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7 decisiones financieras realmente malas y cómo evitarlas

Además, lo que puedes hacer para corregir errores y proteger tus activos.


ilustración de un puerquito de ahorros elevandose con un globo, y una mano acercándose con una aguja
GETTY IMAGES

Los consejos relacionados con la jubilación son tan numerosos como las facturas que nos llegan cada mes. Pero a pesar de la avalancha de consejos para aumentar los ahorros, manejar las deudas y asegurarse de que un ahorro dure toda la vida, la gente sigue tomando decisiones financieras terribles. Desde ser víctimas de estafas que prometen hacerte rico rápidamente hasta usar una cuenta de ahorros jubilatorios como si fuera un cajero automático, estos errores pueden con frecuencia sabotear un plan financiero, una cartera jubilatoria o un programa de reducción de deudas.

No puedes controlar cómo la inflación o el rendimiento del mercado afectan el saldo de tu 401(k)(en inglés). Pero sí tienes control sobre las decisiones financieras que tomas, y esas elecciones pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida durante tu jubilación. Aquí tienes una breve lista de errores financieros no forzados y algunas medidas que puedes tomar para corregirlos.

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1. Usar fondos del 401(k) para comprar una casa

Comprar una linda casa nueva o una propiedad de vacaciones generalmente requiere un pago inicial considerable. Pero saquear tu 401(k) o cuenta individual de jubilación (IRA) para hacerlo es un error.

"Algo que me molesta mucho es cuando la gente considera sacar $100,000 o más de una cuenta de jubilación para comprar bienes raíces", dice Andrew Wood, un asesor de planificación de jubilación con Daniel A. White & Associates en Glen Mills, Pensilvania.

Hay varias desventajas al tocar tus ahorros para poner un techo sobre tu cabeza, dice Wood. Para empezar, los retiros de un 401(k) tradicional o IRA cuentan como ingreso ordinario, por lo que pagarás impuestos sobre esa gran distribución (que incluso podría empujarte a una categoría de impuestos más alta). Y si eres menor de 59 años y medio, el IRS lo considera un retiro anticipado y, en la mayoría de los casos, aplica una multa del 10% además de la factura de impuestos regular.

Restar ese gran gasto de tu saldo ahora también te deja con menos activos invertibles restantes (como acciones o fondos mutuos) que acumulen rendimientos para el futuro. Eso es "un retraso permanente", dice Greg McBride, analista financiero jefe en Bankrate.

"Tratar una cuenta de jubilación como 'dinero encontrado' al comprar una casa o cuando surgen gastos imprevistos puede parecer una solución rápida, pero es una mala decisión financiera", dice.

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2. Deber dinero en muchas tarjetas de crédito

La deuda no es tu amiga en la jubilación, especialmente si está acumulada en tarjetas de crédito con tasas de interés altísimas. La tasa porcentual anual promedio (APR) de tarjetas de crédito en junio del 2025 fue del 24.33%, según LendingTree.

Muchas personas se engañan pensando que su deuda está bajo control al mantener saldos más pequeños, aparentemente manejables, en varias tarjetas. Eso puede darles "consuelo emocional", pero oculta la realidad de que están acumulando una deuda considerable, dice Rob Leiphart, un planificador financiero certificado en Shelton, Connecticut.

"Una tarjeta con un par de miles de dólares generalmente no es muy difícil de pagar", dice. "Cuando tienes cinco o seis tarjetas con ese saldo, eso un problema". Tampoco es raro para los adultos mayores: el adulto boomer promedio tiene una deuda de tarjeta de crédito de $6,754, según un estudio reciente de Experian (en inglés), y una persona promedio de la generación X debe $9,557 en sus tarjetas.

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La solución: Mira tu deuda de tarjeta de crédito en su totalidad, no tarjeta por tarjeta. Si la cantidad que debes está creciendo, identifica la causa raíz del gasto excesivo y crea una estrategia de pago que sea factible.

Una opción podría ser consolidar la deuda de la tarjeta de crédito en un préstamo más barato, como una línea de crédito con garantía hipotecaria (HELOC) o un préstamo personal. Las tasas de interés promedio en esos tipos de deuda eran de aproximadamente 8.3 y 12.7%, respectivamente, a mediados de junio, según Bankrate.

3. No planificar para la jubilación hasta que te jubiles

¿Crees que no necesitas un plan financiero o que estás demasiado ocupado para crear uno? Eso puede ser costoso. Karen Altfest, vicepresidenta ejecutiva de Altfest Personal Wealth Management en la ciudad de Nueva York, se estremece al pensar en una reunión que tuvo con un cliente.

"El hombre dijo: '¿Me podría ayudar a ver si mi cartera me durará toda la jubilación?'", recuerda. "Le pregunté cuándo planeaba jubilarse, y él respondió, 'Me jubilé el mes pasado'". Para ella, la pregunta llegó años, si no décadas, demasiado tarde. Demasiadas personas "renuncian al factor tiempo al planificar sus metas", dice.

Eso no quiere decir que no se pueda armar un plan en el último minuto, agrega Altfest. Ella revisó la cartera y los activos de su cliente, habló con él sobre su tolerancia al riesgo y sus objetivos financieros, y exploró los costos de quedarse donde vivía versus reducir su tamaño.

"Lo que no pude hacer fue decirle cómo ahorrar más y planificar mejor para una jubilación que estaba a años de distancia", dice. "Si el cliente me hubiera llamado unos años antes, podría haberle presentado una variedad de formas en las que pudo haberse preparado para su futuro y el futuro de su familia", dice Altfest.

