Javascript is not enabled.

Javascript must be enabled to use this site. Please enable Javascript in your browser and try again.

Skip to content
Content starts here
CLOSE ×
Buscar
Leaving AARP.org Website

You are now leaving AARP.org and going to a website that is not operated by AARP. A different privacy policy and terms of service will apply.

¿Por qué a los adultos mayores les resulta tan difícil dejar de fumar?

Los adultos mayores y de mediana edad tienen algunas de las tasas de tabaquismo más altas, y los médicos e investigadores están buscando nuevas formas de ayudarlos a dejar de fumar.


Persona adulta mayor fumando un cigarrillo
Angus R Shamal/Gallery Stock

En Estados Unidos, solo el 1.7% de los estudiantes de último año de secundaria fuman cigarrillos, una de las tasas de tabaquismo en adolescentes más bajas del mundo. Esto es un éxito tremendo, considerando que hace solo dos décadas fumaba aproximadamente el 25% de ese grupo. Pero la tasa de adultos que fuman cigarrillos en Estados Unidos sigue siendo obstinadamente alta: alrededor de una de cada siete (15.2%) personas de 40 a 64 años y casi una de cada diez (9.4%) personas de 65 años o más fuman, según revela un estudio del 2023 (en inglés) de JAMA Health Forum. Además, mientras que las tasas de fumadores han disminuido entre los adultos de 18 a 64 años en la última década, han aumentado ligeramente entre las personas de 65 años o más.

Algunos investigadores opinan que la disparidad en las tasas de consumo de  cigarrillos entre los adolescentes y las personas mayores y de mediana edad sugieren que los esfuerzos de salud pública no están llegando de manera efectiva a los fumadores mayores. Algunos fumadores adultos también tienen dificultad para acceder a medicamentos que los ayuden a dejar de fumar (las guías clínicas para dejar de fumar incluyen el uso de medicamentos y el asesoramiento conductual).

spinner image Image Alt Attribute

Membresía de AARP: $15 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.

Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP

Como la mayoría de las personas que fuman comienzan a temprana edad, también está la gran dificultad de dejar un hábito y una adicción a la nicotina que se extiende durante décadas: a una persona le lleva un promedio de 30 intentos dejar de fumar con éxito, dice la Dra. Maya Vijayaraghavan, profesora de Medicina y directora del Centro de Liderazgo para Dejar de Fumar de la Universidad de California, San Francisco (UCSF), quien investiga el consumo de tabaco y ve a pacientes en su consulta clínica. Aun así, ella señala que aunque "puede llevar mucho tiempo", los adultos mayores tienden a tener éxito cuando están interesados en dejar de fumar y tienen acceso a tratamiento.

"Necesitamos ser creativos y adoptar enfoques más innovadores para ayudar a los adultos mayores que fuman a dejar el cigarrillo", dice Rafael Meza, un distinguido científico sénior en Ciencias de Salud Poblacional en el BC Cancer Research Institute y autor del estudio de JAMA del 2023.

Diferencias de edad, campañas de salud pública y consumo de tabaco

En la década de 1990, las tasas de tabaquismo entre los jóvenes eran altas. Luego, en el 2000, la American Legacy Foundation lanzó una campaña publicitaria antitabaco de tres años, con un costo de $300 millones, financiada con los fondos de un acuerdo extrajudicial entre las compañías de tabaco y 46 estados. Se trató del acuerdo extrajudicial civil más grande en la historia de Estados Unidos, destinado a compensar a los estados por los costos que habían incurrido los contribuyentes a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco.

El mensaje, que incluía videos gráficos de fumadores con cáncer, resultó particularmente efectivo con los adolescentes. Aunque la campaña no es la única razón de las bajas tasas de fumadores entre los jóvenes de hoy (y es solo una de las campañas antitabaco más conocidas de ese período), no se ha lanzado ningún mensaje a escala similar para abordar a los fumadores de 40 años en adelante.

Tiene sentido que este y otros esfuerzos de salud pública se hayan concentrado en los jóvenes, dice Lucie Kalousova, profesora adjunta de Sociología y de Medicina, Salud y Sociedad en la Universidad Vanderbilt. Ese enfoque nos permite "obtener los mayores beneficios a nivel de población" al "prevenir que los jóvenes se conviertan en fumadores".

Al mismo tiempo, señala, la escasez de inversiones en salud pública enfocadas en los adultos mayores sugiere que los hemos abandonado. "Muestra un leve sesgo por edad", dice. "Ellos también fueron jóvenes en algún momento". Pero debido a la época en que nacieron, no se beneficiaron de los esfuerzos a escala social para prevenir y abordar el tabaquismo, explica.

Además, como los mensajes antitabaco se han centrado principalmente en los jóvenes, es posible que los adultos mayores ni siquiera conozcan los recursos que existen para ayudarlos, dice Vuong Do, académico posdoctoral en el Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaco en UCSF. Él señala que algunos estados, por ejemplo, envían terapia de reemplazo de nicotina sin costo a los residentes que llaman a sus líneas de ayuda para dejar de fumar.

