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Dr. Elmer Huerta

 

Las proteínas de origen animal, el cáncer y la mortalidad

¿Sabías que las proteínas son sumamente importantes en la dieta de una persona mayor de 65 años?

Carnes, pescado, granos y quesos sobre un picador de madera

Getty Images

Los alimentos que consumimos contienen tres grupos principales de nutrientes: grasas, proteínas y carbohidratos. Cada uno tiene una función específica, los carbohidratos nos dan energía inmediata, las grasas almacenan la energía, mientras que las proteínas ayudan a formar nuevos tejidos. Es importante saber que esos tres grupos de nutrientes se encuentran tanto en alimentos provenientes de las plantas como de los animales. Se dice que una dieta es balanceada cuando contiene una cantidad proporcional de esos tres elementos, además de vitaminas, minerales y fibra.

El papel negativo que cumple el exceso de grasas en la dieta, especialmente las grasas saturadas, en el desarrollo del cáncer y las enfermedades del corazón está ampliamente estudiado. El rol que cumple el tipo y la cantidad de proteínas en la salud, sin embargo, no ha sido ampliamente evaluado.

Un estudio publicado en el 2005, demostró que las mujeres mayores de 55 años que consumían dietas ricas en proteínas de origen animal, tuvieron mayor índice de mortalidad por enfermedades del corazón, comparadas con aquellas que consumían menos proteínas de origen animal.

Las proteínas y el cáncer —evidencia

Ahora, un par de investigaciones recientes, llevadas a cabo en Estados Unidos y Europa, relacionan la cantidad de proteínas que se consume, el desarrollo de cáncer y el riesgo de muerte en personas mayores de 50 años.

El primero, donde se estudiaron seres humanos, demuestra que una dieta alta en proteína animal aumenta tanto el riesgo de cáncer como la mortalidad en personas menores de 65 años. Paradójicamente, esa misma dieta permite que las personas mayores de 65 años vivan más tiempo y tengan menos riesgo de padecer cáncer. El segundo estudio, llevado a cabo con ratones, demuestra que una dieta rica en proteína animal y pobre en hidratos de carbono disminuye el tiempo de vida en ellos.

Resulta que desde hace tiempo se sabe que aquellas personas que tienen alta cantidad de unas sustancias —el receptor de hormona de crecimiento (GHR) y el factor de crecimiento similar a insulina 1 (IGF-1)— sufren de cáncer y tienen mayor riesgo de morir a causa de la enfermedad  que personas que tienen menor cantidad de GHR y IGF-1.

Los estudios que presentamos hoy demuestran por primera vez que las personas que consumen más proteínas animales tienen valores sanguíneos más elevados de GHR y IGF-1 y presentan un riesgo cuatro veces mayor de padecer cáncer y casi dos veces mayor de mortalidad, comparado con las personas que consumen menor cantidad de proteínas animales.

Pero… ¿qué pasa cuando tienes más de 50?

Pero el punto más importante, sobre todo para los que pasamos de los 50, es que el efecto de la cantidad de proteína animal en la dieta varía de acuerdo a la edad. Mientras que en las personas entre 50 y 65 años se produce un aumento del riesgo de cáncer y mortalidad, eso no ocurre en las personas mayores de 65 años. Para esos individuos, una mayor cantidad de proteínas en la dieta tiene el efecto opuesto; es decir, disminuye el riesgo de morir y de cáncer.

Por su parte, el estudio en ratones también ratificó la relación entre altos niveles de proteína en la dieta, mayores concentraciones de GHR/IGF-1 y mayor mortalidad.

Quizás uno de los hallazgos prácticos más importantes del estudio es que si las proteínas provienen de las plantas, el efecto negativo del exceso de proteínas animales de la dieta en personas entre 50 y 65 años se atenúa o desaparece.