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Lecciones que la pandemia nos ha enseñado

Lo que hemos aprendido en los últimos 12 meses será rentable por muchos años.


spinner image Diferentes imágenes que muestran la vida bajo la pandemia de COVID-19
SEAN MCCABE

Durante el último año, nuestro país ha sido afectado no por una sola crisis profunda, sino tres: una pandemia, un colapso económico y una de las transiciones políticas más difíciles de nuestra historia. Temas desafiantes relacionados con la disparidad racial y la imparcialidad se entretejen en estas tres crisis. Lidiar con todo esto ha dominado gran parte de nuestra energía, atención y, para muchas personas en Estados Unidos, incluso nuestras emociones.

Pero la primavera está a punto de llegar y, en general, como país, estamos superando lo peor. Este es un buen momento para hacer una pausa y evaluar los cambios que han ocurrido. Si bien a nadie le molestaría si pudiéramos mágicamente borrar toda la experiencia de la pandemia, ha sido una gran prueba en nuestras vidas durante un año, y tenemos mucho que aprender de eso y hasta mucho que ganar.

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AARP les pidió a decenas de expertos que fueran más allá de los titulares en las noticias y compartieran las lecciones más profundas del último año que han tenido un impacto particular para los adultos mayores. Lo que es más importante, que compartieran cómo podemos usar todo lo aprendido para mejorar la vida a medida que nos recuperamos y avanzamos. A continuación, lo que nos contaron.

Lección 1: La familia importa más de lo que nos dimos cuenta

La imagen imborrable de un adulto mayor que vive solo y está pasando apuros; eso lo tenemos que cambiar. Veremos que más adultos mayores compartirán viviendas con familiares y vivirán en hogares compartidos en muchas comunidades”.

—Marc Freedman, director ejecutivo de Encore.org (en inglés) y autor de How to Live Forever: The Enduring Power of Connecting the Generations

Norman Rockwell hubiera necesitado millas de lienzos para retratar a las familias del país durante este último año. Puedes imaginarte los títulos: La familia que usa Zoom junta. Generaciones bajo el mismo techo. Nietos bajo mi ventana. “Debajo de las imperfecciones y las complejidades de todo lo que salió mal, redescubrimos la interdependencia de las generaciones”, dice Freedman. Estas son algunas de las lecciones:

Está bien acoger a los hijos adultos. En una encuesta realizada por Pew Research el verano pasado, se descubrió que el 52% de las personas entre 18 y 29 años en Estados Unidos vivían con sus padres, una cifra sin precedentes desde la Gran Depresión. Entre febrero y julio del 2020, 2.6 millones de adultos jóvenes se mudaron a vivir de nuevo con uno o ambos de sus padres. Eso significa muchas cuentas compartidas de Netflix. También es un cambio cultural, según Karen Fingerman, directora del Texas Aging & Longevity Center de University of Texas en Austin. “Después de las comidas familiares, los abuelos que cuidan a los nietos y lo sensato que resulta en el sentido económico, será aceptable que integrantes adultos de una familia vivan juntos”, señala Fingerman. “Por lo menos, por algún tiempo”. 

Los cónyuges y las parejas son de importancia fundamental para el bienestar. “A quienes les ha ido excepcionalmente bien es a las parejas en relaciones de largo plazo que han sentido una intimidad renovada y una reconexión mutua”, afirma el psicólogo social Richard Slatcher, quien dirige el Close Relationships Laboratory de University of Georgia.

La labor difícil de cuidar de nuestros seres queridos puede transformarse en viviendas compartidas de una manera beneficiosa para todos. Para mudar a los adultos mayores de hogares de ancianos a la vivienda de un ser querido —una prioridad que se ha vuelto más urgente—, se necesitará más que hijos dispuestos a hacerlo. Podría ser útil contar con nuevos recursos, como expandir los programas de Medicaid para pagarles a los cuidadores familiares o las iniciativas como el Programa de cobertura total de salud para ancianos (PACE), un beneficio apoyado por Medicare que en la actualidad ayuda a 50,000 adultos mayores “que viven en la comunidad” con servicios médicos, de cuidados en el hogar y de transporte. “Algo positivo este año ha sido la pausa para reflexionar cómo podemos ayudar a las personas a permanecer en sus hogares a medida que envejecen”, dice Nancy LeaMond, directora de Activismo Legislativo y Compromiso de AARP. “Si estás cuidando a uno de tus padres, uno de tus abuelos, un cónyuge que envejece o a ti mismo, notas la necesidad de tener apoyo del Gobierno, tecnología para comunicarte con el médico y licencia remunerada para los cuidadores familiares”.

