Algo no está bien. Tal vez tu ser querido esté retraído, haya perdido su sentido del humor o haya dejado de disfrutar de las actividades que antes lo entusiasmaban. O es posible que un colega destacado del trabajo se esté atrasando con los proyectos y no participe tanto como antes. Quizás un buen amigo no esté durmiendo bien, esté comiendo menos y hablando más de la muerte y de morir. Si sospechas que la causa es la depresión, puede que tengas razón.
Según un informe del 2020 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, hasta uno de cada cinco adultos del país ha sido diagnosticado con depresión por un profesional médico en algún momento. La depresión grave es menos común en los adultos mayores. La clave es el diagnóstico: la depresión no es simplemente un período prolongado de tristeza. Es un problema médico real —un trastorno del estado de ánimo diagnosticable—, que suele estar vinculado a factores biológicos. Y, al igual que otros problemas graves de salud, es angustiante e interfiere con el funcionamiento cotidiano.
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Pero, a diferencia de muchas otras enfermedades, a menudo no es diagnosticada o tratada, en especial en los adultos mayores. Es por eso que es tan importante que los seres queridos, los colegas y los amigos digan algo cuando vean signos posibles de depresión. ¿Pero cómo se hace para intervenir de manera respetuosa y apropiada? Esto es lo que dicen los profesionales de la salud.
Paso 1: Detecta los signos
El primer paso para poder ayudar es conocer los signos de la depresión. Un cambio radical en el comportamiento puede ser una advertencia, explica la Dra. Nida Usmani, neuróloga de Kaiser Permanente en Tucker, Georgia.
“Lo que comúnmente observo es la falta de interés en lo que les gusta”, señala Usmani. “Por ejemplo, si a alguien le gusta la jardinería o disfruta de hablar con otros y de repente se cierra y no quiere hacerlo más”, dice ella. Sin embargo, no tiene que ser un cambio repentino y radical. En algunas personas, la depresión se presenta gradualmente y luego se arraiga.
Otros signos pueden incluir una tristeza persistente, sentimientos de inutilidad y desesperanza, falta de energía, irritabilidad, frustración, pérdida del apetito y hasta dolores físicos. Algunos hombres pueden parecer más enojados que tristes. Otras personas tienen pensamientos suicidas o de autolesión. Si notas estos signos o si un amigo o ser querido te dice que así es como se siente, existen maneras de ayudarlo.
Paso 2: Comparte tus inquietudes
Si los signos están presentes, intenta hablar de ello. Esa conversación puede encararse en forma directa y con cariño o con estrategia y delicadeza. Dependerá de cuán receptiva sea la persona con depresión a escuchar y luego actuar con respecto a su afección y a tu inquietud, explica Clevevoya D. Gaston, psicoterapeuta profesional certificada de Atlanta.
Podrías iniciar la charla de esta manera: “Oye, me preocupas. He notado [algunos cambios]. Sabes que te quiero y que aquí estoy si me necesitas. Quisiera ayudarte a sentirte mejor y hablar de algunas maneras o recursos a tu disposición que te beneficiarán”, dice Gaston.
Si la persona se resiste o insiste que todo está bien, cambia de táctica. Busca ayuda de un amigo o familiar con quien la persona con depresión tenga una relación más cercana y esté más dispuesto a escucharlo.
¿No logras convencerlo? Prueba una actividad que tu ser querido antes disfrutaba para motivarlo. “Si sabes que le gusta ir a museos, llévalo”, aconseja Gaston. “Luego de la visita al museo cuando se sienta mejor, puedes preguntarle qué le pareció y plantearle cómo podría hacer más de las cosas que le gustan”.
Paso 3: Busca formas de interrumpir los pensamientos negativos
Las personas con depresión suelen tener una actitud pesimista. Y obsesionarse con los pensamientos negativos puede empeorar la depresión. Tendrás que mantener una actitud motivadora y no crítica, señala el Dr. Karl Benzio, psiquiatra, cofundador y director médico de Honey Lake Clinic, un centro cristiano de tratamiento de salud mental en Greenville, Florida. La persona con depresión por lo general sabe que algo va mal y que no está funcionando bien.
“Trata de no ser sentencioso ni crítico porque ya se está juzgando a sí mismo y tildándose de inadecuado o de ser un fracaso. Desaprobar de uno mismo o autocriticarse son pensamientos negativos muy comunes en las personas que enfrentan depresión”, dice Benzio. “Evita comentarios [como], ‘eres perezoso, estás roto emocionalmente, eres un inútil’. Ten cuidado también de no considerar que su estado actual es permanente”.
Animar a tu ser querido a confesar lo que siente puede interrumpir esa crítica negativa interna, añade Usmani. Si la persona con depresión dice que odia su situación, puedes responder con preguntas: ‘¿Por qué lo dices?’ o ‘¿Qué piensas?’ Mantén las preguntas abiertas en lugar de formular aquellas que se contesten con 'sí' o 'no' y acaben con la conversación.
Sin embargo, si notas que los síntomas están empeorando y que tu ser querido está en crisis, consigue ayuda de inmediato.
“Si la persona se va a hacer daño a sí misma o a otro, entonces no hay que dudar. Llévala al auto y dirígete a un hospital", aclara Usmani. "Se trata de una crisis. La persona no está pensando normalmente”.
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