La fatiga persistente, la dificultad para respirar y una sensación de mareo eran nuevos para Kareem Abdul-Jabbar. La leyenda del baloncesto había pasado décadas corriendo de un lado a otro de la cancha, por no hablar de batir récords. Sin embargo, ahora tenía problemas para seguir el ritmo de su hijo en unas vacaciones por Europa.
"He sido atleta toda mi vida y me he mantenido en muy buena forma. No pensé que nada pudiera afectarme", le dijo Abdul-Jabbar, de 75 años, a AARP.

Membresía de AARP: $12 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Mientras estaba en el extranjero, descartó los síntomas intermitentes. De vuelta a casa, sin embargo, ya no podía ignorarlos. En un juego reciente de Los Angeles Dodgers, Abdul-Jabbar se sintió tan debilitado que se desplomó sobre una vitrina de trofeos y tuvo que ser llevado al hospital.
El diagnóstico, le dijeron los médicos, fue fibrilación auricular, un ritmo cardíaco tembloroso o irregular que interrumpe el flujo de sangre entre las cavidades superior e inferior del corazón. Si no se trata la enfermedad, más común entre los adultos mayores, puede provocar varias complicaciones relacionadas con el corazón, como coágulos de sangre, insuficiencia cardíaca y derrame cerebral.

Conoce los síntomas de la fibrilación auricular
La fatiga, los mareos y la dificultad para respirar que experimentó Abdul-Jabbar se encuentran entre los síntomas más comunes de la fibrilación auricular, que afecta al menos a 2.7 millones de personas en EE.UU., una cifra que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) esperan que aumente a 12.1 millones para el 2030.
Otros síntomas incluyen aleteo en el pecho, latidos rápidos, sudoración, desmayo o confusión y dolor o presión en el pecho. Los síntomas pueden ir y venir.