La familia podría ser la mejor medicina. “Ahora sabemos que si no puedes abrazar en persona a tu nieta de 18 meses, puedes leerle por FaceTime”, dice Jane Isay, autora de varios libros sobre relaciones familiares. —D.H.

spinner image Un técnico de la salud descongela los viales de una vacuna covid
Personal médico maneja un caso de vacunas de ARNm de Pfizer BioNTech en el hospital belga CHC MontLegia.
VINCENT KALUT/PHOTONEWS VIA GETTY IMAGES

Lección 2: Desencadenamos una revolución en la medicina

“Una de las lecciones que aprendimos de COVID-19 fue que la comunidad científica que trabaja junta puede hacer cosas maravillosas”.

—Dr. John Cooke, director médico del RNA Therapeutics Program del DeBakey Heart and Vascular Center en el Houston Methodist Hospital

Crear vacunas por lo general demora entre 4 y 20 años. Para las nuevas vacunas de ARN mensajero (ARNm) de Pfizer-BioNTech y de Moderna, solo demoró un récord de 11 meses. Es posible que este proceso haya cambiado para siempre la manera en la que se desarrollan los medicamentos.

Los descubrimientos trascendentales no se limitan a momentos de “¡eureka!”. Lo que apoyó el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 fue más de una década de investigaciones sobre las vacunas de ARNm, que enseñan a las células humanas cómo producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria específica. Las investigaciones ya habían superado muchos obstáculos, como asegurarse de que el ARNm no causara inflamación, según Lynne E. Maquat, directora del Center for RNA Biology de la University of Rochester.

Gracias a los descubrimientos recientes, “espero ver que se aprueben más vacunas basadas en ARNm en los próximos años”, dice el investigador de ARNm Norbert Pardi, profesor auxiliar de investigación de Medicina en la University of Pennsylvania. Los futuros tratamientos con ARNm podrían regenerar músculos en corazones con insuficiencia cardíaca y dirigirse a la genética singular de casos individuales de cáncer con vacunas contra cáncer personalizadas. “Los médicos podrán secuenciar tu tumor y usar eso para producir una vacuna que despierte a tu sistema inmunitario para luchar contra el tumor”, afirma Maquat. —S.H.

Lección 3: Consentirse es saludable

El autocuidado no solo tiene resultados positivos para ti, sino que además da un ejemplo a las generaciones más jóvenes como algo que conviene establecer y mantener durante toda tu vida”.

Cuando el virus trastornó la vida durante la primavera pasada, Estados Unidos se convirtió en un país que hibernaba. Se dispararon las ventas de sopa, chocolate y ropa deportiva. Ya que 7 de cada 10 empleados hacían su trabajo desde casa, la COVID-19 cambió el enfoque, para todas las edades, hacia los placeres simples que nos tranquilizan. Consentirte es vital para tu bienestar, y es probable que perdure esa mentalidad de autocuidado. Puede que sea darte prolongados baños de burbujas, trabajar en algo manual en el taller, disfrutar de un té de hierbas, intentar escribir una canción, volver a ver una película vieja favorita o estar todavía en bata al mediodía, “cuidarte a ti mismo ofrece un descanso necesario de cualesquiera horrores nos amenazan desde el exterior”, señala Isabel Gillies, autora de Cozy: The Art of Arranging Yourself in the World. —D.H.

Lección 4: Ten ahorros para la próxima crisis

“Es esencial que expandamos nuestro sistema de ahorros para la jubilación a fin de ayudar a la gente a acumular ahorros de emergencia”.

—J. Mark Iwry, investigador sénior de Brookings Institution y antiguo asesor sénior del secretario del Tesoro de EE.UU.

Antes de la pandemia, casi 4 de cada 10 hogares no tenían dinero disponible para cubrir un gasto inesperado de $400, según un informe de la Reserva Federal. Y luego empezó la desaceleración económica. En octubre pasado, más de la mitad de los trabajadores en Estados Unidos dijeron que su situación laboral había sido afectada por un horario reducido, una disminución de sueldo, la eliminación de su empleo o algo más. La tercera parte habían tomado un préstamo o dinero anticipado de su plan de jubilación, o planeaban hacerlo. “Ya había señales de alarma, pero la situación agarró desprevenidos a muchos trabajadores que no tenían ahorros para emergencias”, afirma Catherine Collinson, directora ejecutiva y presidenta de Transamerica Institute. “La pandemia ha revelado muchas debilidades en nuestra red de protección social”.

¿Cómo lograr que las personas en este país ahorren más? Una solución podría ser una innovación laboral que apenas está empezando a popularizarse: una cuenta de ahorros para emergencias patrocinada por el empleador y financiada con deducciones de nómina. Según el razonamiento, al crear un fondo dedicado a los ahorros, los trabajadores serían menos propensos a recurrir a las cuentas para la jubilación durante una emergencia. “Desde el punto de vista del comportamiento, es mucho mejor separar los ahorros a corto plazo de los a largo plazo”, dice Iwry. (AARP ha estado trabajando para que sea más fácil crear y usar estas cuentas, y ya se las ofrece a sus propios empleados).

