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7 maneras simples de reducir el azúcar en la sangre

Cómo llevar tu nivel de A1C a un rango saludable y evitar la diabetes tipo 2. Además, ¿el helado podría ayudar a prevenir la diabetes?


Vegetales, jugo verde, una pesa liviana y una cinta de medir sobre una mesa
Getty Images

 Casi 1 de cada 6 adultos, o el 15.8%, tienen diabetes, según las últimas cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (en inglés). El total de personas en el país con esta enfermedad crónica es de alrededor de 40 millones, cuando se combina con los últimos datos del Censo. La tasa aumenta con la edad, ascendiendo a un 17.7% entre las personas de 40 a 59 años, y a más de 1 de cada 4 personas, o un 27.3%, entre los adultos de 60 años y más, según el informe del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC, que evaluó la prevalencia de la enfermedad entre agosto del 2021 y agosto del 2023.

Muchas más personas en el país, alrededor de 1 de cada 3, o 98 millones, tienen prediabetes. Esto sucede cuando el azúcar en la sangre (la glucosa) excede los niveles saludables pero aún no es lo suficientemente elevada como para clasificarse como diabetes.

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En estos casos, es natural que resulte abrumador tratar de controlar el nivel alto de azúcar en la sangre. Afortunadamente, los expertos dicen que hay una serie de maneras simples (simples, pero no necesariamente fáciles) para regresar la glucosa a niveles saludables. También tienes muchas razones más allá de la prevención de la diabetes para hacer exactamente eso.

Las personas con prediabetes tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral en el futuro —junto con otras enfermedades cardíacas— “incluso sin diabetes plenamente desarrollada”, dice el Dr. Zhenqi Liu, profesor de Diabetes James M. Moss en la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia.

Para aquellos con la enfermedad crónica, como señalan los CDC en su informe de noviembre que actualizó las cifras de la prevalencia de la enfermedad: "Los niveles de glucosa en sangre no controlados durante un largo período de tiempo pueden afectar múltiples sistemas de órganos, incluido el sistema nervioso, los riñones, los ojos, el corazón y los vasos sanguíneos".

Todo esto significa que, controlarlo ahora puede ser vital para tu salud y al mismo tiempo mejorar tu calidad de vida. Estos son los pasos que puedes tomar para reducir tu riesgo y disminuir tu nivel de azúcar en la sangre.

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 1. Conoce tus niveles

Para empezar, debes saber dónde te encuentras. La gran mayoría de personas con prediabetes —más del 80%— no saben que la tienen, según los CDC.

El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos recomienda que las personas de 35 a 70 años con sobrepeso u obesidad se hagan pruebas de detección de prediabetes y diabetes. La Asociación Americana de la Diabetes (ADA) recomienda realizar pruebas de detección para todas las personas de 45 años o más y evaluar el nivel de azúcar en la sangre antes en las personas con mayor riesgo de diabetes. Puedes evaluar tu riesgo individual con una herramienta en línea proporcionada por la ADA, que te hace preguntas sobre factores de riesgo que van desde la edad y los antecedentes familiares inmediatos de diabetes hasta el nivel de actividad y la raza.

Lo que se considera una cantidad saludable de azúcar en la sangre depende de la prueba. Por ejemplo, con una prueba de azúcar en sangre en ayunas, cualquier número por debajo de los 100 miligramos por decilitro (mg/dL) se considera saludable. Un nivel de glucosa de 100 a 125 mg/dL se considera prediabetes y 126 mg/dL o más es diabetes. Otra prueba, el análisis de los niveles de hemoglobina A1C, mide el nivel promedio de azúcar en la sangre de una persona durante dos a tres meses como un porcentaje. Un resultado del 5.7 al 6.4% se considera prediabetes y el 6.5% o más es diabetes. Para obtener más información sobre las pruebas, consulta "Las respuestas a tus preguntas sobre la prediabetes".

 2. Considera usar un monitor de glucosa

Muchas personas con diabetes que dependen de la insulina para ayudar con el control del azúcar en la sangre usan monitores continuos de glucosa —dispositivos portátiles que proporcionan datos continuos sobre el azúcar en la sangre— para hacer un seguimiento de sus niveles. Si bien algunas personas que no tienen diabetes también usan la tecnología para controlar su nivel de azúcar en la sangre, actualmente no hay datos confiables sobre la eficacia de esta estrategia para las personas con prediabetes.

Los monitores continuos de glucosa ayudan a entender mejor el impacto inmediato del estilo de vida en los niveles de glucosa, explica la Dra. Megan Kristan, endocrinóloga y profesora adjunta de Medicina en la Universidad de Minnesota, "Ver cómo los alimentos que eliges y los diferentes niveles de actividad afectan tu azúcar en la sangre", señala Kristan, "te permite usar esa información para tomar una decisión diferente la próxima vez".

