Vida Sana
Para Linda Simons, la parte más importante de su ritual diario de cuidados comienza mucho antes de que salga el sol y mucho antes de que su marido de 82 años, que padece Parkinson y deterioro cognitivo, se levante cada mañana.
Según ella, las actividades de cuidado más importantes del día son sus propios momentos de autocuidado antes de que salga el sol. Suele dedicar tiempo a hacer ejercicio, ducharse, maquillarse y ponerse un atuendo alegre que le ayude a sentirse como algo más que la cuidadora de su marido, Harvey.
En una nación pospandémica, el estrés de los cuidados familiares no ha hecho más que complicarse, y los 48 millones de cuidadores familiares adultos del país —que no cobran por su trabajo— deben tomar medidas diarias para atender primero su propio bienestar físico, emocional y mental, según un reciente estudio de AARP, "A Look at U.S. Caregivers’ Mental Health" (Una mirada a la salud mental de los cuidadores en EE.UU. - en inglés). La encuesta, realizada a 1,001 adultos mayores de 18 años del país, se llevó a cabo del 1.º al 14 de mayo del 2023. Todos los participantes cuidaban sin remuneración a un ser querido adulto o lo habían hecho en los últimos tres años.
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"Para cuando él baja, al menos he podido disfrutar de un rato de tranquilidad", dice la residente de 68 años de Newton, Massachusetts.
El autocuidado funciona como una armadura para Simons. Ha aprendido a equilibrar el estrés que supone atender las múltiples necesidades de su marido durante el día y la noche con actividades cotidianas que le dan oxígeno mental.
"Si eres un cuidador familiar, no dejes que nadie te avergüence y te haga creer que el autocuidado es egoísta", dice Simons.
Retos diarios de los cuidadores
En general, la mayoría de estos estresados cuidadores son mujeres, cuyas responsabilidades van desde cocinar hasta conducir y ayudar a sus seres queridos en las actividades de la vida diaria, que incluyen vestirse, ducharse e ir al baño.
La encuesta subraya el peso de todo ese trabajo extra para los cuidadores familiares: la mitad de los cuidadores (50%) afirmaron que los cuidados aumentaban su nivel de estrés emocional, mientras que más de un tercio (37%) dijo que repercutían en sus sensaciones físicas de estrés. Las cuidadoras experimentan más estrés y ansiedad que sus homólogos masculinos; y los cuidadores más jóvenes (menores de 35 años) enfrentan más problemas emocionales que los cuidadores de más edad, además de mayores niveles de ansiedad. Nada menos que 4 de cada 10 cuidadores (39%) afirman que rara vez o nunca se sienten relajados.
"Piensas que no tienes tiempo para tus propias necesidades médicas y de apoyo para la salud mental cuando dedicas tanto tiempo a cuidar de los demás", señala Charlotte Yeh, directora médica de AARP.
Eso está mal, dice. Los cuidadores familiares deben aprender a cuidar ante todo de sí mismos. Y, sí, eso es difícil. Alrededor del 61% de los cuidadores familiares trabajan. Otro 30% de ellos también tienen hijos o nietos en casa. No solo los cuidadores familiares no reciben remuneración, sino que el cuidador típico gasta más de $7,000 anuales de su bolsillo en el cuidado de un ser querido. Y quizá lo más estresante de todo, explica Yeh, es que a 6 de cada 10 se les pide regularmente que realicen procedimientos médicos, como controlar la tensión arterial o poner inyecciones, para los que quizá no estén capacitados.
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