Financiar la cuenta con deducciones automáticas de nómina es una clave para el éxito. “A veces piensas que no tienes dinero para ahorrar, pero si te guardan un poco de cada período de pago, no te sientes presionado”, afirma Iwry. —E.S.

Lección 5: El dicho "la edad es solo un número" tiene un nuevo significado

“Tu salud está directamente relacionada con tu estilo de vida: nutrición, actividades físicas, un peso saludable y un sueño reparador”.

—Dr. Jacob Mirsky, médico de atención primaria en el Revere HealthCare Center de Massachusetts General Hospital.

Vive saludablemente, vive más tiempo: Un estudio entre 470,034 mujeres y hombres, reveló algunas respuestas interesantes. El riesgo de una infección mortífera fue cuatro veces más alto para personas sanas de 75 años o más que para todos los participantes menores de 65 años. Pero al agregar a personas con enfermedades crónicas como presión arterial alta, obesidad o problemas pulmonares, el riesgo para las personas mayores de 75 años se volvió trece veces mayor. Otro hallazgo: una persona sana de 75 años tenía un tercio de las probabilidades de morir a causa del coronavirus que alguien de 65 años con varias enfermedades crónicas.

Hacer ejercicios es vital: la edad afecta tu riesgo de enfermarte gravemente de COVID-19, pero deberías concentrarte mucho más en evitar las enfermedades crónicas al tomar buenas decisiones sobre tu manera de vivir. “El coronavirus resaltó otra razón por la que es tan importante ocuparse de factores de salud como la mala alimentación y la falta de ejercicio”, afirma Mirsky. “Los cambios en el estilo de vida pueden mejorar tu salud general, lo que probablemente disminuirá directamente tu riesgo de padecer un caso grave de COVID-19 o de morir debido a esta enfermedad”. Y eso es verdad sin importar la edad que tengas. —S.H.

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spinner image Un robot por control remoto en una acera entre peatones
Peatones ven pasar un robot a control remoto.
PATRICK T. FALLON/AFP/ GETTY IMAGES

Lección 6: Acogimos la tecnología y no debemos retroceder

“Quienes probaron los servicios bancarios por internet seguirán usándolos. No significa que no regresarán a las sucursales, pero quizás regresen por otras razones”.

Trabajo y empleos

Lista de empleos, de AARP

Busca oportunidades de empleo para trabajadores con experiencia

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—Theodora Lau, fundadora de la empresa de asesoramiento de tecnología financiera Unconventional Ventures

Hace mucho que el mundo empezó a digitalizarse. Pero antes de la pandemia, los adultos mayores todavía tendían a comprar manzanas en el supermercado, ir al médico para que les midiera la presión arterial y ver las películas nuevas en el cine. Tal vez todavía estemos aferrados a unas cuantas experiencias en persona, pero cada vez más, las herramientas virtuales son la primera opción.

“Al menos, la pandemia de COVID-19 nos ha mostrado lo resistentes y adaptables que son los seres humanos como sociedad cuando se ven obligados a cambiar”, dice Joseph Huang, director ejecutivo de StartX, una organización que ayuda a lanzar compañías de tecnología.

La tecnología no se limitó a las videoconferencias: Las ganancias de las populares aplicaciones de entrega de comidas aumentaron más del doble el año pasado. Bodas y servicios funerarios se realizaron por videoconferencia (sí, regresaremos a las ceremonias en persona, pero probablemente con cámaras y transmisiones en vivo para incluir a participantes a distancia). En el sector financiero, PayPal informó que su grupo de usuarios de mayor crecimiento fue el de las personas mayores de 50 años; Chase dijo que aproximadamente la mitad de sus nuevos usuarios en línea también fueron de 50 años o más. En telemedicina, más médicos que nunca realizaron exámenes de rutina por medio de cámaras web —y, como respuesta, la cobertura de seguro se amplió para estas citas a distancia—. “Con rapidez se convirtió en la única manera de operar en gran escala en el mundo actual”, afirma Huang, “tanto para nosotros como pacientes, como para los médicos y el personal de enfermería que nos atienden. La telemedicina terminará siendo una experiencia mejor y más eficaz en muchos casos, incluso después de que se termine la COVID-19”. —L.P.

spinner image Un hombre consulta a su médico desde la comodidad de su hogar
El Dr. David Fost, de 56 años, inmunólogo de alergias en una llamada de telemedicina desde su casa en North Caldwell, Nueva Jersey, el 13 de abril de 2020.
ED KASHI/VII/REDUX

Lección 7: Ahora se trabaja desde cualquier lugar, un cambio prometedor para los adultos mayores

“Un gran impacto del trabajo desde el hogar es que más empleos ya no son en un lugar específico”.

—Carol Fishman Cohen, cofundadora de iRelaunch, que trabaja con empleadores para crear programas de regreso al trabajo en el punto medio de la carrera para trabajadores mayores.

