Vida Sana

| Aunque la comunidad médica ha defendido la telesalud durante años, no es hasta ahora, en medio de esta pandemia global, cuando muchas personas en el país están teniendo la oportunidad de experimentarla por sí mismos.
Para proteger a los pacientes y a ellos mismos del coronavirus, los proveedores de servicios médicos de casi todas las especialidades han dado el salto a citas virtuales, respaldados por la cobertura expandida de esta práctica por Medicaid y Medicare.

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"Las personas en Estados Unidos están recibiendo un curso acelerado en telesalud", dice Mei Wa Kwong, directora ejecutiva del Center for Connected Health Policy, una organización sin fines de lucro basada en Sacramento, California, que promueve el uso de la tecnología en el cuidado de la salud. "Después de esto, creo que la gente va a decir, '¿Por qué tengo que ir a la consulta, esperar una hora y estar expuesto a personas enfermas? durante la COVID-19 cuidé de esto virtualmente'".
La telemedicina es especialmente valiosa para las personas mayores con movilidad limitada, destaca Kwong, y para aquellas personas que viven en áreas rurales, a horas de distancia del especialista más próximo.
Aunque todavía hay muchos procedimientos médicos que pueden hacerse solamente en persona (extraer sangre, por ejemplo, o escuchar los pulmones de alguien), la pandemia del coronavirus está animando a pacientes de todo el país a reconocer las ventajas de la telesalud.
Ahorra tiempo y molestia
Teri Siegel, de 69 años, sabía que necesitaba ver a un urólogo, pero estaba nerviosa de salir de su hogar en Charlotte, Carolina del Norte, durante el brote del coronavirus. Así que cuando la oficina del urólogo llamó la semana pasada para ver si estaría de acuerdo en cambiar su visita a una virtual, Siegel se alivió, a pesar de que nunca antes había probado la telemedicina.
Unos días después, a través de una aplicación en su teléfono celular, Siegel se conectó con su médico, quien le hizo algunas preguntas sobre sus síntomas y le recetó un medicamento. No solo se sintió más segura, dice Siegel; también fue mucho más cómodo que una cita en persona.
"Tomó menos de 15 minutos", destaca ella. "Normalmente, hubiera tenido que subirme al auto, conducir media hora y esperar en la consulta, para después regresar al auto y conducir hasta casa. Eso lleva la mitad del día".
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