Aunque los fumadores de 40 años o más pueden creer que el daño a su salud ya está hecho —lo cual no los motiva a dejar de fumar—, un artículo reciente (en inglés) en la revista American Journal of Preventive Medicine muestra que dejar de fumar cuando se tiene entre 40 y 60 años agrega años adicionales de vida. Pero, según Kalousova, esa no es información que se conozca ampliamente. "Quizás sea culpa nuestra", dice. "Deberíamos cambiar la forma en que enmarcamos nuestros mensajes".

No se llega a los fumadores adultos donde trabajan, viven y se divierten

Los fumadores de entre 40 y 64 años pertenecen desproporcionadamente a grupos marginados, incluidos los adultos con niveles más bajos de ingresos y educación. Entre las personas con un certificado GED (equivalente al diploma de escuela secundaria) o un nivel inferior de educación, las tasas de fumadores llegan hasta el 30%, dice Kalousova. En contraste, entre las personas con títulos universitarios, las tasas están alrededor del 5%.

See more Seguro offers >

Los fumadores mayores también pueden agruparse en ocupaciones que carecen de las protecciones otorgadas a otras profesiones, como la construcción, en comparación con los empleos de oficina. Eso significa que tal vez no se beneficien de las políticas de no fumar en edificios, campus, restaurantes y otros lugares.

Y mientras que los impuestos más altos en los cigarrillos —otra herramienta que los estados utilizan para desalentar el tabaquismo a nivel de población— son eficaces para reducir el consumo de cigarrillos entre los jóvenes, no tienen tanto éxito entre los fumadores mayores, según investigaciones de Kalousova y otros colegas. (Kalousova señala que los impuestos sobre los cigarrillos sí son eficaces para reducir el tabaquismo en general).

Algunos fumadores adultos también pueden carecer de acceso a los medicamentos necesarios para dejar de fumar. Aunque Medicaid cubre esos medicamentos, Medicare, por sí solo, no lo hace. Eso significa que una persona que tiene Medicare pero no tiene Medicaid probablemente deba cubrir el costo del medicamento de su bolsillo. Los medicamentos de marca cuestan entre $20 y $80 por un suministro de 30 días, dependiendo de dónde se compren; por ejemplo, un suministro de 14 días del parche cuesta alrededor de $40 en Amazon.

"Eso es una barrera", dice Vijayaraghavan, y agrega que cualquier recorte a Medicaid y Medicare puede reducir aún más el número de personas que pueden acceder al tratamiento para dejar de fumar.

Y debido a que la sociedad en el país está tan profundamente estratificada a través de divisiones educativas y socioeconómicas, los fumadores y no fumadores a menudo están segregados, dice Kalousova. Eso crea una desconexión no intencional entre las personas que estudian y escriben sobre dejar de fumar y las personas que realmente fuman, lo que puede explicar aún más por qué las políticas e intervenciones no han sido eficaces. "Esa es una parte realmente importante de la historia", dice.

Nuevas soluciones para los adultos que fuman

Los medicamentos estándar que ayudan a dejar de fumar incluyen fármacos que bloquean los receptores de nicotina en el cerebro y hacen que fumar sea menos agradable, y terapias que proporcionan nicotina dosificada, como chicles, parches o rociadores nasales, para ofrecer una alternativa a los cigarrillos combustibles.

Recursos para dejar de fumar

Los expertos en salud dicen que nunca es tarde para dejar de fumar.

  • Puedes llamar al 1-800-QUIT-NOW (1-800-784-8669)
  • Puedes enviar un mensaje de texto con la palabra QUITNOW al 333888
  • Puedes visitar cdc.gov/quitnow (en inglés)

La citisinclina, el primer medicamento nuevo en Estados Unidos para tratar el tabaquismo en dos décadas, aún no ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), pero su fabricante dice que planea presentar el fármaco para la aprobación federal este verano. En un ensayo clínico en fase avanzada, los investigadores descubrieron que tenía menos efectos secundarios (en inglés) que la vareniclina (conocida como Chantix), la cual, aunque muy raramente, puede causar graves problemas de salud mental.

La citisinclina también se usa ampliamente en otros países; en Canadá está disponible incluso sin receta. Pero su costo y el grado en que lo cubra el seguro jugarán un papel en su adopción, dice Meza. Por ejemplo, Chantix ahora está disponible como medicamento genérico y, por lo tanto, el precio ha bajado. Los investigadores también están estudiando si los medicamentos GLP-1 como Ozempic y Wegovy, que han sido "eficaces para controlar la obesidad y la diabetes", también pueden ser útiles para dejar de fumar, dice J. Lee Westmaas, director científico de Investigación sobre el Control del Tabaco en la American Cancer Society.