La necesidad es la madre de la reinvención: Obligados a trabajar a distancia, millones de empleados (y sus gerentes) descubrieron que podían ser igual de productivos como lo eran en la oficina, gracias a internet de alta velocidad y otras tecnologías. “Esto ha abierto muchos ojos empresariales”, afirma Steven Allen, profesor de Economía en North Carolina State University. Entre otros empleadores, Twitter, la tienda REI y la empresa de seguros Lincoln Financial Group anunciaron planes para aumentar permanentemente el trabajo a distancia.

Cuida tu imagen virtual: Sí, muchos de nosotros permanecemos vinculados a un lugar: personal de enfermería, agentes de policía, techadores, chefs y muchos otros siempre necesitarán ir a trabajar en persona. Pero si estás entre las personas que ahora pueden trabajar a distancia, es posible que puedas vivir en una zona menos costosa que donde está basado tu empleador, o mudarte enseguida a la comunidad donde planeabas pasar tu jubilación. A medida que la contratación a distancia se populariza, tu imagen en pantalla se vuelve más importante. “Esto te presiona más para asegurarte de que proyectas una buena apariencia en un entorno virtual”, apunta Cohen. Una desventaja de la pandemia: casi las dos terceras partes de los trabajadores independientes dicen que sufrieron perjuicios económicos, según MBO Partners. Pero el trabajo a distancia podría impulsar su recuperación. “Ahora que las empresas están acostumbradas a que los trabajadores no estén tan apegados físicamente a un lugar de trabajo, estarán más dispuestas a contratar a empleados independientes”, dice Steve King, socio de Emergent Research.

Mientras tanto, la discriminación por edad sigue siendo una amenaza: lo demuestran los grandes impactos que padecieron los trabajadores mayores el año pasado. En diciembre, el 45.5% de los trabajadores desempleados mayores de 55 años habían permanecido sin trabajo durante 27 semanas o más, en comparación con el 35.1% de las personas más jóvenes que buscaban empleo. Se ha informado que algunos empleadores están reemplazando a los trabajadores mayores despedidos con trabajadores más jóvenes que ganan menos dinero. Según Allen, los hallazgos de estudios psicológicos indican que los trabajadores mayores tienen buenas destrezas de comunicación e interpersonales, ambas esenciales para el trabajo a distancia. Pero no se sabe si estas fortalezas pueden compensar la discriminación por edad en el lugar de trabajo. —E.S.

Lección 8: Nuestra confianza en los demás se ha desgastado, pero, poco a poco, se puede restablecer

“La verdad importa, pero requiere comunicación y paciencia”.

—Historiador John M. Barry, autor de The Great Influenza

Incluso antes de que nuestras perspectivas se perforaran por las líneas de puntos trazadas por la política de la pandemia, la raza y las clases sociales, estábamos perdiendo la fe en la sociedad. En 1997, el 64% de las personas en Estados Unidos sentían “mucha o bastante confianza” sobre la competencia política de sus conciudadanos; ahora, solo la tercera parte de nosotros sentimos eso. En una encuesta del 2019 realizada por Pew, se descubrió que la mayoría de las personas en este país dicen que no se puede confiar en la mayoría de la gente. Solo el 13% de los milénicos dicen que Estados Unidos es el mejor país, en comparación con el 45% de los integrantes de la generación silenciosa. Para confiar de nuevo:

A medida que regresa la vida, mira más allá de tu grupo de costumbre. “La desconfianza genera desconfianza, pero no se ha perdido la esperanza de encontrar puntos en común, en especial para los adultos mayores”, dice Freedman de Encore.org. Reconstruir la confianza significa “crear mayores oportunidades para encontrarnos con personas distintas a nosotros, y para unirnos, entre todas las generaciones”. Freedman menciona iniciativas durante la pandemia como Good Neighbors de la plataforma para compartir viviendas Nesterly, que empareja personas mayores y jóvenes para brindar apoyo intergeneracional, y Generation Xchange de la UCLA, que conecta a mentores de la generación X con niños desde kindergarten hasta tercer grado en la zona sur de Los Ángeles, donde se sabe que los logros educativos son muy deficientes. “Interactuar con personas para una meta común te hace confiar en ellas”, afirma Freedman.

