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Nuevas investigaciones sugieren que los programas de asistencia alimentaria hacen más que ayudar a llenar platos y estómagos; también pueden ser beneficiosos para el cerebro.
En un estudio presentado el 30 de julio en la Conferencia Internacional de la Alzheimer's Association en Toronto, los investigadores observaron que los adultos de 50 años o más que participaron en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) del USDA, que ayuda a las personas y familias de bajos ingresos a comprar alimentos, tuvieron una tasa más lenta de deterioro cognitivo durante un período de 10 años, en comparación con los adultos mayores que reunían los requisitos para el programa, pero no participaron.

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La diferencia en la función cognitiva general fue equivalente a dos o tres años adicionales de mejor salud cerebral.
"Para alguien que comienza con una puntuación cognitiva saludable, este declive más lento podría hacer que llegar al umbral de deterioro cognitivo se atrase por casi una década", dijo la autora principal del estudio, Linlin Da, de la Universidad de Georgia, Athens, en un comunicado de prensa.
Para el estudio, los investigadores analizaron y compararon un grupo representativo, en términos de raza y etnia, de 1,131 adultos de 50 años o más que estaban inscritos en el SNAP en el 2010 con 1,216 que reunían los requisitos para el SNAP, pero no participaron. Después de evaluar la memoria y la función ejecutiva cada dos años entre el 2010 y el 2020 a través de entrevistas telefónicas y por internet, encontraron una diferencia de 0.10 entre los grupos.
Da dice que los resultados del estudio sugieren que la participación en el SNAP u otro programa similar de apoyo nutricional podría retrasar el inicio del deterioro cognitivo o la demencia en personas que no tienen seguridad alimentaria, "permitiendo a las personas preservar su capacidad para manejar sus medicamentos, finanzas y tareas diarias por más tiempo".
Aproximadamente 1 de cada 10 (12.6 millones) personas de 50 años o más en el país experimentó inseguridad alimentaria en el 2023, lo que significa que tuvo acceso limitado o incierto a alimentos adecuados y nutritivos, según un análisis de AARP. Y más de 11 millones de adultos mayores de 50 años participaron en el SNAP en el 2023. Los beneficios del SNAP se pueden usar para comprar alimentos como frutas y verduras, carne y pescado, panes y cereales, y productos lácteos.
"Las investigaciones han demostrado que la inseguridad alimentaria puede afectar negativamente la función cognitiva, y este es uno de los primeros estudios a largo plazo que muestra que los programas de asistencia alimentaria pueden impactar positivamente la cognición", dijo Maria C. Carrillo, jefa de ciencia de la Alzheimer's Association y líder de asuntos médicos, en un comunicado de prensa.
La inseguridad alimentaria también ha sido vinculada a tasas más altas de diabetes, presión arterial alta, enfermedad del corazón y otros trastornos de salud que afectan a muchos adultos mayores en Estados Unidos.
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