasos sanguíneos dañados, encogidos o bloqueados pueden contribuir a la demencia vascular. Los derrames cerebrales a menudo son un precursor de la aparición de síntomas. Alrededor del 18% de las personas desarrollarán demencia en el plazo de un año tras tener un derrame cerebral (en inglés), según un análisis de 44 estudios publicado en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry. La presión arterial alta es un factor de riesgo importante, ya que puede dañar los vasos sanguíneos en el cerebro. Básicamente, "las cosas que son factores de riesgo para las enfermedades del corazón y los derrames cerebrales también son factores de riesgo para la demencia vascular", dice el Dr. Anthony Levinson, psiquiatra e investigador de la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario, Canadá.
Otros factores de riesgo de la demencia vascular incluyen el tabaquismo, la diabetes y el colesterol alto.
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