5 cosas por las que los jubilados pagan más hoy en día
La inflación elevó los precios de la gasolina y los alimentos en el último año.
A nadie le agrada la inflación, especialmente a los jubilados con ingresos fijos. En los últimos doce meses, la inflación aumentó considerablemente tanto para los adultos mayores del país como para la población en general, pero no de manera uniforme ni en algunos de los lugares en los que más se esperaría.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) produce el índice de precios al consumidor para todos los trabajadores urbanos, o CPI-U, que es el indicador oficial de la inflación que suele aparecer en los titulares. Según esa medida, la inflación aumentó un 6.8% en el período de doce meses que finalizó en noviembre, el mayor aumento en doce meses desde junio de 1982.
Con mucha menos publicidad, la BLS también genera el CPI-E, que registra la inflación para los adultos de 62 años o más. Por ejemplo, los servicios de atención médica —como las visitas al médico y al dentista— tienen una ponderación del 9.7% en el CPI-E, en comparación con el 7% del CPI-U. El CPI-E aumentó un 6.2% en los últimos doce meses, un poco menos que el CPI-U general.
Sin embargo, la inflación no repercute en todos los artículos por la misma cantidad, ni afecta todos los presupuestos de la misma manera. Tu índice de inflación personal podría ser más alto o más bajo que el índice general según el lugar donde vivas y los productos que más compres.
Sin embargo, todo aumento de la inflación puede perjudicar mucho a los jubilados, a pesar del ajuste por costo de vida (COLA) del Seguro Social del 5.9% que cobrará vigencia en enero. Estas son las cinco áreas que han registrado los mayores aumentos de precios para los adultos mayores de 62 años.
Gasolina
El CPI-E le da algo menos de relevancia a la gasolina que el índice general de precios al consumidor, pero es el precio que casi todos los consumidores conocen de memoria. Los precios de la gasolina se dispararon un 58.1% en el período de doce meses que finalizó en noviembre. Según la American Automobile Association (AAA), el precio de un galón de gasolina sin plomo cuesta ahora $3.33, en comparación con los $2.16 del año anterior.
Hay algunas buenas noticias que los datos actuales del índice de precios al consumidor no tuvieron en cuenta: los precios de la gasolina han bajado ligeramente: el galón de combustible costaba $3.41 hace cuatro semanas. El petróleo crudo alcanzó un máximo de $85.4 el barril en octubre, y cerró a $71.67 el 10 de diciembre. La OPEP y sus afiliados anunciaron que aumentarían la producción de petróleo en 400,000 barriles por día en enero, lo que debería reducir aún más los precios de la gasolina. Sin embargo, esas buenas noticias esconden algunas malas, según el portavoz de AAA Andrew Goss. “Una posible desaceleración económica producida por la COVID-19 perjudica a todos y podría llevar a la OPEP a reducir la producción si los precios del petróleo caen demasiado”.
Ahorra un 25% el primer año cuando te unes a AARP con opción de renovación automática. Obtén acceso al momento a descuentos, programas, servicios y toda la información que necesitas para mejorar tu calidad de vida.
Autos y camiones usados
Si esperas encontrar un vehículo de segunda mano a bajo precio, buena suerte: los precios aumentaron un 31.4% en los últimos doce meses, y esas subidas de precios tienen poco que ver con la gasolina. En cambio, se deben a la escasez de automóviles nuevos, cuyos precios aumentaron un 11.1%. La gente se desanima por el alto precio de los autos nuevos y ofrece más dinero por los autos usados.
¿Por qué hay escasez de automóviles nuevos? Porque hay escasez de chips de computadora. El automóvil nuevo promedio puede contener fácilmente 3,000 chips informáticos. Taiwán produce alrededor de la mitad de los chips del mundo y, lamentablemente, la pandemia de COVID-19 causó el cierre de fábricas y el aumento de la demanda de teléfonos inteligentes y computadoras portátiles dado que más personas comenzaron a trabajar en casa. Si bien los fabricantes de chips están aumentando la producción, aumentar la capacidad industrial significa construir más fábricas, y eso lleva tiempo.
Alimentos
Los alimentos para el hogar representan el 7.4% del CPI-E, en comparación con el 7.7% del CPI-U más general. Y los alimentos para el hogar aumentaron un 6.4%, según la BLS.
Los mayores aumentos de precios de esta categoría provienen de la carne, las aves, el pescado y los huevos, con un aumento del 12.8%. El asado de res aumentó un 26% con respecto a los doce meses anteriores, y los bistecs subieron un 24.6%. Y si compras tocino, te costará un 21% más.
Los precios del combustible son una de las razones por las que los alimentos son más caros. El gas natural representa del 70 al 90% del costo de producción de nitrógeno para fertilizantes. Si deseas transportar alimentos al mercado, necesitarás combustible. Además, las empresas que procesan la carne y otros productos carecen de suficiente personal debido a la pandemia.
Servicios postales y envíos
Si bien los servicios postales no son una gran parte del presupuesto promedio —representan el 0.1% del índice de precios al consumidor—, constituyen una mayor parte del presupuesto de las personas de 62 años o más. El franqueo aumentó un 7.2% en los últimos doce meses, en parte debido a un aumento de tres centavos en las estampillas de primera clase en agosto del 2021. El Servicio Postal de EE.UU. también aumentó el precio del envío de paquetes por priority mail, priority mail express y primera clase entre 25 centavos y $5 por paquete, según el peso y el destino.
Atención médica
El CPI-E otorga más relevancia a la atención médica que el CPI-U: los adultos mayores destinan el 12.2% de su presupuesto a la atención médica, en comparación con el 7.0% de la población en general. El costo de una visita al médico aumentó un 4.3% en los últimos doce meses. En términos más generales, los servicios de atención médica —que incluyen servicios médicos, dentales y de la vista— subieron un 2.1% en los últimos doce meses, mientras que los anteojos y la atención de la vista aumentaron un 1.1%.
Los gastos de atención médica suelen aumentar más rápido que el índice de inflación general, pero eso no ha sucedido últimamente, según el Center for Retirement Research de Boston College. Esa es una de las razones por las que el CPI-E aumentó menos que el CPI-U en los últimos doce meses. De hecho, si el COLA del Seguro Social se hubiera calculado en función del CPI-E, habría sido del 4.8% y no del 5.9%.
Es difícil de creer, pero el precio de los medicamentos recetados bajó un 0.3% en los últimos doce meses, y el precio de los medicamentos de venta libre aumentó solo un 0.8%. Sin embargo, debemos tener en cuenta que los costos de inflación son acumulativos: los fuertes aumentos de los precios del sector médico de los últimos veinte años continúan, a pesar del bajo índice de inflación actual de la categoría.
John Waggoner escribe para AARP sobre temas financieros, desde presupuestos e impuestos hasta el Seguro Social y la planificación de la jubilación. Anteriormente fue periodista para Kiplinger's Personal Finance y USA Today, y ha escrito libros sobre inversión y la crisis financiera del 2008. La columna sobre inversión de Waggoner para USA Today se publicó en docenas de periódicos durante 25 años.