Verifica los hechos y luego decide. Antes de adoptar una opinión, consulta fuentes de noticias equilibradas y de confianza (tales como Reuters y Associated Press) y sitios web imparciales de verificación de datos (como PolitiFact). Igual de importante, mantente abierto a puntos de vista cambiantes —tuyos y de los demás— a medida que cambian las condiciones. La pandemia de gripe de 1918 nos enseña: la confianza en el Gobierno se debilitó y después regresó. “A medida que vemos que las vacunas lentamente logran éxitos generalizados en la lucha contra este virus, creo que empezaremos a superar algunas de nuestras maneras aisladas de pensar y encontraremos alivio —juntos—, al ver que esta amenaza contra la salud pública está terminando”, dice el historiador Barry. —D.H.

spinner image Foto aérea de personas en un parque cubierto de hierba dentro de círculos de distanciamiento social pintados sobre el césped
Vista aérea de personas que yacen en círculos de distanciamiento social en Dolores Park en medio del brote de coronavirus en San Francisco, California.
LIU GUANGUAN/CHINA NEWS SERVICE VIA GETTY IMAGES

Lección 9: Nos reuniremos de nuevo, pero con mucho cuidado

“Las mascarillas y los desinfectantes formarán parte de lo normal durante años, de igual manera a cómo las medidas de seguridad en los aeropuertos y en el transporte todavía siguen vigentes después del 11 de septiembre”.

—Christopher McKnight Nichols, profesor adjunto de Historia en Oregon State University y fundador de la Citizenship and Crisis Initiative

La pandemia de COVID-19 no terminará con toques de campanas ni un desfile triunfal. Pero poco a poco y con cuidado volveremos a nuestras actividades de costumbre. A pesar de nuestros temores a causa del coronavirus, muchos ansiamos reanudar la vida en público. Cuando les preguntaron a 1,000 personas mayores de 65 años cuáles eran las actividades que más ansiaban reanudar después de la pandemia, el 78% dijeron salir a cenar, el 76% reunirse con familiares y amigos, el 71% viajar y el 30% contestaron ir al cine.

Volveremos a ver obras de arte, ir a conciertos, animar a nuestro equipo en un estadio; hasta iremos a reuniones de exalumnos que quizás antes no nos gustaban. ¿Pero cómo volveremos a sentirnos cómodos en grupos de decenas, cientos o miles? ¿Y serán distintas estas reuniones?

No esperes lo mismo de siempre. Al igual que el racionamiento, el aislamiento y la crisis económica causados por la Primera Guerra Mundial y la epidemia de gripe española “llevaron a cierto tipo de toma de conciencia sobre cómo la gente se reunía”, dice Nichols, se puede esperar que la COVID-19 cambie la naturaleza y la personalidad de nuestros espacios públicos. En la década de 1920, surgieron los clubes de jazz, los deportes organizados y las organizaciones fraternales, así como la época dorada de las películas. A medida que la pandemia disminuye, es probable que veamos más espacios al aire libre con temperatura controlada para eventos y comidas, más opciones para peatones y ciclistas, más parques municipales y más eventos híbridos que ofrecen a los participantes la opción de asistir de forma virtual.

Reentrena tu cerebro: Al tiempo que se adaptan los organizadores de eventos, también los asistentes necesitan hacerlo. Los psicólogos dicen que las técnicas de la terapia conductual cognitiva pueden ayudar a personas de cualquier edad a recuperar la seguridad y la confianza que necesitan para aventurarse a estar en espacios públicos después de la pandemia. “Visualizar buenos resultados y repetir una meta expresada pueden ayudar a superar los obstáculos que te hacen pensar dos veces”, afirma Gabriele Oettingen, profesora de Psicología en New York University, quien sugiere elaborar un plan "si entonces” para volver a acostumbrarte a la vida en público. Si comer adentro de un restaurante te inquieta demasiado, prueba entonces comer en una mesa al aire libre. Si unas vacaciones familiares a Italia con las que soñaste toda la vida parecen demasiado abrumadoras, programa entonces un viaje juntos en Estados Unidos. “Si algo impide que cumplas tus deseos, siempre hay una alternativa”, dice. “Eventualmente, lo lograrás”. —D.H.

Lección 10: La soledad perjudica la salud más de lo que creíamos

“No solo los adultos mayores se sienten aislados. Eso nos pasa a todos”.

—Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología y Neurociencia en Brigham Young University

¿Qué tan mortífera es la condición de soledad? Durante los primeros cinco meses de la pandemia, los confinamientos en hogares de ancianos para proteger a los adultos mayores y vulnerables con demencia contribuyeron a la muerte de 13,200 personas más, comparado con años anteriores, según una investigación impactante deWashington Post. “Las personas con demencia están muriendo”, dice el artículo, “no solo por el virus sino debido a la misma estrategia de aislamiento que se supone que debe protegerlos”.

El aislamiento puede ser la nueva normalidad: Aumentaron las tasas de angustia psicológica para todos los adultos a medida que se ampliaba la pandemia. Según una encuesta realizada por Johns Hopkins University, esas tasas subieron seis veces para los adultos jóvenes y se cuadruplicaron para las personas de entre 30 y 54 años. Y es difícil saber si la cultura laboral con la que contábamos muchos de nosotros para apoyo social regresará por completo en un futuro cercano.

