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El ejercicio es crucial para manejar la enfermedad de Parkinson

La evidencia preliminar sugiere que el ejercicio de alta intensidad puede ralentizar la progresión de la enfermedad.


Fotografía de personas participando en una clase de baile
STOCKSY

"El ejercicio es una de las formas más poderosas de cambiar el curso de alguien con Parkinson", dice la Dra. Jori Fleisher, especialista en trastornos del movimiento y profesora adjunta de Ciencias Neurológicas en la Universidad de Rush en Chicago. "Incluso si nunca haces ejercicio, no importa. Empieza hoy".

Una creciente cantidad de investigaciones descubren que la actividad física regular —el tipo que hace mover el cuerpo y bombear el corazón— puede reducir significativamente la severidad de los síntomas de la enfermedad de Parkinson y la rapidez con la que progresan. La investigación destaca los beneficios de:

  • Hacer entrenamiento de intervalos de alta intensidad, o HIIT
  • Bailar
  • Hacer ejercicio en el que aprendes una nueva habilidad
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El ejercicio es buena medicina

El ejercicio es terapéutico para las personas con la enfermedad de Parkinson. Esa fue la conclusión de un análisis del 2024 en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry que revisó los artículos de investigación publicados durante los últimos años que exploraron los beneficios del ejercicio para las personas con Parkinson. (en inglés)

Antes de que empieces...

  • Asegúrate de que tu médico apruebe tu nuevo programa de ejercicio
  • Pregúntale a tu médico cómo programar el ejercicio alrededor de tus dosis de medicamento
  • Obtén una evaluación de un fisioterapeuta que se especializa en Parkinson
  • Cuando busques clases o un entrenador personal, intenta encontrar opciones adaptadas para personas con Parkinson
  • Apunta a cumplir eventualmente las pautas de ejercicio de la Parkinson's Foundation
  • No te esfuerces de más. Empieza despacio. Escucha a tu cuerpo. Tómate descansos cuando los necesites

Para encontrar un programa de ejercicios amigable para personas con Parkinson cerca de ti, contacta la línea de ayuda de la Parkinson's Foundation en Helpline@parkinson.org o 1-800-4PD-INFO (1-800-473-4636).

Aunque hay mucha más investigación publicada sobre los efectos de la actividad física vigorosa en ratones criados para tener síntomas de Parkinson, la evidencia existente sobre los beneficios del ejercicio en personas con la enfermedad es muy prometedora.

"El ejercicio tiene múltiples beneficios clínicos en la enfermedad de Parkinson", dice el fisiólogo del ejercicio Martin Langeskov-Christensen, profesor adjunto en el Departamento de Medicina Clínica en la Universidad de Aarhus en Dinamarca y autor del análisis del 2024. "De hecho, aborda tanto los síntomas motores como los no motores". Los síntomas motores están relacionados con el movimiento, como caminar y mantener el equilibrio. Los síntomas no motores pueden incluir depresión, ansiedad, problemas de sueño y problemas cognitivos.

En un estudio incluido en el análisis de su equipo, los investigadores siguieron a 237 personas con Parkinson en etapa temprana durante un promedio de cinco años. Aquellas que mantuvieron niveles regulares de actividad física durante ese tiempo vieron una disminución más lenta en su capacidad para realizar actividades de la vida diaria.

La actividad física "puede mejorar la coordinación, el equilibrio, la forma de caminar e incluso reducir el riesgo de caídas", dice Langeskov-Christensen. Algunos de estos síntomas, como el equilibrio deteriorado, pueden ser difíciles de tratar completamente con medicamentos para el Parkinson, concluye su investigación.

Mantener tu cuerpo en movimiento podría mejorar o estabilizar los síntomas motores como problemas para caminar y mantener el equilibrio. Probablemente también hayas escuchado —o incluso experimentado de primera mano— cómo el ejercicio puede mejorar problemas no relacionados con el movimiento, incluidos el mal humor, la fatiga, los problemas de sueño y el estreñimiento.

"La gente se queja de dolor abdominal debido a la motilidad gástrica lenta, y lo primero que decimos es, 'Haz ejercicio'", dice la Dra. Rebecca Gilbert, directora de misión de la Asociación Americana de la Enfermedad de Parkinson. Después de una comida, "da una vuelta a la manzana, pon todo en movimiento", recomienda.