Si te han diagnosticado prediabetes o diabetes, habla con tu médico sobre cómo controlar mejor tu nivel de azúcar en la sangre a medida que cambias tu estilo de vida.

 3. No compliques el ejercicio

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Los cambios de estilo de vida no tienen por qué ser demasiado complicados o difíciles para ser eficaces, como con la incorporación del ejercicio físico regular.

“Tienes que hacer ejercicio 150 minutos a la semana”, dice el Dr. Elbert Huang, internista general y director del Center for Chronic Disease Research and Policy de la Universidad de Chicago. Debes hacer por lo menos una caminata rápida, señala, pero la actividad no tiene que ser más agotadora que eso.

Los expertos dicen que la clave es elegir una rutina que vayas a poder mantener, en lugar de una que tenga requisitos difíciles que no es probable que sigas. Podría ser cualquier forma de ejercicio, dijo la Dra. Minna Woo, científica clínica y endocrinóloga del Hospital General de Toronto y directora del Banting and Best Diabetes Centre. No necesitas una membresía para el gimnasio, agrega.

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Para optimizar los beneficios, considera hacer esa caminata después de comer. Las investigaciones sugieren (en inglés) que hacer ejercicio 30 minutos después de una comida puede ser óptimo para ayudar a controlar el nivel de glucosa en la sangre.

No hagas solo ejercicio cardiovascular, ya que el desarrollo muscular también puede ayudar con el control de la glucosa. La investigación (en inglés) publicada el año pasado en la revista Diabetologia sugiere que combinar el entrenamiento de resistencia con ejercicios cardiovasculares es más eficaz para controlar el azúcar en la sangre que el ejercicio aeróbico por sí solo.

"En general, necesitas músculos para combatir la resistencia a la insulina", dice Jennifer Hwang, internista y profesora de Medicina en la Universidad de Chicago. Trata de hacer ejercicios con pesas dos veces a la semana, aconseja, de acuerdo con las recomendaciones de salud pública. Como señalan los CDC, deberías intentar trabajar todos los grupos musculares principales, incluyendo las piernas, las caderas, la espalda, el abdomen o el torso, el pecho, los hombros y los brazos.

Ilustración de un velocímetro que mide el índice glucémico en una escala de 0 a 100.
Getty Images

Suplementos para la prevención de la diabetes

Puede ser tentador probar suplementos, como vitamina D, omega 3 y berberina, con la esperanza de reducir la glucosa en la sangre. Pero a pesar de algunos estudios prometedores, no hay pruebas de que tomar suplementos ayude a prevenir la diabetes en alguien con prediabetes. Si estás considerando tomar un suplemento, Amy Hess-Fischl, dietista registrada y educadora sobre diabetes en el Centro Médico de la Universidad de Chicago, aconseja hablar primero con tu médico para asegurarte de que no interactúe con otros medicamentos, como los que se toman para controlar la presión arterial alta o el colesterol.

¿Qué es el índice glucémico?

Lo más probable es que, si prestas atención a los alimentos que aumentan tu nivel de azúcar en la sangre, hayas oído hablar del índice glucémico. Este se usa para clasificar los alimentos que contienen carbohidratos en función de la rapidez con la que pueden aumentar el azúcar en la sangre. La escala comienza en cero y sube hasta 100 para el azúcar pura.

El índice glucémico se diseñó como una herramienta de investigación. Pero si bien permite una clasificación fácil, Hess-Fischl señala que el mismo alimento no afecta el nivel de glucosa de todas las personas de la misma manera. La forma en que se prepara la comida o si se ha combinado con otros alimentos también puede afectar el azúcar en la sangre. 

Así que si estás planificando tus comidas, intenta evitar separar los alimentos, como las batatas y las papas blancas, en categorías “buenas” y “malas”, respectivamente. “Las papas blancas pueden ser saludables si las comes con la piel”, dice Hess-Fischl, y agrega que su índice glucémico no es demasiado diferente al de las batatas (ver más abajo).

A continuación, te mostramos dónde se ubican algunos alimentos en el índice glucémico:

Bajo (55 o menos)

  • Avena
  • Manzanas, naranjas y uvas
  • Zanahorias y otras verduras sin almidón
  • Quinua
  • La mayoría de las nueces y frijoles
  • Leche descremada
  • Papas blanca, hervidas (54)

Mediano (56 a 69)

  • Cerezas, melón y pasas
  • Batata, hervida (61)
  • Calabaza
  • Macarrones con queso
  • Bagel
  • Cuscús
  • Miel

Alto (70 o más)

  • Sandía
  • Papas blancas, majadas (88)
  • Nabos
  • Cheerios, hojuelas de maíz y muchos otros cereales
  • Pan blanco
  • Pan sin gluten
  • Galletas de arroz

4. Obtén ayuda profesional

Los médicos y dietistas que trabajan regularmente con pacientes con diabetes pueden ayudar a quienes tienen prediabetes a crear un plan para reducir el azúcar en la sangre a un nivel sano.

