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¿Qué es el reflujo silencioso?

¿Tienes la garganta irritada? Podría ser una serie de enfermedades, incluido este trastorno digestivo poco conocido.


spinner image Una mujer se agarra la garganta con una mano
GETTY IMAGES

Muchas personas están familiarizadas con la acidez estomacal, esa sensación dolorosa de ardor en el pecho, causada por el reflujo ácido. Alrededor de 1 de cada 5 adultos experimentan reflujo ácido frecuente, también conocido como reflujo gastroesofágico (ERGE). Lo que tal vez no sepas es que la ERGE tiene un primo sigiloso y menos conocido que también puede causar sufrimiento, una enfermedad conocida como reflujo laringofaríngeo (LPR) o “reflujo silencioso”. 

Al igual que cualquier miembro de la misma familia, estas dos enfermedades comparten rasgos similares: “Ambas implican el movimiento del contenido del estómago hacia el esófago”, dice el Dr. Joshua Zeiger, profesor adjunto de Otorrinolaringología y Cirugía de cabeza y cuello en la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai.

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Aunque la acidez estomacal es una señal reveladora —y difícil de ignorar— de ERGE, el reflujo laringofaríngeo ataca, bueno, más silenciosamente. Esto es lo que debes saber sobre el reflujo silencioso, incluidos algunos de los síntomas a los que debes prestar atención.

¿Qué causa el reflujo silencioso? 

El reflujo ácido —silencioso o no— ocurre cuando el ácido estomacal o la bilis vuelve a subir al esófago, el tubo de aproximadamente 10 pulgadas que conecta la garganta con el estómago.

Cuando el ácido sube repetidamente del estómago y se detiene en la parte inferior del esófago, se conoce como ERGE. Cuando viaja por el esófago y continúa hacia la laringe y la garganta (la faringe), se considera LPR.

“Los pacientes pueden sufrir LPR y ERGE simultáneamente”, dice Zeiger. “Cuando un paciente tiene LPR sin ERGE, a veces se le conoce como reflujo 'silencioso'". Eso se debe a que el reflujo laringofaríngeo no presenta un conjunto tradicional de síntomas fáciles de detectar.

Señales y síntomas

La dificultad para tragar, la tos, el aclaramiento de la garganta y la ronquera son todos síntomas de LPR. Según la Cleveland Clinic, más de la mitad de las personas que se quejan de ronquera crónica tienen reflujo silencioso.

La sensación de un nudo en la garganta o un mal sabor en la boca cuando te despiertas por la mañana también puede indicar el reflujo silencioso.

El problema es que estas señales de advertencia imitan los síntomas asociados con otras enfermedades (incluidas las alergias y el resfriado común) y los hábitos de estilo de vida (como comer en exceso, comer tarde o acostarse justo después de una comida).  

“El diagnóstico de LPR a veces es difícil porque los síntomas no son específicos”, dice el Dr. Lee Akst, profesor adjunto de Otorrinolaringología y Cirugía de cabeza y cuello en Johns Hopkins Medicine y director del Johns Hopkins Voice Center. También pueden ser causadas por otros problemas no relacionados con el reflujo, dice, como sequedad, lesiones sutiles de las cuerdas vocales o debilidad de los nervios de las cuerdas vocales. “Todos estos pueden causar las mismas quejas del reflujo silencioso”, dice Akst.

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Cuándo acudir al médico

Si tienes síntomas y una búsqueda en internet te lleva a creer que puede ser LPR, debes programar una cita con tu médico de atención primaria.

“Dada la naturaleza no específica de los síntomas del reflujo laringofaríngeo, es buena idea consultar a tu médico de manera oportuna”, dice Zeiger. “Aunque el reflujo silencioso rara vez representa una enfermedad urgente, hay otras enfermedades que causan síntomas similares y pueden requerir una evaluación y un manejo más rápidos. Tu médico ayudará a guiarte por lo que puede ser un diagnóstico difícil”.

Si no se trata, el reflujo laringofaríngeo puede causar complicaciones, incluidas infecciones frecuentes (el ácido estomacal interfiere con la capacidad de la mucosidad para eliminar infecciones de la garganta y los senos paranasales) e irritación que puede interferir con tu capacidad para hablar y tragar. 

El tratamiento de este tipo de reflujo generalmente comienza con cambios en el estilo de vida. “Los cambios en la dieta y el comportamiento son fundamentales para el tratamiento del reflujo laringofaríngeo”, dice Zeiger. Entre ellos se cuentan:

  • Mantener un peso saludable
  • Dejar de fumar
  • Limitar la cafeína, el alcohol y las bebidas carbonatadas
  • Evitar el chocolate, la menta, los tomates, las frutas cítricas y los alimentos grasos, fritos y picantes

“Comer tarde por la noche también puede empeorar reflujo laringofaríngeo”, agrega Zeiger. “Muchos médicos recomiendan esperar varias horas después de comer antes de acostarse para que el contenido del estómago tenga menos probabilidades de subir hacia la garganta”.

Si los síntomas persisten, es posible que tu médico recomiende lo que se conoce como terapia de supresión de ácidos con uno de diversos medicamentos, entre ellos los inhibidores de la bomba de protones (PPI) como omeprazol (Prilosec) o lansoprazol (Prevacid) y bloqueadores de histamina-2 (H2). No debe confundirse con los antiácidos, que funcionan al neutralizar el ácido estomacal, las PPI y los bloqueadores H2 reducen la cantidad de ácido que produce el estómago.

“Es difícil saber qué parte de los síntomas de la garganta están relacionados con LPR y qué se relaciona con algo diferente”, dice Akst. “Es por eso que el camino más apropiado hacia adelante es a menudo tratar el posible reflujo y ver si el paciente mejora, y al tiempo reconocer que podría no ser reflujo y tener en cuenta todas las demás posibilidades.

“Con demasiada frecuencia”, agrega, “veo que los pacientes se obsesionan con el reflujo y reciben dosis más altas de antiácidos sin prestar atención a los otros problemas que podrían estar causando sus síntomas”.

Si los cambios en el estilo de vida y los medicamentos no alivian los síntomas, es probable que tu médico recomiende consultar a un otorrinolaringólogo (también conocido como especialista en oídos, nariz y garganta, o ENT).

Las personas con frecuencia usan la laringoscopia (un proceso en el que se inserta un tubo delgado con una cámara a través de la nariz o la boca para observar la laringe), principalmente para descartar pólipos, parálisis vocal y cáncer.

“Los cánceres del tracto aerodigestivo pueden [tener] síntomas similares a los del reflujo laringofaríngeo”, explica Zeiger. Otros síntomas —como un cambio de voz grave, dificultad para respirar y un bulto en el cuello— se asocian con cáncer de cabeza y cuello, agrega.

Si los síntomas empeoran, tu médico puede recomendar un procedimiento quirúrgico conocido como funduplicatura laparoscópica de Nissen. Durante el procedimiento, tensan el área que conecta el estómago y el esófago para prevenir el reflujo. 

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