Pero el ejercicio hace más que solo mejorar los síntomas específicos del Parkinson. Cuando es parte de tu rutina regular, puede mantenerte funcionando bien y mejorar tu calidad de vida en general.

El ejercicio intenso puede mejorar los circuitos cerebrales

Hay algunas pruebas de que el aumento del ejercicio en personas que tienen Parkinson puede interferir con los procesos subyacentes de la enfermedad que causan estos síntomas.

Aunque la investigación todavía está en sus primeras etapas, hay algunas señales positivas de que el ejercicio afecta la neuroplasticidad. En pocas palabras, la neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse en respuesta al aprendizaje, las experiencias o las lesiones. Eso significa que incluso frente a una enfermedad que está matando células en el cerebro, el cerebro aún puede cambiar en respuesta a los efectos positivos del ejercicio.

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La enfermedad de Parkinson implica una pérdida de las células cerebrales que producen dopamina, un mensajero químico que es fundamental para el movimiento y el estado de ánimo, entre otras funciones. "Hay algunos estudios, que utilizan tomografía por emisión de positrones (PET) del cerebro, que muestran que después de seis meses de ejercicio aeróbico, los niveles de dopamina aumentan en el cerebro", dice Langeskov-Christensen.

Un pequeño estudio, publicado en npj Parkinson's Disease en el 2024, encontró que el ejercicio de alta intensidad (en inglés) podría ralentizar la neurodegeneración que causa la enfermedad de Parkinson. En el estudio, 10 personas con Parkinson leve y en etapa temprana participaron en el programa de ejercicios "Beat Parkinson's Today" (en inglés), que incluyó entrenamientos de alta intensidad, como cardio y entrenamiento de fuerza al menos tres veces a la semana durante seis meses. Los participantes llevaban monitores cardíacos para asegurarse de que sus corazones latían alrededor del 80% de la capacidad máxima para su edad. Las señales de que te estás esforzando lo suficiente incluyen sudar, respirar pesadamente y la incapacidad de decir más de unas pocas palabras sin tomar otro respiro.

Las resonancias magnéticas y los escáneres PET del cerebro tomadas antes de que comenzara el programa y seis meses después mostraron signos en 9 de los 10 participantes de que las células cerebrales que producen dopamina probablemente se volvieron más saludables.

"Sabíamos que el ejercicio era bueno para los síntomas, pero este estudio muestra que en realidad es neuroprotector", dice la Dra. Sule Tinaz, coautora del estudio y profesora adjunta de Neurología en la Facultad de Medicina de Yale. Tinaz y sus colegas esperan replicar los resultados de este estudio en un ensayo clínico controlado aleatorio más grande. 

¿Qué tipo de ejercicio funciona mejor?

Para ahora ya te habrás puesto tus zapatillas de deporte y estás listo para empezar. ¿Entonces qué tipo de ejercicio ayuda a las personas con Parkinson?

Mucha de la investigación sobre este tema es sobre ejercicio aeróbico. También conocido como "cardio", es el tipo de ejercicio que pone tu cuerpo en movimiento y hace que tu corazón lata, como bailar, trotar, nadar, jugar tenis, andar en bicicleta, caminar a paso ligero y subir escaleras. El énfasis aquí es en aumentar tu ritmo cardíaco y respiración por encima de tu estado de reposo general. "Quieres asegurarte de que las personas se esfuercen", dice Gilbert. Dar un breve paseo por la cuadra sin aumentar tu ritmo cardíaco probablemente no sea tan bueno como hacer un verdadero entrenamiento, agrega. Las pautas de ejercicio de la Parkinson's Foundation recomiendan al menos 90 minutos de cardio como parte de 150 minutos de ejercicio moderado a vigoroso cada semana. La fundación recomienda que todas las personas con Parkinson vean a un fisioterapeuta especializado en la enfermedad para una evaluación funcional completa, y recomienda hacer ejercicio durante los períodos de actividad, cuando toman medicamento.