Sudipa Sarkar, endocrinóloga y profesora adjunta de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, recomienda hablar con tu médico para ver si reúnes los requisitos para participar en el National Diabetes Prevention Program (en inglés), una asociación público-privada respaldada por la investigación que ha demostrado ayudar a prevenir la progresión de la diabetes. 

5. Reduce no solo el azúcar sino también todos los alimentos ultraprocesados

Los alimentos obvios que incrementan el azúcar en la sangre, como las galletas y los pasteles, deben consumirse con moderación. Pero también debes ser cauteloso con otros alimentos que pueden hacer que los niveles de glucosa aumenten rápidamente.

En particular, ten cuidado con todos los carbohidratos procesados. “Cuando las personas hablan de la diabetes y el azúcar, la mayoría piensan que lo que deben evitar son los dulces, y eso es, por supuesto, cierto. Pero los más comunes son los carbohidratos con almidón”, explica Woo. Eso incluye alimentos como el pan, la pasta, los fideos y el arroz blanco. “Estos son los peores culpables que aumentan los niveles de azúcar”, dice.

6. Sigue las pautas para una dieta equilibrada

Una dieta equilibrada que reduzca los carbohidratos podría ayudar con la pérdida de peso —que en sí misma protege contra la diabetes— y regresar rápidamente el azúcar en la sangre a un nivel saludable, según los hallazgos publicados por JAMA Network Open (en inglés).

Elige un plan de alimentación similar a la dieta mediterránea con un plato bien equilibrado:  

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7. Llena la mitad del plato con verduras

Kristan recomienda consumir un plato lleno de vegetales. No puedes equivocarte con las verduras de hoja oscura como la espinaca, así como con las legumbres, como los garbanzos y los frijoles, que se han relacionado con niveles más bajos de azúcar en la sangre.

Sin necesidad de convertirte en vegano o vegetariano, puedes reducir tu riesgo de desarrollar diabetes siguiendo una dieta saludable a base de plantas, según una investigación reciente (en inglés) publicada en Diabetes Care. El estudio siguió a 11,965 adultos de 45 a 64 años durante dos décadas. Descubrió que aquellos que comían una dieta saludable que priorizaba frutas, verduras, legumbres, granos enteros, nueces, té y café, y limitaba el consumo de alimentos vegetales menos saludables como granos refinados y jugos de frutas junto con proteínas de origen animal, tenían un menor riesgo de desarrollar diabetes. Sin embargo, comer una dieta vegetal poco saludable con más alimentos refinados y endulzados no se asoció con un menor riesgo de desarrollar diabetes.

8. Llena una cuarta parte de tu plato con carbohidratos saludables

Estos macronutrientes, como los demás —proteínas y grasas— tienen un lugar en una dieta saludable. Pero los carbohidratos no deben cubrir la mitad de tu plato, lo que es típico en la dieta occidental, advierte Kristan.

Los expertos añaden que es importante consumir carbohidratos saludables.

Intenta comer más alimentos como quinua o farro, lentejas y garbanzos, arroz integral y menos carbohidratos procesados.

En lugar de descartar determinados alimentos, investiga qué porción corresponde en tu plato. Los alimentos favoritos con almidón, como el maíz o las papas, aumentan tu azúcar en la sangre y deben clasificarse como carbohidratos y no deben llenar la mitad de tu plano, un espacio dedicado a las verduras, explica Kristan.

9. Aumenta la fibra

La Asociación Americana de la Diabetes (ADA) recomienda que las personas con diabetes y las personas en riesgo de diabetes consuman al menos 14 gramos de fibra por cada 1,000 calorías (o 28 gramos para una dieta de 2,000 calorías), según las Guías Alimentarias para Estadounidenses. El libro The Whole Body Reset, de AARP, basado en las últimas investigaciones en personas de 50 años o más, recomienda entre 20 y 25 gramos al día para las mujeres y 30 gramos para los hombres.   

Las verduras como las lentejas, las nueces, las frutas, especialmente las que tienen piel comestible (como las manzanas y las peras) y las semillas comestibles, incluidas las bayas, son buenas fuentes de fibra, según la ADA.

10. Consúltalo con la almohada

¿Estás cansado de la rutina diaria? Duerme.