Los cigarrillos electrónicos y las bolsitas de nicotina también son herramientas nuevas y algo controversial que pueden ser útiles para dejar de fumar. Ambas opciones son menos dañinas que los cigarrillos, pero las bolsitas de nicotina son más seguras porque no exponen los pulmones a ningún humo. De todos modos, no hay actualmente sociedades clínicas o de salud pública que las recomienden para ese propósito. Eso se debe en parte a la preocupación de que los cigarrillos electrónicos llevarán a un aumento general del tabaquismo, especialmente porque las empresas de cigarrillos producen cigarrillos electrónicos y, por lo tanto, les resulta imperativo atraer a nuevos fumadores.

Puede ser difícil implementar políticas y mensajes que protejan a los jóvenes de los cigarrillos electrónicos cuando también se buscan formas de "incorporar los cigarrillos electrónicos al arsenal para ayudar a la gente a dejar de fumar. El desafío ha sido cómo hacer esas dos cosas al mismo tiempo", dice Meza.

Otro posible enfoque nuevo para llegar a los fumadores adultos es a través de una iniciativa establecida por el Instituto Nacional del Cáncer, que integra las intervenciones para dejar de fumar con pruebas de detección de cáncer de pulmón.

Las pruebas de detección del cáncer de pulmón no son tan comunes como las pruebas de detección de otros cánceres, como el de mama o el de colon, pero se recomiendan para las personas de 50 a 80 años que fuman o solían fumar y tienen un historial de fumar 20 paquetes-año (un paquete-año equivale a fumar un paquete al día durante un año). Esto incluye a las personas que dejaron de fumar hace más de 15 años.

Si las pruebas de detección pudieran llegar a las personas que las necesitan, podrían tener un "impacto considerable en la reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón", dice Meza. Y si en esas pruebas de detección también se pudiera ayudar a las personas a dejar de fumar, eso no solo disminuiría la incidencia del cáncer de pulmón, sino que también reduciría las tasas de tabaquismo y reduciría otros efectos del tabaquismo sobre la salud, como enfermedades cardíacas, EPOC, presión arterial alta y otros trastornos.

"Realmente existe el potencial para un impacto doble", dice Meza.

En este sentido, Kalousova dice que hay cierta evidencia de que "es más probable que una persona esté receptiva a cambiar sus hábitos de salud cuando recibe "un diagnóstico nuevo". Incluso las personas que tienen diagnósticos falsos positivos de cáncer tienen muchas probabilidades de dejar de fumar, dice Kalousova.

Y como las enfermedades crónicas típicamente aparecen en la mediana edad y más allá, es concebible que se puedan incluir recomendaciones específicas para el cambio de estilo de vida en las citas sobre el manejo de un nuevo diagnóstico. Esto también es importante, porque los médicos son menos propensos a hablar sobre dejar de fumar con pacientes que han fumado durante mucho tiempo. Y se ha demostrado, según explica Westmaas, que cuando los médicos preguntan si el paciente fuma, le recomiendan que deje de fumar y le brindan información sobre "dónde o cómo acceder al tratamiento", eso "aumenta el abandono del cigarrillo y reduce las tasas de tabaquismo". 

También hay importantes diferencias de género que llevan a las personas a fumar, y puede ser necesario tener eso en cuenta para apoyar a los adultos para que dejen el hábito. Las mujeres pueden ser más propensas a fumar debido a traumas anteriores, especialmente si tuvieron experiencias adversas en la infancia y comenzaron a fumar a una edad temprana. Entonces, si bien tanto los hombres como las mujeres se benefician de los medicamentos y la consejería y de un enfoque de cesación que toma en cuenta el trauma, las mujeres en particular pueden beneficiarse de tales enfoques, dice Vijayaraghavan.

También dice que es importante considerar los efectos en la salud de las mujeres a medida que envejecen. Mientras que fumar daña la salud de todos —es la principal causa prevenible de muerte—, daña particularmente a las mujeres menopáusicas. La investigación ha vinculado el fumar en las mujeres con la menopausia temprana, peores síntomas menopáusicos y un mayor riesgo de trastornos de salud, como enfermedades cardiovasculares.

"Las personas difieren en cuanto al tipo de intervenciones que les pueden resultar más atractivas o eficaces para dejar de fumar", dice Westmaas. "Si entendemos las preferencias de las personas, existe la posibilidad de personalizar nuestros mensajes e intervenciones para dirigirnos específicamente a ellas. Tal vez no se trate solo de una cuestión de edad, sino que también debamos considerar el sexo, la personalidad y el apoyo social al promover un mensaje particular o proporcionar información sobre cómo dejar de fumar”.

Unlock Access to AARP Members Edition

Join AARP to Continue

Already a Member?

spinner image Red AARP membership card displayed at an angle

Membresía de AARP: $15 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.

Obtén acceso instantáneo a productos y a cientos de descuentos exclusivos para socios, una segunda membresía gratis y una suscripción a la revista AARP The Magazine.

spinner image Red AARP membership card displayed at an angle

Membresía de AARP: $15 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.

Obtén acceso instantáneo a productos y a cientos de descuentos exclusivos para socios, una segunda membresía gratis y una suscripción a la revista AARP The Magazine.