Según la Parkinson's Foundation, tus 150 minutos semanales de ejercicio moderado a vigoroso deberían incluir:

  • Actividad aeróbica: 3 días/semana, al menos 30 minutos por sesión de movimiento continuo o intermitente a intensidad moderada o alta
  • Entrenamiento de fuerza o resistencia: 2-3 días no consecutivos a la semana durante al menos 30 minutos por sesión
  • Equilibrio, agilidad y multitarea: Al menos 2-3 días/semana, todos los días si es posible, de ejercicios que dependen de estas habilidades
  • Estiramiento: Al menos 2-3 días/semana; todos los días, si es posible. 

Empieza donde estás... con un empujón

Cómo aumentar tu ritmo cardíaco, y cuánto, depende de tu nivel de condición física actual y tus habilidades, tu historial médico, tus medicamentos y otros factores de salud individuales. Si aún no haces ejercicio regularmente, es posible que no necesites mucho para aumentar tu ritmo cardíaco, o puede que tomes medicamentos que signifiquen que no deberías aumentar tu ritmo cardíaco más allá de un cierto punto. Pero si has estado haciendo ejercicio regularmente durante un tiempo, es posible que necesites una actividad física más intensa para hacer que tu corazón lata más fuerte. 

No importa por dónde empieces, el ejercicio que hace que el corazón bombee más fuerte tiene beneficios para las personas con Parkinson.

En el estudio que siguió a 237 personas con Parkinson en etapa temprana durante cinco años, las personas se beneficiaron del ejercicio sin importar su nivel de condición física o habilidades físicas al inicio del estudio.

Esto demuestra que nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio y obtener beneficios a largo plazo, sin importar tu nivel de condición física o la etapa de tu enfermedad. Comienza con lo que sea un desafío para ti y trabaja hasta llegar a 150 minutos de actividad física por semana, dice Gilbert.

Elige ejercicios que desafíen tu cerebro

¿Qué se mencionó sobre bailar y aprender nuevas habilidades? Puedes obtener más beneficios del ejercicio que desafía a tu cerebro a pensar y aprender mientras mueves tu cuerpo, dice Gilbert, como el baile.

"Aprender algo nuevo, aprender a moverse de una nueva manera, puede cambiar la biología del cerebro", dice. Los estudios con animales, dice, han demostrado que un ejercicio de intensidad moderada pero mentalmente desafiante puede mejorar el flujo de sangre al cerebro más que un ejercicio de alta intensidad pero familiar.

Entonces, si tienes que elegir entre tu caminata rápida diaria y tu primera clase de tango, elige el tango.

Bailar, de hecho, no solo puede aumentar tu ritmo cardíaco y enseñarte algo nuevo, sino que también puede beneficiar tu estado de ánimo. Para algunas personas con Parkinson, la depresión tiene un mayor impacto en la calidad de vida que los problemas de movimiento.

En un estudio publicado en el 2024 en Journal of Medical Internet Research, 23 personas con Parkinson tomaron clases de baile semanales en la Escuela Nacional de Ballet de Canadá durante ocho meses. Basándose en investigaciones anteriores que demostraron que las clases de baile ayudaban con el movimiento, el estado de ánimo y las funciones de la vida diaria, este estudio halló que después de las clases de baile, los participantes informaron menos síntomas de depresión (en inglés), y las resonancias magnéticas mostraron menos signos biológicos de depresión.

Además de los componentes de ejercicio y aprendizaje, las clases de baile también te dan la oportunidad de socializar, lo que puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión.

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El boxeo también ha recibido apoyo de estudios de investigación sobre el Parkinson. Varios estudios pequeños han demostrado que el boxeo puede mejorar los síntomas motores y no motores de la enfermedad. Los investigadores sugieren que es el entrenamiento aeróbico y de fuerza, junto con el equilibrio y el trabajo de pies y el estiramiento, lo que es beneficioso. Las clases de boxeo en grupo, al igual que las clases de baile, también vienen con camaradería incorporada.

Ya sea tango, pickleball o tenis de mesa, elige algo que disfrutes para que lo continúes haciendo. "Cuando tienes la enfermedad de Parkinson", dice Langeskov-Christensen, "se vuelve más difícil motivarte. Realmente deberías hacer... lo que te motiva". 

La Dra. Jennifer G. Goldman es neuróloga especializada en trastornos del movimiento, con certificación especial en neurología conductual y neuropsiquiatría. Reside en Chicago, Illinois.

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