Los mayores de 50 años tienen una ventaja. “Los adultos mayores con niveles más altos de empatía, compasión, firmeza y autoreflexión tienen menores índices de soledad”, dice el Dr. Dilip Jeste, director del Sam and Rose Stein Institute for Research on Aging de University of California, San Diego. “Muchos adultos mayores han manejado psicológicamente la COVID mejor que los adultos más jóvenes. La experiencia y la sabiduría vienen con la edad. Has pasado antes por tiempos difíciles y sobreviviste”. Jeste sugiere que los adultos mayores están en situación de ayudarse a sí mismos al ayudar a otros a manejar la soledad, como mentores y consejeros. —S.H.

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spinner image Una pareja posa para una fotografía en un mirador en el parque nacional de Yosemite en California
Los visitantes se toman fotografías en el mirador Tunnel View en el Parque Nacional Yosemite, California.
EZRA SHAW/GETTY IMAGES

Lección 11: Cuando tu mundo se vuelve pequeño, la naturaleza te permite vivir en grande

“Para los adultos mayores en particular, la naturaleza les dio una manera de deshacerse de la carga y las dificultades asociadas con las órdenes de quedarse en casa, el aislamiento social y el estrés de pertenecer a la población más vulnerable a la pandemia”.

—Kathleen Wolf, investigadora científica social de la School of Environmental and Forest Sciences en University of Washington

Un aspecto positivo de la nube oscura de COVID-19: las nubes mismas se volvieron más familiares para todos nosotros. Lo mismo sucedió con los pájaros, los árboles, las estrellas fugaces y los jardines de ventana. Casi 6 de cada 10 personas en el país sienten un nuevo aprecio hacia la naturaleza, según una encuesta en la que también se descubrió que tres cuartas partes de los encuestados dijeron que pasar tiempo al aire libre les mejoró el estado de ánimo. Puedes continuar así con nuestra nueva vida al aire libre:

Múdate a un lugar más verde (o por lo menos pasa más tiempo al aire libre). Casi un tercio de las personas en Estados Unidos estaban pensando en mudarse a zonas menos pobladas, según una encuesta realizada por Harris Poll el año pasado durante la pandemia. Caminar, trotar y andar por senderos se volvieron pasatiempos nacionales. Un día en septiembre pasado, el sistema de compartir bicicletas BlueBikes de Boston registró su mayor cantidad de ciclistas en un día, con 14,400 viajes. Los observadores de estrellas y los de aves ayudaron a que las ventas de binoculares aumentaran el 22%. El regreso del “jardín de la victoria” de la pandemia refleja investigaciones que descubrieron que el 79% de los pacientes se sienten más relajados y calmados después de pasar tiempo en un jardín.

Haz de la ciudad un lugar menos arenoso. Wolf, de la University of Washington, cree que nuestro placer colectivo por la naturaleza llegará más allá de la popularidad de las petunias para el patio trasero. Su resumen de investigación sobre los beneficios para los adultos mayores de estar cerca la naturaleza en las ciudades sugiere que podríamos repensar el diseño de los ambientes de vecindarios para facilitar las actividades al aire libre de las personas de mayor edad. Eso significa más lugares donde sentarse, más espacios verdes asociados a las condiciones de salud de los adultos mayores, rutas y senderos más seguros, y más asignación para jardines comunitarios. “Es imposible sobrestimar el valor de estos espacios al aire libre para reducir los eventos estresantes de la vida, mejorar la memoria de trabajo y agregar significado y felicidad a la vida de los adultos mayores”, comenta Wolf.

Si no puedes salir, trae la naturaleza al interior. Incluso videos y sonidos de la naturaleza pueden brindar ventajas para la salud de quienes permanecen adentro, según Marc Berman del Environmental Neuroscience Lab de la University of Chicago. “Escuchar grabaciones de grillos que chirriaban o de olas que se estrellaban mejoró el desempeño de los participantes en pruebas cognitivas”, dice. —D.H.

Lección 12: Para algunos, los tiempos difíciles ofrecen oportunidades

Cuando la situación se puso difícil, muchos se pusieron en marcha —con un plan de negocios—. Durante la segunda mitad del 2020, las solicitudes para establecer negocios con probabilidades de contratar empleados aumentaron un 40% en comparación con la cifra correspondiente para el año anterior, según informa la Oficina del Censo. Según Alexander Bartik, profesor auxiliar de Economía en University of Illinois en Urbana-Champaign, durante la Gran Recesión no hubo un auge igual. “Eso es razón para algo de optimismo, que haya personas que están intentando empezar cosas nuevas”, dice. Una posible razón fue distinta esta vez: las acciones y los valores de las viviendas, que a menudo se usan para financiar las empresas emergentes, no se habían deteriorado. —E.S.

Lección 13: la desigualdad de riqueza está aumentando y nos afecta a todos

“Es absurdo que alguien que trabaja a tiempo completo ni siquiera pueda pagar el alquiler, ni mucho menos la comida y la ropa. Tanto la derecha como la izquierda reconocen que esto es un problema”.

