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Lecciones aprendidas al usar un monitor de ejercicio

Pedimos a 5 personas mayores de 50 años que probaran estos dispositivos. ¿Los motivaron a moverse?


spinner image Cinco aparatos diferentes para monitorear la salud
JUSTIN FANTL

Hace mucho que los monitores de actividad o pulseras de acondicionamiento dejaron de ser solo una moda. En la actualidad, son un negocio mundial. Parte de su atractivo es su aparente sencillez: solo ponte uno como si fuera un reloj, sincronízalo con tu teléfono inteligente y comienza a caminar. El dispositivo electrónico contará tus pasos, calculará las calorías que quemas, llevará un registro de tus hábitos de sueño, y proporcionará un sinfín de datos adicionales sobre tu salud y tu estado físico. Para los adultos mayores en el país, eso puede ser beneficioso: mantener niveles saludables de actividad se vuelve cada vez más importante a medida que envejecemos. Pedimos a 5 personas mayores de 50 años que probaran un monitor de ejercicio durante un mes. A continuación, puedes ver cómo los impactaron los informes, los recordatorios y las alertas de los dispositivos. 

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(Enlaces en inglés)

OURA SMART RING

spinner image Anillo inteligente Oura
JUSTIN FANTL

Lo que hace: lo usas en el dedo como un anillo y no necesita reemplazar tu reloj

Costo: $300 o más

“¿Es el momento para estirar un poco las piernas?”

Una cosa es que tu pareja con buenas intenciones te anime suavemente a que levantes tu perezoso trasero del sillón reclinable, te pongas un par de zapatillas deportivas y salgas de la casa para hacer aunque sea un poco de ejercicio. Y otra cosa es que un objeto inanimado te fastidie sobre tu manera de ser sedentario por naturaleza.

Pero después de un mes de usar un anillo Oura Fitness para que me monitoreara el estado físico y el sueño, no me molestan sus cinco ligeros recordatorios. Para empezar, son más fáciles de descartar que los a veces no demasiado suaves empujones de una pareja decidida.

“Llegaste a la mitad de tu meta de actividades. ¡Qué buen progreso!”.

Después de unos días, empecé a esperar los mensajes de Oura en mi teléfono (también funcionan con un reloj inteligente), pues significaba que hasta mi paseo casual de ida y vuelta a una tienda local se consideraba como ejercicio. De repente, descubrí que oponía menos resistencia —la verdad, estaba más motivado— a ir a buscar medio galón de leche o pan fresco sabiendo que esos miles de pasos quemaban calorías. Y saber cuántas calorías quemaba hizo que para mí fuera más fácil racionalizar el postre.

“Llegaste a tu meta de actividades. ¡Excelente trabajo!”.

Después de un mes, anticipaba con entusiasmo los alentadores mensajes inanimados del dispositivo. No solo me entusiasmé más por estirar las piernas, sino que mis caminatas se han vuelto más rápidas, a tal punto que me impaciento con quienes caminan más despacio.

“Informe semanal: toca para ver los puntos clave de tu preparación, sueño y tus actividades durante la semana pasada”.

Ahora tengo una competencia saludable conmigo mismo. Verifico con frecuencia y orgullo mis estadísticas diarias y semanales, esperando sobrepasar la cantidad de calorías que quemé anteriormente, así como mejorar mis resultados de frecuencia cardíaca y sueño, algo que también mide el dispositivo. Todavía no me gusta “hacer ejercicio”, pero recibir pruebas por escrito sobre qué tan activo soy me hace sentir más sano.

 Stewart Wolpin, 64 años

FITBIT INSPIRE HR

spinner image Brazalete para monitorear el sueño
JUSTIN FANTL

Lo que hace: monitorea el estado físico y el sueño, y envía recordatorios periódicos para hacer ejercicio

Costo: $100

Habla y respondo

Cuando tenía cuarenta y tantos años, vivía en Vermont y luchaba para enfrentar otro invierno sombrío, mi terapeuta sugirió que saliera a caminar al aire libre temprano todas las mañanas. “La única excepción sería una verdadera tormenta de nieve”, dijo en su voz sensata. Seguí sus consejos severos, y funcionaron. Se me mejoró el estado de ánimo y tuve más energía, y me volví adicta a las caminatas. En las próximas dos décadas, la mayoría de los años que pasé en mi ciudad de Nueva York, donde nací, comencé a caminar todos los días al aire libre durante por lo menos una hora.

Así que cuando me ofrecieron la oportunidad de usar un Fitbit para monitorear mi ejercicio, me pregunté: “¿Cómo puede un dispositivo electrónico aumentar la fuerza de una costumbre que ya es tan fuerte como mi taza de café diaria?”.

No demasiado. Por lo menos al principio.