“El sueño adecuado es esencial, no solo para el control de la diabetes, sino también para todas las enfermedades metabólicas, incluido el control del peso”, dice Kristan. Por otro lado, no dormir al menos siete horas todas las noches está asociado con la resistencia a la insulina, según una revisión de investigaciones (en inglés). Cuando eso sucede, las células no responden a esa hormona como deberían —para absorber eficazmente el azúcar de la sangre y convertirlo en energía— y la glucosa en la sangre aumenta.

Además, no dormir bien puede dificultar el manejo del estrés, lo que también contribuye a la mezcla de hormonas tóxicas como el cortisol, que se relaciona con la resistencia a la insulina. Piensa en el cansancio y el estrés. “Estos dos factores están muy interrelacionados”, dice Kristan. Y agrega que, cuando se produce más insulina, en respuesta, aumenta tu apetito y consumes más calorías.

Estas son algunas cosas que puedes hacer para acabar con estos ciclos.  

11. ¿Los cambios de estilo de vida no son suficientes? Considera tomar medicamentos

En el caso de ciertos pacientes, los medicamentos como la metformina también pueden ayudar a reducir el azúcar en la sangre.

“Algunas personas tienen dificultades para hacer cambios en el estilo de vida, y algunas te dirán que prefieren tomar medicamentos diarios para controlar la prediabetes”, dice Huang.

Aunque los cambios de hábitos de vida son parte de un método integral, los expertos dicen que lo más importante es hacer todo lo posible —y no esperar— para reducir el azúcar en la sangre para que puedas vivir una vida más larga y sana.

Helado de vainilla en un platito pequeño sobre una mesa.
Getty Images

 ¿Comer helado puede prevenir la diabetes?

En una deliciosa odisea, un artículo en la revista The Atlantic recientemente abordó una controversia en torno a un hallazgo “incómodo” que se replicó en varios estudios de nutrición: el consumo no solo de lácteos, sino de helados en particular, se ha relacionado con un menor riesgo de diabetes.

Como se detalla en el artículo titulado “Nutrition Science's Most Preposterous Result" (El resultado más absurdo de la ciencia de la nutrición) (en inglés), no solo los estudios individuales, sino el análisis de décadas de investigación, no han podido desmentir este vínculo claramente aprobado por el consumidor pero científicamente improbable. Un artículo publicado en el 2016 en la revista The American Journal of Clinical Nutrition (en inglés), en el que se resumen datos de una docena de estudios, encontró que ingerir al menos media taza de este postre lácteo a la semana se asoció con una disminución del 19% en el riesgo de diabetes (incluso más alto que la reducción del riesgo del 14% que se observó con el yogur).

Pero, como se señaló en el artículo, los autores del mismo, al igual que otros expertos, descartaron los hallazgos e indicaron que se trata de algo que se llama “causalidad inversa”, en esencia que el vínculo entre el helado y la diabetes no iba en la dirección que pensarías. Es decir, por ejemplo, las personas que están sanas y que ya tienen un riesgo menor de desarrollar diabetes podrían haberse sentido más cómodas al comer un helado; mientras que las personas con un riesgo más alto de desarrollar la enfermedad crónica podrían sentirse menos cómodas y comer menos.

La conclusión principal, enterrada en este revelador y autoindulgente artículo de cerca de 3,300 palabras sobre el dulce postre, es tristemente... no muy dulce: “Para ser claros, ninguno de los expertos entrevistados para este artículo está dispuesto a creer que el efecto del helado es real”.

El Dr. Mark Pereira, epidemiólogo de la Universidad de Minnesota, ha luchado durante mucho tiempo con la correlación entre la reducción del riesgo de diabetes y el helado en su propia investigación. “No creo que haya experimentado otro hallazgo similar en mi carrera, porque es completamente inesperado”, le dijo a AARP. "El artículo publicado en The Atlantic fue un excelente trabajo de periodismo", agregó Pereira, quien fue entrevistado para ese artículo.

Pero sin una explicación para el vínculo, Pereira no está dispuesto a recomendar a las personas que incorporen este alimento en su dieta diaria con el fin de prevenir la diabetes.

“Podría haber una relación causal”, reconoce Pereira, y da al menos un rayo de esperanza a los fanáticos del helado de todo el mundo. “Pero eso está muy lejos de decir: 'Recomendaría que las personas con prediabetes aumenten su consumo de helado'. Hay tantas otras formas en las que puedes cambiar tu dieta y mejorar tu actividad física para reducir tus niveles de A1C [una medida del nivel de azúcar en sangre] y prevenir la diabetes”.

Dicho de otra manera: todavía no existen pruebas que demuestren que el helado te proteja de la diabetes. Por lo tanto, al menos por ahora, los expertos todavía sugieren disfrutar del helado con moderación y no como prevención.

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