Joseph Stiglitz, economista ganador de un premio Nobel, profesor de Columbia University y autor de The Price of Inequality

“Los datos son bastante asombrosos”, afirma Stiglitz, uno de los economistas más reconocidos del país. Los economistas gubernamentales calculan que las tasas de desempleo durante esta pandemia han sido menores del 5% para las personas de mayores ingresos, pero de hasta el 20% para las de menores ingresos. “Las personas de bajos ingresos se han enfermado y han perdido sus empleos de una manera desproporcionada”.

Mientras que los profesionales de oficina trabajan desde casa y mantienen el distanciamiento social, quienes trabajan en primera línea para el Gobierno, la industria del transporte y los servicios de atención de salud —así como para las tiendas, los restaurantes y otros sectores de servicios— han estado más expuestos al desempleo y a mayores riesgos de salud. “Intentamos minimizar las interacciones a medida que tratamos de protegernos”, dice, “pero nos damos cuenta de que minimizar esas interacciones también está eliminando empleos”. Los efectos desiguales de la pandemia son particularmente evidentes en las fronteras raciales, según Jean Accius, vicepresidente sénior de AARP Global Thought Leadership. “Las pérdidas de empleo han impactado de una manera desproporcionada a las comunidades de color”, dice. Y también existe una brecha de salud, pues las personas de color —quienes son más propensas que los blancos en Estados Unidos a trabajar en empleos de primera línea— han tenido tasas más altas de infección por COVID-19, hospitalización y mortalidad, y tasas más bajas de vacunación. “Lo que vemos es un golpe doble para las comunidades de color”, señala Accius. “Los está impactando en el bolsillo, y también está afectando su salud”.

Esas crisis económicas y de salud, junto con las manifestaciones por injusticia racial durante el último año, dice Accius, “han suscitado conversaciones importantes sobre lo que debemos hacer para avanzar la equidad en este país”.

Según Stiglitz, una brecha creciente entre los ricos y los pobres en cualquier sociedad aumenta la inestabilidad económica, reduce las oportunidades y se traduce en menos inversiones en bienes públicos como la educación y el transporte público. Sin embargo, dice, el país parece estar preparado para realizar algunos cambios que podrían ayudar a reducir la brecha de riqueza. Entre ellos están las propuestas del presidente Biden para aumentar el salario mínimo federal a $15 por hora, aumentar el crédito tributario por ingreso del trabajo para los trabajadores de bajos ingresos y brindar licencia por enfermedad con paga. Stiglitz también propone subir los impuestos sobre las ganancias por las ventas de las acciones y otros valores que no se mantienen en cuentas para la jubilación. “La idea de que quienes trabajan para sostenerse no deberían pagar impuestos más altos que quienes especulan para sostenerse parece no ser algo difícil de explicar”, afirma Stiglitz.

“Mucha gente sigue diciendo que este es el momento en que debemos regresar a la normalidad”, dice Accius. “Pues regresar a la normalidad significa que estamos en una sociedad en la que quienes menos tienen siguen siendo los más impactados; una sociedad donde se marginaliza a los adultos mayores y se subvalora a las comunidades de color. Tenemos que ser honestos sobre lo que nos está sucediendo como una nación colectiva. Y luego, debemos ser audaces y valientes para de verdad construir una sociedad en la que la raza y otros factores sociodemográficos no determinen tu capacidad de vivir una vida más prolongada, sana y productiva”.

Para algunos, los tiempos difíciles ofrecen oportunidades

¿Quieres un recordatorio positivo de cómo se hacen las cosas al estilo estadounidense? Cuando las cosas se pusieron difíciles este verano pasado, muchos respondieron planificando un nuevo negocio. Durante la segunda mitad del 2020, hubo un aumento del 40% en comparación con la cifra del año anterior en las solicitudes para establecer negocios con altas probabilidades de contratar empleados, según la Oficina del Censo de EE.UU. De manera significativa, durante la Gran Recesión no hubo un auge igual, según Alexander Bartik, profesor auxiliar de Economía en University of Illinois en Urbana-Champaign. “Eso es razón para algo de optimismo, que haya personas que están intentando empezar cosas nuevas”, dice. Una posible razón es distinta esta vez: a diferencia de aquella recesión, las acciones del mercado bursátil y los valores de viviendas se han mantenido, y la gente a menudo recurre a estas fuentes de riqueza personal para financiar las pequeñas empresas incipientes.

Solicitudes para establecer negocios muy propensos a contratar empleados en EE.UU.

spinner image Gráfico que muestra el número de solicitudes para formar empresas que probablemente contraten empleados aumentó considerablemente durante la pandemia

Lección 14: los beneficios de la telemedicina se han vuelto irrefutables

“Los procesos que desarrollamos para evitar el cuidado de salud presencial han transformado nuestro enfoque hacia el manejo del cuidado de la diabetes”.