El primer día, me lo coloqué en la muñeca y empecé mi caminata matutina. Cuando regresé a casa, me dijo que mi ruta usual era de unos 6,500 pasos. Después de caminar normalmente durante el día, el dispositivo vibró a las 3 p.m. Entrecerré los ojos para ver la mini pantalla y leer un mensaje de felicitación porque había caminado 10,000 pasos ese día.

¿Eso cómo me hizo sentir? Resentida. No necesito que me animen para hacer ejercicio. Y ahora había otro dispositivo electrónico que clamaba mi atención: sincronizado con mi teléfono inteligente, también me avisaba sobre llamadas y mensajes de texto; me decía cuándo necesitaba recargarlo; y tuvo el descaro de intentar que siguiera caminando más.

Pero este es el resultado: para la segunda semana, dupliqué los pasos caminados a 20,000 o más todos los días, en su mayoría al tomar rutas más largas para regresar a casa o bajarme del metro dos estaciones antes y caminar el resto del trayecto hasta mi destino. Tuve que admitir que el dispositivo me estaba agotando.

Dicho esto, después de usarlo por un mes, no vi verdaderos beneficios de salud. Aunque estaba caminando más, mi peso permaneció igual (123 libras). Debido al ejercicio adicional, noté que sentía más hambre y comía más, y hasta me recompensaba con croissants con mantequilla de una panadería francesa que descubrí durante uno de mis rodeos prolongados.

Así que me despido del monitor de actividades. A partir de ahora, llegaré hasta el final por mí misma.

 Robin Westen, 69 años

Seguro

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GARMIN VÍVOSPORT

spinner image Garmin Vivosport
JUSTIN FANTL

Lo que hace: el navegador GPS incorporado facilita el seguimiento de las actividades al aire libre

Costo: $170

¿Necesito un dispositivo para caminar?

Soy una mujer de cierta edad, y están empezando a pasarme ciertas cosas. Las rodillas me crujen un poco, la ciática me causa dolor cuando me volteo de cierta manera y tal vez tenga algo de artritis en la mano derecha. Obviamente, ya no soy niña. La pregunta es: ¿Haré algo para envejecer con gracia?

No hace mucho, un médico me dijo algo de lo que no me olvido: mientras más hábitos saludables mantengas durante toda tu vida, mejor será tu vejez. Al tener eso en cuenta, he intentado cuidar lo que como y hacer ejercicio con regularidad durante años. Ahora, camino con frecuencia y voy a clases de ejercicios aeróbicos. Recientemente empecé a trabajar a tiempo parcial como paseadora de perros en Los Ángeles; me enorgullece decir que los otros paseadores podrían ser mis nietos.

¿Pero logro algo con todas estas actividades? Para saberlo, probé un monitor de actividades que se llama Garmin Vívosport Smart GPS. Puede decirte mucho sobre tus niveles de acondicionamiento físico y actividades con solo echarle un vistazo. Al igual que con otra tecnología, descubrí que no usaba ni la mitad de las muchas funciones que ofrece. Estaba muy interesada en datos específicos: el número de pasos que camino, mi frecuencia cardíaca, la cantidad de calorías que quemo y mis niveles de estrés (al comparar la frecuencia cardíaca en reposo). Me divirtió tener una herramienta que me decía todo eso con solo tocarla. Me alegré mucho porque mi promedio era de más de 10,000 pasos al día. Y porque quemaba más calorías en un día de lo que me había imaginado. Un día, quemé una cantidad baja de 1,372 calorías; otro, quemé 2,019. Ese último día seguramente llevé a pasear a muchos perros y fui a una clase de Zumba. Me emocioné al ganar un símbolo virtual por lograr ciertas metas que ni siquiera sabía que tenía; el dispositivo me establecía metas para cada día, tales como el número de escalones que subir o un nivel de intensidad para una actividad, y las aumentaba basado en lo que había logrado el día anterior. Resultó divertido ver si podía lograrlas o sobrepasarlas. Gracias, monitor de ejercicio, por ayudarme a no desviarme.

– Katharine A. Díaz, 66 años

MI SMART BAND 4

spinner image Mi Smart Band 4 monitor de ejercicio y sueño
JUSTIN FANTL

Lo que hace: monitorea el ejercicio, el sueño y la frecuencia cardíaca, y el precio es económico

Costo: menos de $40

Lo que se siente ser observado por un reloj

Durante un mes, usé un monitor de ejercicio económico conocido como Mi Smart Band 4. No me dijo muchas cosas que ya no supiera. ¡Soy inteligente! Entre las lecciones obvias que aprendí:

