Vida Sana
Con la edad, aparecen más dolencias, dolores y malestares. Sin embargo, un botiquín debidamente abastecido puede ayudar a aliviar las lesiones del ejercicio habitual, la indigestión y las alergias a partir de los 50 años.
Antes de comenzar a llenar el botiquín de primeros auxilios, habla con el médico o farmacéutico sobre los medicamentos que tomas —incluso las vitaminas o los suplementos— y cualquier posible interacción con otros medicamentos. El simple hecho de que algo se pueda comprar sin receta no significa que no tenga riesgos, advierte Stefanie Ferreri, farmacéutica y presidenta de la División de Fomento de la Actividad Profesional y Educación Clínica en la Facultad de Farmacia Eshelman de UNC. Los medicamentos de venta libre “no presentan riesgos cuando se toman de manera apropiada”, advierte, pero pueden ser peligrosos cuando se usan de forma indebida o se combinan con otros medicamentos.
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Los adultos mayores, en particular, “deben ser muy cautelosos con las dosis” de los medicamentos debido a los cambios que sobrevienen con la edad y que afectan la forma en que el organismo reacciona a los fármacos, explica la Dra. Katherine Bennett, profesora adjunta de Medicina en la División de Gerontología y Medicina Geriátrica de University of Washington. Una vez más, es aquí donde un médico o farmacéutico te puede ayudar a elegir las opciones más seguras disponibles.
Esto es lo que debes y lo que no debes incluir, además de algunos otros consejos de los expertos:
1. Analgésicos
Consejos preventivos sobre los medicamentos
- Evita combinar medicamentos: trata los síntomas que tengas por separado y evita utilizar fórmulas combinadas, como un analgésico junto con un descongestionante. Los ingredientes ocultos pueden producir efectos secundarios no deseados.
- Consulta con el farmacéutico: la próxima vez que vayas a la farmacia, no dejes de hablar con el farmacéutico. Muchos pueden hacer lo que se llama un control de medicamentos para responder preguntas sobre los riesgos de los remedios y suplementos que estés tomando.
- Trata de surtir las recetas en la misma farmacia: esto le permitirá al farmacéutico hacer una evaluación completa de tus medicamentos cada vez que surtas alguno.
- Descarta los medicamentos viejos: deshazte de los medicamentos vencidos o sin usar por medio de un programa de devolución de medicamentos para garantizar tu seguridad y la de todos en tu hogar.
Cuando se trata de aliviar el dolor, Bennett recomienda que en particular los pacientes mayores comiencen con acetaminofén (el nombre comercial es Tylenol). Esto se debe a que los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), que incluyen ibuprofeno (Advil) y naproxeno (Aleve), pueden aumentar los riesgos de hemorragia en el tracto gastrointestinal, un riesgo que aumenta con la edad, según Bennett. Los AINE también pueden dañar los riñones y elevar la presión arterial, en especial si se toman durante mucho tiempo.
“Para las personas que en general tienen buena salud, tomar un antiinflamatorio de vez en cuando no es un problema. Puede ser seguro, pero solo si has consultado con el médico o farmacéutico si alguno de ellos podría resultar nocivo para ti", agrega Bennett. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomienda consultar con el médico si tomas un AINE durante más de diez días.
Ahora bien, el acetaminofén también presenta riesgos. Tomar demasiado puede provocar daños graves en el hígado. Y al igual que otros medicamentos, “el acetaminofén también podría interactuar con muchos otros medicamentos”, advierte Ferreri.
Por eso, consulta con un profesional antes de tomarlo.
A menudo se pasan por alto los analgésicos de uso tópico, como el salicilato de metilo y mentol (Bengay, Icy Hot) para el dolor muscular y el diclofenaco (Voltaren) para el dolor de la artritis. “Y muchas veces son los que sugiero primero para mis pacientes mayores”, dice Ferreri, en especial porque es menos probable que tengan efectos secundarios. También hay parches de lidocaína de venta libre que se pueden aplicar en las zonas adoloridas.
Algo más: dado que el riesgo de ataque cardíaco aumenta en la mediana edad, no está de más tener a mano una aspirina de dosis completa (también un AINE) en caso de que te suceda a ti o a quien tengas cerca. Puesto que la aspirina ayuda a evitar la coagulación de la sangre, tomarla durante un ataque al corazón mientras esperas que llegue la ayuda de emergencia podría reducir el daño cardíaco.
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