Dr. John P. Martin, codirector de Diabetes Complete Care en Kaiser Permanente Southern California

Si alguna vez existió el estereotipo del adulto mayor cuya vida gira en torno a un calendario constante de citas médicas en persona, este, ciertamente, se eliminó durante este último año debido a las presiones de la pandemia sobre nuestro sistema de cuidado de la salud. El momento fue fortuito de una manera: la telemedicina estaba lista para debutar y ha demostrado ser una bendición, en especial para quienes tienen enfermedades crónicas.

Despídete de las consultas médicas de rutina. Los pacientes que participan en el monitoreo a distancia del azúcar en sangre de Kaiser Permanente en el sur de California usan glucómetros con Bluetooth para transmitir los resultados directamente a sus expedientes médicos por medio de una aplicación para teléfonos inteligentes. “El monitoreo a distancia nos permite reconocer temprano cuándo debería ajustarse el tratamiento”, dice Martin.

Debemos pedir más acceso. La pandemia ha subrayado la necesidad de contar con más asistencia médica basada en el hogar para las enfermedades crónicas. Pero eso requiere tanto de la buena voluntad como de muchos dispositivos, tales como monitores de presión arterial con Bluetooth y, por parte del médico, sistemas para almacenar y analizar los datos. “La gente necesita acceso al equipo, y los sistemas de cuidado de la salud deben estar listos para manejar todos esos datos”, afirma Mirsky de Massachusetts General Hospital.

Las consultas médicas grupales podrían ser un camino a seguir. Mirsky está realizando consultas virtuales en grupo y monitoreo a distancia del azúcar en la sangre para sus pacientes con diabetes de tipo 2. “En vez de tener unos pocos minutos con cada persona para hablar de temas importantes, como las pruebas del azúcar en la sangre, la alimentación y el ejercicio, contamos con una hora o más para repasarlo”, señala. “En cada reunión, alguien del grupo tiene un buen consejo sobre algo de lo que no sabíamos, como un nuevo canal de ejercicios en YouTube o una aplicación para acondicionamiento físico. También hay apoyo entre los participantes. Me parece que las visitas grupales como estas continuarán en el futuro y se convertirán en parte del cuidado rutinario de enfermedades crónicas para todos los pacientes que lo deseen”.

En resumidas cuentas: el médico está disponible (en tu hogar). Manejar las enfermedades crónicas como la diabetes “no solo puede tratarse de que te subas a tu auto y conduzcas al consultorio de tu médico”, dice Martin. El camino a seguir es estar pendiente tú mismo de tus enfermedades.

Lección 15: nuestras ciudades no volverán a ser iguales

“Este es obviamente un momento muy decisivo en cómo viviremos y cómo organizaremos nuestras ciudades y comunidades. Habrá cambios duraderos”.

Chris Jones, planificador principal de Regional Plan Association, una organización de planificación urbana con sede en Nueva York

“Cuando estás solo y la vida te hace sentir solitario, siempre puedes ir al centro”, cantó Petula Clark en su éxito de 1964, una oda a la vida de la ciudad. Pues las cosas cambian. De repente, las muchedumbres son el enemigo, los autobuses públicos y el sistema de metro son riesgos para la salud, las torres de oficina atestadas perdieron popularidad y un espacioso hogar en las afueras parece ser el lugar donde queremos estar. Pero todavía no des por perdidos los centros de las ciudades.

El distrito empresarial y de oficinas tendrá otra apariencia. Muchos trabajadores están poco interesados en regresar a una vida con horario de 9 a.m. a 5 p.m. Aquellos que sí se desplacen al trabajo quizás encontrarán que se reemplazaron los cubículos con espacios de trabajo más flexibles enfocados en áreas comunes, con amplio espacio para sentarse al aire libre durante reuniones y almuerzos de trabajo. Y es probable que algunas de las oficinas que ahora están vacías se conviertan en apartamentos, con lo que los centros municipales serán más dinámicos. “Ahora hay una oportunidad para convertir un distrito empresarial central en un verdadero vecindario”, dice Richard Florida, autor de The Rise of the Creative Class y cofundador de CityLab, una publicación en línea sobre urbanismo.

Los espacios públicos servirán a más integrantes del público. Es probable que algunas de las áreas que se convirtieron en comedores de restaurantes al aire libre permanezcan así. Se transformaron calles y estacionamientos para tener plazas y zonas peatonales. Muchas ciudades ya abrieron millas de carriles para bicicletas; en el 2020, las personas en Estados Unidos compraron bicicletas, incluso bicicletas eléctricas, en cifras sin precedentes. “Esta idea del espacio social, donde se puede salir y disfrutar ese entorno público activo, se volverá cada vez más importante”, señala Lynn Richards, presidenta y directora ejecutiva de Congress for the New Urbanism, que aboga por ciudades que se pueden transitar a pie.

 

Colaboraron en este informe: Sari Harrar, David Hochman, Ronda Kaysen, Lexi Pandell, Jessica Ravitz and Ellen Stark

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