Centro de recursos

Peter Stapleton pensó que finalmente había encontrado el lugar adecuado para su madre: una habitación privada en un centro de vida asistida bien administrado en los suburbios de Washington, D.C. Ella tenía independencia física y se estaba adaptando bien a la nueva residencia, incluso cuando comenzaron a aparecer indicios de las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer. Pero luego, un cambio aparentemente menor —agregar una sexta pastilla, un medicamento para la alergia, a su régimen diario de medicamentos— generó un aumento inesperado en su factura mensual.
"De repente, estábamos pagando cien dólares más al mes", dice Stapleton. "Todo porque ella pasó de cinco a seis pastillas, y sin ninguna advertencia de que habría un costo extra".

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El cargo adicional estaba vinculado al sistema de administración de medicamentos por niveles que tenía el centro, un modelo de precios que cobra más en función del número total de pastillas que toma un residente cada día, sin importar qué pastillas sean. Incluso las cosas básicas, como multivitaminas o suplementos en gomitas, cuentan para el total. "No se trata del tipo de pastilla", explica Stapleton. "Es cuántas tienen que administrar".
Cuando Joleen Hyde trasladó a su suegro, quien tenía demencia de aparición temprana, (en inglés) de un centro en Nueva Inglaterra a un lugar más próximo a ella en Virginia, no estaba preparada para la falta de transparencia y la avalancha de cargos inesperados. A pesar de las conversaciones iniciales sobre las necesidades de atención de su suegro, el nuevo centro agregó a la factura mensual, que se debitaba automáticamente de la cuenta corriente de su suegra, un cargo sorpresa de $5,000 por los servicios de asistencia nocturna, lo cual puso a la familia en apuros. Hyde, quien trabajaba con un profesional de atención a adultos mayores, dijo que la administración del centro inicialmente no respondió a sus preguntas. Después de abogar por un reembolso —que finalmente recibió—, trasladó a su suegro a un centro de cuidado de la memoria más pequeño, con un enfoque más compasivo y práctico.
"Siempre hay que leer la letra pequeña, cuestionar cada cargo y asegurarse de que alguien más revise las facturas", aconseja Hyde. "Cuando uno está inmerso en el rol de cuidador, es fácil pasar por alto los detalles, pero ahí es precisamente cuando los centros podrían aprovecharse".
Una tendencia creciente con facturas cada vez más altas
Estas historias no son casos aislados. En todo el país, más de un millón de adultos mayores viven en centros de vida asistida, según el Centro Nacional para la Vida Asistida (NCAL), y las familias pronto descubren que los costos más importantes a menudo no están incluidos en lo que se publica como la tarifa base.
"A medida que la población envejece, garantizar que los adultos mayores puedan acceder a una atención adecuada es más importante que nunca", dice Lauren Ryan, directora de Asuntos Gubernamentales de AARP. "La información transparente, especialmente sobre los costos, es esencial para empoderar a las familias para tomar decisiones informadas y seguras cuando seleccionan un centro de vida asistida y navegan las necesidades de cuidados continuos".
Los expertos dicen que la mayoría de los residentes pagarán mucho más que el precio de lista indicado debido a los planes escalonados de atención, los cargos de administración de medicamentos y los cargos por diversos servicios, incluidos lavandería y transporte, y hasta el servicio de comida en la habitación. Los folletos pueden hacer parecer que los costos incluyen todo, pero la realidad se acerca más a un sistema de precios a la carta para diferentes niveles de necesidad.
"Las familias pueden encontrarse con costos sorpresa adicionales", dice Colleen Duewel, una profesional en cuidados geriátricos integrales y fundadora de LionHeart Eldercare & Consulting. "Incluso cuando las familias se toman el tiempo para considerar cuidadosamente sus opciones, a menudo no saben qué buscar o qué preguntas hacer para entender completamente lo que no está incluido".
Los costos ocultos a menudo incluyen cargos adicionales por niveles más altos de atención:
- Asistencia con las actividades diarias (vestirse, bañarse, comer)
- Cuidados para la demencia o la memoria
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