La solución: Comienza a trabajar en un plan para la planificación patrimonial, estrategias fiscales y otros componentes clave de un plan de jubilación en los años previos a la jubilación.

4. Perseguir inversiones volátiles

Claro, el bitcoin ha hecho ricas a algunas personas. Pero la moneda digital extremadamente volátil ha dejado a muchos otros con pérdidas devastadoras debido a enormes caídas después de alcanzar máximos históricos. Perseguir inversiones especulativas y no probadas cuando los precios están disparándose a menudo termina mal. La historia está llena de inversiones de moda que primero explotaron y luego se desplomaron, desde la fiebre de los tulipanes en los años 1600 hasta la burbuja puntocom a finales de los años 1990.

La criptomoneda puede haberse vuelto más popular, con un creciente número de grandes empresas financieras invirtiendo en bitcoin y el presidente Donald Trump firmando una orden ejecutiva en marzo para establecer una reserva estratégica nacional de bitcoin, pero el espacio de las criptomonedas sigue siendo especulativo, dice Tim Steffen, director de planificación avanzada en Baird Private Wealth Management en Milwaukee, Wisconsin.

"Hay que tener cuidado con todas estas ramificaciones de bitcoin, todas las otras monedas digitales que se han creado", dice Steffen. A pesar de todo su crecimiento, dice, las criptomonedas no tienen valor intrínseco: "Solo ganas dinero con [cripto] cuando alguien más te pagará más por ello más tarde. No es invertir en un negocio. No estás comprando bienes raíces".

La solución: Mantén inversiones establecidas como acciones, bonos y bienes raíces y diversifica tus tenencias para que no te lo juegues todo a una sola carta. Si quieres comprar criptomonedas, haz que sea solo una pequeña parte de tu cartera total y usa dinero que puedes permitirte perder.

5. Invertir emocionalmente

Es tentador apostar a lo grande en un mercado alcista y comprar cuando los precios parecen subir, subir y subir, y es fácil asustarse y vender cuando el índice Dow se desploma. También es peligroso. "La montaña rusa emocional es responsable de más pérdida de riqueza que probablemente cualquier otro factor individual", dice Neel Shah, socio de Omni 360 Advisors en Plainsboro, Nueva Jersey.

Ignorar los principios financieros probados con el tiempo —comprar barato, vender caro, mantener el rumbo durante las caídas del mercado— es una receta para el fracaso en las inversiones, dice Thorne Perkin, presidente de la firma de gestión de inversiones Papamarkou Wellner Perkin, con sede en Nueva York.

"El mercado de valores es el único comercio en el que las personas huyen cuando ven precios descontados, cuando todo está en oferta", dice. "Si bien mantener el rumbo puede ser difícil cuando los mercados financieros se ponen a prueba, la historia ha demostrado que los inversionistas estables son recompensados. Se recomienda a los inversores que tengan un poco de paciencia".

La solución: Mantén un enfoque disciplinado y revisa regularmente tu tolerancia al riesgo para asegurarte de que estás cumpliendo tus metas, dice Shah. Si piensas que eres propenso a comprar o vender motivado por el pánico, busca un profesional financiero que te guíe.

6. Ayudar demasiado a los hijos

Apoyar financieramente a los hijos adultos durante demasiado tiempo puede salir mal si pagar las facturas de los hijos agota los activos destinados a salvaguardar tu propia jubilación, dice Anthony Ogorek, presidente y fundador de Ogorek Wealth Management en Williamsville, Nueva York.

"La ayuda para los hijos es muy cara", dice. "A menudo los padres dicen, quiero ayudar a Susie o Johnny con el pago inicial de su casa o subsidiarlos con $500 o $1,000 al mes".

Haz eso solo si no afecta negativamente tu preparación y seguridad para la jubilación, dicen los profesionales financieros.

"Es solo cuestión de si puedes permitírtelo", dice Steffen. "Algunas personas sienten la obligación de ayudar a sus hijos adultos económicamente a su propio perjuicio".

La solución: Haz los cálculos y comprende los riesgos. ¿El dinero que estás gastando en tus hijos adultos te va a obligar a trabajar más tiempo? ¿Estás ahorrando significativamente menos para la jubilación? Si te encuentras preocupado por quedarte sin dinero más adelante en la vida, piensa dos veces sobre tu nivel de apoyo financiero a los hijos.

7. Comprar una casa más grande cuando deberías hacer lo opuesto

La sabiduría convencional dice que los padres cuyos hijos ya se han ido de casa deberían vender la casa grande que ya está pagada (o tiene un montón de capital) y usar las ganancias para pagar en efectivo un lugar más pequeño. Ogorek dice que recientemente ha visto a clientes mayores "que se enamoraron" de una casa e hicieron lo contrario: "De hecho, se mudaron a una casa más grande", y pidieron prestado para hacerlo.

"En lugar de poder extraer capital de su casa, en realidad se han endeudado más porque esto es algo que quieren en este punto de su vida", dice Ogorek.

El sacrificio por esa casa de ensueño con vista al lago o al noveno hoyo es una nueva hipoteca, facturas más grandes (para calentar y enfriar más pies cuadrados) y un menor ahorro en el que apoyarte.

Ogorek dice que a menos que tengas mucho dinero, comprar una casa más grande podría desajustar tus finanzas en el momento equivocado de la vida. De lo contrario, él agrega, tendrás que "contar con poder trabajar durante la jubilación".

La solución: Realiza un análisis reflexivo de dónde y cómo quieres vivir en tus años dorados. Haz los cálculos para asegurarte de que el costo de una casa de ensueño costosa encaje en tu presupuesto jubilatorio.

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