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Guía para los jubilados sobre cómo sobrevivir a una recesión

Las contracciones económicas son inevitables, para eso te mostramos cómo proteger tus ahorros jubilatorios.


spinner image Ilustración de un barco de papel rojo navegando en una gráfica estadística en medio de una tormenta
ISTOCK / GETTY IMAGES

¿Está en recesión Estados Unidos? Los medios de comunicación se llenaron de especulaciones después de que el Bureau of Economic Analysis (BEA) anunciara que la economía del país se había contraído en el primer y segundo trimestre del 2022. La National Bureau of Economic Research (NBER), árbitro oficial de las recesiones, dice que todavía es muy pronto para decirlo.

Pero tarde o temprano, la economía entrará en una recesión, porque esa es su naturaleza: después del auge viene la caída. En el caso de muchos jubilados, el mayor desafío es la volatilidad de las inversiones que por lo general acompaña a una recesión. Para las personas que aún no están listas para jubilarse, la mayor preocupación tiende a ser perder su trabajo. Sin embargo, si sabes qué esperar en una recesión, sabrás cómo sobrevivirla. Veamos qué son las recesiones y cómo superarlas.

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¿Qué es la recesión?

La mayoría de los jubilados han vivido a través de varias recesiones y saben que no es una situación agradable. Por lo general, verás que una recesión se describe como “dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo”. En otras palabras, el producto interno bruto (PIB), ajustado a la inflación, tiene que disminuir durante al menos seis meses. Sin embargo, esa no es una descripción demasiado precisa.

La NBER es una organización privada sin fines de lucro integrada por investigadores económicos. El Comité de Investigación del Ciclo Económico de esta entidad utiliza varios indicadores diferentes para determinar cuándo comienza y termina una recesión. El PIB es solo uno de esos indicadores. El comité también examina las tendencias de empleo, la producción industrial y las ventas minoristas, entre otros factores.

La definición más amplia de una recesión que da la NBER es: “una contracción apreciable de la actividad en toda la economía, que dura más de unos pocos meses”. En términos prácticos, una recesión es un período de aumento del desempleo, de fracasos empresariales y de dificultades económicas en general.

Desde 1854, Estados Unidos ha experimentado 35 recesiones, que han durado un promedio de 17 meses, según la NBER. Las recesiones han sido menos frecuentes y más cortas desde 1945, con un promedio de duración de 10.3 meses. La recesión de 1873 fue el epítome de la miseria: duró 65 meses. 

spinner image Fechas de recesiones económicas
NBER

¿Qué causa una recesión?

Una recesión clásica es el producto de una economía sobrecalentada. La demanda cada vez mayor de bienes sobrepasa rápidamente la capacidad de la industria de producirlos, y esto, a su vez, causa la inflación. La baja tasa de desempleo significa que los trabajadores pueden obtener salarios más altos, lo que resulta en aun mayor sobrecalentamiento económico.

¿Cómo se convierte eso en una recesión? La alta demanda de los consumidores en una economía en pleno auge por lo general se traduce en tasas de interés más altas. El aumento de las tasas significa que los préstamos se vuelven más costosos para las empresas, lo que reduce los ingresos corporativos. En el caso de los jubilados, las tasas de interés hipotecarias más altas hacen que sea más difícil vender una casa, y las tasas de interés de las tarjetas de crédito y los préstamos para automóviles se encarecen. Si las empresas y los consumidores creen que la economía está desacelerando, reducen el gasto y, finalmente, la economía deja de expandirse, la inflación se desacelera y a veces la economía entra en recesión, como lo hizo en 1981, por ejemplo.

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A veces, una economía sobrecalentada causa enormes aumentos en los valores de los activos financieros, como las acciones en 1929, las acciones de tecnología en el 2000 y los precios de la vivienda en el 2006.

Otras veces, las recesiones son desencadenadas por eventos externos inesperados, como el comienzo de la pandemia de COVID-19 en el 2020, que provocó la recesión más corta jamás registrada, y una de las más marcadas. El PIB se contrajo a la tasa trimestral más rápida de la historia de Estados Unidos. “Quedamos paralizados”, observa Mark Zandi, economista principal de Moody’s Analytics.

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Lo que es más importante para las personas jubiladas o que están por jubilarse es que una recesión significa que a menudo se desmoronan los mercados financieros, y obliga a las personas a retrasar la jubilación, o a regresar al trabajo, en respuesta a la disminución de sus ahorros de jubilación. Durante la Gran Depresión, los precios de las acciones disminuyeron un 86% y no se recuperaron hasta 1954. Más de 9,000 bancos se arruinaron, 4,000 de ellos en 1933, porque el Gobierno federal no garantizaba los depósitos bancarios como lo hace ahora.

¿Recesión o depresión?

La vieja broma entre los economistas es que una recesión es cuando alguien que conoces se queda sin trabajo y una depresión es cuando te quedas sin trabajo tú. (Ahora sabes por qué los economistas no se dedican a hacer improvisación cómica).

En general, la diferencia es una cuestión de grado. Una depresión es la situación más alarmante en el mundo económico. Durante la Gran Depresión, el desempleo aumentó a casi el 25%. Durante la Gran Recesión del 2007-2009 el desempleo aumentó al 10% y el PIB disminuyó un 4.3%, ajustado a la inflación. La recesión más reciente, provocada por la pandemia de COVID-19, ha sido la más grave desde la Gran Depresión, aunque fue mucho más corta. En solo dos meses, el PIB disminuyó un 19.2% y el desempleo aumentó al 14.7%.