  • Permanezco sentado sobre el trasero por mucho tiempo. (Soy escritor. Estar sentado hace que sea más fácil mantener los dedos en el teclado).
  • Aunque paso mucho tiempo sentado, estoy relativamente bien de salud. (Según Mayo Clinic, la frecuencia cardíaca en reposo normal para un adulto es entre 60 y 100 latidos por minuto. Por lo general la mía es unos 64 latidos, según el monitor de actividades que tengo en la muñeca).
  • No soy muy bueno para manejar las aplicaciones. (Esta pulsera de acondicionamiento se sincroniza con una aplicación para teléfonos inteligentes, pero me demoró una semana averiguar cómo ver mi frecuencia cardíaca en reposo).
  • Por lo general no duermo lo suficiente. (Antes controlaba esto al verificar esa aplicación a la antigua llamada ¿Cómo me siento hoy? Luego obtuve datos concretos que confirmaron que después de dormir por 6 horas y media me siento bien, pero si solo duermo durante 6 horas y 29 minutos, apenas puedo arrastrarme hasta la silla en la que me estaciono todo el día).

Sin embargo, me enteré de unas cuantas cosas que me sorprendieron. Por ejemplo:

  • Puedes discutir con un reloj. (El dispositivo Mi Smart Band 4 no siempre se da cuenta de cuando caminas distancias cortas, lo que resulta fastidioso cuando fijaste, como lo hice yo, una meta de 10,000 pasos al día. “¡Maldita sea, Mi! ¡Acabo de caminar hasta el baño! ¡Son 32 pasos! ¡Quiero crédito por eso!”).
  • Si tienes perros, ellos aprovecharán el monitor de ejercicio tanto como tú. (No es fácil caminar 10,000 pasos al día, así que empecé a agregar cuadras adicionales a los paseos nocturnos con mis perros en el área de la Bahía para poder alcanzar mi meta. Se entristecieron mucho cuando me quité la Smart Band).

Y la última lección: sentirse observado cambia tu comportamiento —hasta cuando solo te observa tu reloj—.

Ver los números dejó en claro lo que necesitaba hacer para ser más sano y feliz. Así que, aunque mi experimento se terminó, decidí comenzar a usar permanentemente un monitor de ejercicio. A mis perros les encantará.

– Steve Hockensmith, 51 años

APPLE WATCH

spinner image Reloj de Apple
JUSTIN FANTL

Lo que hace: se sincroniza con un iPhone para hacer seguimiento a las actividades de acondicionamiento físico, lo que incluye deportes acuáticos

Costo: desde $200

Determinar mi estado físico

Hace seis meses, empecé a patalear en el agua por una hora, de tres a cinco días por semana. Se me mejoraron las molestias y dolores, mis tríceps competían con los de Michelle Obama y debí haber quemado mil millones de calorías al día. ¿O era así?

Desde que me di cuenta hace años de que hay una aplicación para seguimiento de los pasos en mi iPhone, he contado mis pasos de manera casual. Pero vivo en las afueras de Baton Rouge, Luisiana, y trabajo desde la casa, por lo que caminar no es una parte integral de mis días. Tengo que esforzarme para caminar esos 8,000 a 10,000 pasos, lo que significa trabajar en un escritorio con caminadora o trotar en un mini trampolín. Cuando empecé a patalear en el agua, comencé a aflojar mis pasos y me pregunté si se compensarían mutuamente. Como no podía meter mi iPhone en la piscina, usé un Apple Watch impermeable por un mes para averiguarlo.

El Apple Watch tiene un dibujo de un anillo rojo que se completa cada día cuando quemas cierta cantidad de calorías gracias a los movimientos. La meta por defecto es 350, pero fijé la mía en 900 porque (este es un secreto vergonzoso) me gusta comer helado y prefiero moverme más para poder comer más. Además, me imaginé que con patalear en el agua por una hora iba a quemar fácilmente esas 900 calorías.

Lo asombroso: patalear en el agua por una hora quemó 300 calorías activas. Al parecer, había aprendido a mantenerme a flote con un mínimo de actividad. Lograr esa meta de 900 calorías significó que también tenía que usar el trampolín y la caminadora.

Hacia la mitad del mes, decidí reducir mi meta de calorías a 850. Esto se sintió mucho más fácil. Gracias al reloj, supe que tanto patalear en el agua como caminar despacio en mi escritorio con caminadora quemaban unas 300 calorías activas por hora, mientras que con facilidad podía quemar 284 en mi trampolín o 340 al nadar despacio en estilo pecho en la mitad del tiempo. Ahora pataleo con mi amigo durante entre 30 y 45 minutos en vez de por una hora, y nado el resto del tiempo. Todavía me gusta la parte social de patalear pero quiero que mi tanda de ejercicio sea más productiva.

Usar el reloj, con su repique de recordatorio sobre mi progreso durante todo el día, también logró que hiciera ejercicio con mayor regularidad. Pero ya sea que use o no el reloj, ahora sé cómo puedo cumplir mis metas diarias cuando tengo poco tiempo.

– Renée Bacher, 55 años

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