Vida Sana
"¿Eres feliz?". Muchos de nosotros oímos alguna versión de esta pregunta o frase varias veces al día. La expectativa en Estados Unidos es que todos nos sintamos felices cada minuto del día. Incluso se menciona el concepto en la Declaración de la Independencia: se nos conceden derechos inalienables a "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad".
Pero si nos fijamos en las cifras —según una encuesta sobre salud mental de AARP, más del 60% de los cuidadores afirman que cuidar a un ser querido aumenta sus niveles de estrés y ansiedad—, mantener esa disposición alegre no siempre es fácil. No es de extrañar que muchos de nosotros, especialmente los cuidadores, sintamos a menudo que nos quedamos a mitad de camino.
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Pero, ¿qué sucedería si alguien te dijera que todos estamos persiguiendo el objetivo equivocado? ¿Y si fuera imposible alcanzar un estado continuo de felicidad?
La Dra. Jennifer Guttman, terapeuta y autora del libro Beyond Happiness: The Six Secrets of Lifetime Satisfaction, sostiene que nuestro constante empeño en ser felices puede, de hecho, dar lugar a un sentimiento de incompetencia.
"La felicidad es una emoción", explica Guttman. "Es la sensación que tienes cuando ves un amanecer, recibes un mensaje positivo o tienes en brazos a tu nuevo nieto. La realidad es que las emociones no pueden mantenerse; son más bien un golpe de dopamina a corto plazo. Un objetivo mucho más alcanzable y saludable es sentirse satisfecho a lo largo del día o tener una sensación de satisfacción al final del día".
No existe el fracaso cuando se trata de emociones
Esto debería darnos cierto alivio a quienes dedicamos tiempo a cuidar de otros y a menudo somos incapaces de priorizar regularmente nuestras propias emociones o deseos. El libro de Guttman surgió de su experiencia personal y de su práctica como terapeuta. "En los últimos 30 años, miles de clientes han acudido a mi consulta y me han dicho que sentían que fracasaban en su intento de ser felices", dice Guttman. "Y yo les digo que no pueden fracasar en una emoción".
Guttman considera que la felicidad depende de factores del mundo exterior. "Cuando nos decimos a nosotros mismos que los comentarios positivos del médico, el logro de un hito de salud importante o una nueva relación con otro cuidador nos harán felices, a menudo nos estamos preparando para la decepción. Si esperamos que este tipo de cosas nos aporten felicidad de forma continuada y sostenible, estamos destinados a sentirnos defraudados", afirma. "Como todas las emociones, la felicidad va y viene. Sí, es una sensación fantástica, pero no es duradera".
La satisfacción es un mejor objetivo
Según Guttman, la satisfacción es diferente. "La satisfacción es un sentimiento de contento y paz", explica. "Es lo que sientes cuando logras algo que te habías propuesto, cuando terminas un libro o un proyecto, cuando terminas de revisar tu buzón de correo o estás sentado a gusto en el sofá. Con el conjunto de habilidades adecuadas, la satisfacción puede lograrse dentro de uno mismo. Y puede ser duradera".
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