Vida Sana
Se podría argumentar que la depresión es una enfermedad mental de “baja intensidad”: los síntomas comunes son sentimientos profundos de tristeza y desesperanza, poca energía y una sensación de desconexión y desinterés.
En contraste, la ansiedad se podría calificar como una enfermedad de “alta intensidad”: a menudo está acompañada de síntomas como taquicardia, músculos tensos y la presencia constante de pensamientos e impulsos inquietantes.
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Entonces, ¿cómo es posible que estos trastornos del estado de ánimo, aparentemente opuestos, se manifiesten juntos? Y, sin embargo, así es. Casi la mitad de las personas que combaten la depresión también tienen ansiedad, según un resumen del 2020 en la revista American Journal of Psychiatry. Y los adultos mayores no son la excepción. En una encuesta del 2023 realizada por AARP, aproximadamente una cuarta parte de los encuestados mayores de 50 años (en inglés) dijeron que un profesional de la salud les había dicho que padecían un trastorno de ansiedad o depresión, o ambos.
La respuesta breve es que las personas con ansiedad a menudo evitan las salidas e interacciones con otros, lo que puede hacer que caigan en un estado deprimido. Y lo contrario también es cierto: un estado de depresión crónica puede hacer que una persona sea más vulnerable a la ansiedad. La depresión y la ansiedad también tienen factores de riesgo biológicos, familiares, genéticos y cerebrales que son hereditarios. Además, hay muchas enfermedades subyacentes que pueden causar depresión y ansiedad, como la diabetes, las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras.
Cuando una persona padece ambas enfermedades, los efectos pueden ser debilitantes. “La depresión y la ansiedad trabajan juntas para crear un ciclo de sentimientos, pensamientos y comportamientos que... mantienen a las personas atrapadas”, dice Craig Sawchuk, profesor de Psicología en Mayo Clinic.
Esto es lo que necesitas saber sobre cada una de estas enfermedades, cómo interactúan y cómo romper el ciclo:
¿Qué es la ansiedad?
Esencialmente ya conoces la respuesta a esa pregunta: es una sensación de preocupación excesiva y poco realista que provoca no solo emociones fuertes, sino también síntomas físicos, como si tu cuerpo se preparara para una pelea o para huir lo más rápido posible. Para la mayoría de nosotros, la ansiedad se presenta de manera ocasional y previsible en nuestras vidas. Es normal sentirse nervioso antes de dar un discurso o al salir en una primera cita romántica, por ejemplo. Pero experimentar miedo de manera rutinaria en respuesta a eventos de bajo riesgo puede indicar un problema. Dejar que la preocupación y el temor crónicos se apoderen de ti y te impidan socializar, ir al supermercado o salir de casa por completo puede ser una señal de un trastorno de ansiedad.
Los médicos reconocen varios tipos de trastornos de ansiedad. Dos ejemplos son el trastorno de ansiedad social, que implica un miedo intenso en situaciones sociales, y el trastorno de pánico, en el que la persona sufre un ataque de pánico, a menudo sin previo aviso, lo que causa dificultad para respirar, mareos e incluso dolor en el pecho. El tipo más común de ansiedad son las fobias simples: el temor a las alturas, a las arañas, a las inyecciones y a otras situaciones que suelen provocar ansiedad. Por lo general, se tratan con psicoterapia o medicamentos.
¿Qué es la depresión?
La depresión se diagnostica cuando una persona experimenta una tristeza persistente, poca energía, sentimientos de desesperanza e incapacidad para experimentar placer. Estos síntomas con frecuencia van acompañados de cambios en el apetito y el sueño. También se combinan con una sensación de malestar general, a menudo acompañado de fatiga y dolor difuso. Ocasionalmente, la depresión también puede presentarse con agitación.
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