Y algo más: debido a que la Gran Depresión fue tan terrible, los economistas han dejado de utilizar la palabra “depresión”.  “Hemos creado términos más específicos para los eventos más grandes de la historia, así que creo que la palabra “depresión” ha sido en gran medida reservada, al menos hasta ahora, para la Gran Depresión”, explica Mike Englund, economista principal de Action Economics. “Con el colapso de la vivienda a principios de este siglo, acuñamos la frase ‘Gran Recesión’. Si tenemos otro importante evento económico adverso, me parece que los medios de comunicación se afanarán una vez más por encontrar un nuevo nombre ingenioso”.

¿Tendremos otra recesión?

Por supuesto. Algún día. Los economistas no están de acuerdo en si habrá una este año. “Hay un alto riesgo de recesión”, señala Zandi, “aunque es probable que podamos evitarla, con suerte y mediante el uso de una política hábil por parte de la Reserva Federal”.

En respuesta a los niveles de inflación inquietantes, la Reserva Federal por lo general eleva las tasas de interés a corto plazo para frenar la economía y, al menos oficialmente, trata de evitar que el país caiga en una recesión. Sin embargo, a veces, una recesión es la única manera de controlar la inflación, según descubrimos en la recesión de 1981-1982, cuando la Reserva Federal, bajo su presidente Paul Volcker, aumentó las tasas de interés a corto plazo al 15%. Jerome Powell, el actual presidente de la entidad, ha advertido que la Reserva Federal está dispuesta a hacer lo que sea necesario para poner fin a la inflación. Eso podría significar una recesión. “Parece dispuesto a seguir el ejemplo de Paul Volcker”, observa Zandi.

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Englund se siente menos optimista de que la Reserva Federal pueda ayudar a la economía a salir del paso airosa. “Hay pocas probabilidades de que la Reserva Federal pueda lograr un ‘aterrizaje suave’ dada la escasez de mano de obra, el elevado nivel de inflación y el comienzo notablemente tardío de la aplicación de medidas restrictivas en este ciclo económico”, dice. La Reserva Federal no comenzó a aumentar las tasas de interés hasta marzo, un año entero después de que comenzara a aumentar la inflación. Sin embargo, Englund cree que algunos de los problemas de la cadena de suministro provocados por la pandemia disminuirán en el 2023, lo que contribuirá mucho a reducir la inflación.

Una cosa es cierta: tarde o temprano, la economía caerá en una recesión y, si estás jubilado o planeas jubilarte pronto, deberías estar preparado para ello.

Cómo es prepararse para la recesión si eres jubilado o estas ahorrando para tu jubilación

1. Ahorra. “Evita los riesgos si crees que hay una recesión a la vuelta de la esquina”, aconseja John Lonski, presidente de Thru the Cycle, una empresa de asesoría en inversiones. El mayor riesgo para las personas que están por jubilarse es perder su empleo. Si trabajas, asegúrate de tener un fondo de emergencia que puedas utilizar si dejas de cobrar un sueldo. Los planificadores financieros a menudo recomiendan que tengas el equivalente de seis meses de gastos en tu fondo de emergencia.

2. Paga las deudas. El dinero que ahorras en intereses se puede utilizar para incrementar tu fondo de emergencia. Y, en igualdad de condiciones, pagar una tarjeta de crédito que cobra un interés del 16% es lo mismo que obtener un 16% de interés sobre tu dinero.

3. Mantén una reserva de dinero en efectivo. Los jubilados que retiran fondos de sus cuentas de ahorros deben mantener el equivalente de un año de gastos en efectivo en su cuenta de jubilación. Los mercados bajistas suelen durar alrededor de un año. No es aconsejable vender acciones cuando el mercado está en descenso a menos que no haya otra opción. Si tus inversiones pierden el 10% y vendes el 5%, tu cuenta disminuirá de valor en un 15%.

4. Protégete. La mayoría de las opciones en efectivo pagan poco o nada en intereses. Los fondos mutuos de inversión, una opción de efectivo típica en las cuentas de corretaje, en la actualidad pagan el 0.61% de interés. Eso no es mucho, pero es mejor que una pérdida del 20 al 30% en las acciones en un mercado bajista. Si retiras fondos en efectivo de tu cuenta de jubilación durante un mercado bajista, darás a tus otras inversiones más riesgosas tiempo para recuperarse.

5. Mantente al margen. Tarde o temprano, te sentirás tentado a comprar acciones mientras su precio parezca bajo. Tómate tu tiempo antes de volver a invertir. Ten en cuenta que para el momento en que la NBER declara oficialmente el comienzo de una recesión, es probable que esté cerca de finalizar. Después de todo, los datos económicos por lo general se rezagan, en particular el PIB. Una recesión promedio dura alrededor de 10 meses, y la NBER normalmente necesita alrededor de nueve meses para recopilar todos los datos que precisa para declarar el inicio de una recesión.

Nota de redacción: este artículo se publicó el 13 de junio de 2022. Ha sido actualizado con nueva información.

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