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Cómo perdonar a los demás cuando la tarea del cuidador familiar llega a su fin

Mirar el pasado con nuevas perspectivas puede ayudar a los cuidadores a superar el dolor y la ira persistentes.


spinner image Un corazón roto arreglado con vendaje adhesivo.
GETTY IMAGES

Durante mis años como cuidador, tenía una lista de personas en mi mente con quienes estaba enojado. Había un familiar que ponía malas excusas para evitar cuidar a mi madre, quien sufría de demencia. Había un pariente lejano que criticaba injustamente mis cuidados. E incluso mi madre, resentida de mi intromisión en su vida, me trataba como si yo fuera su enemigo. Me parecía que mi enojo era una respuesta perfectamente justificable. No necesitaba que actuaran en contra mía para hacer mis tareas de cuidador más difíciles de lo que ya eran.

Este mes se cumplirán seis años del fallecimiento de mi madre y del final de mi trabajo como cuidador. Hoy, mi mejor yo me dice que debería haber perdonado hace mucho a las personas en mi vieja lista. Pero con demasiada frecuencia, todavía recuerdo con enojo cómo otros me decepcionaron y esto me vuelve a provocar indignación.

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No soy el único cuidador familiar que no puede superar la ira. He asesorado a cientos de personas que cuidan o cuidaban de familiares y muchas me han dicho que todavía están furiosas con sus hermanos y otros familiares que no las apoyaron ni apoyaron a sus padres mayores cuando lo necesitaban. “Si no pudieron ayudar a mamá cuando ella los necesitaba”, recuerdo que un excuidador dijo enfáticamente, “no me interesa tener nada que ver con ellos ahora que ella ya no está”.

Estos distanciamientos, si bien son comprensibles, a menudo son lamentables. Los cuidadores terminan por perder a la persona que han pasado años cuidando. ¿También quieren perder a otros familiares? ¿Y el familiar de quien cuidaban hubiera querido que los parientes dejaran de tener una relación?

Los psicólogos dicen con frecuencia que el perdón ayuda a quien perdona aún más de lo que ayuda a quien es perdonado y que aferrarse a la ira solo lleva a la amargura. ¿Pero cómo pueden los cuidadores familiares lograr perdonar? Aquí ofrezco algunas sugerencias:

Deja de insistir en que tienes razón

Los antiguos cuidadores que no perdonan por lo general están convencidos de que fueron tratados de manera injusta y de que quienes les hicieron daño merecen esta ira. Pero hay un viejo dicho que recomienda un rumbo diferente: “Si tienes la opción de elegir entre tener razón y tener compasión, ten compasión”. Después de que haya pasado suficiente tiempo, tener razón puede llegar a sentirse como una victoria vacía si el resultado final es un incómodo distanciamiento familiar. Tener compasión, por otro lado, es un prerrequisito necesario para dejar que el pasado sea el pasado y estar listo para perdonar.

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No esperes a que llegue el remordimiento

Quienes escriben sobre el perdón a menudo dicen que no es aconsejable perdonar a alguien a menos que exprese un verdadero remordimiento. Pero este consejo puede ser difícil de seguir para muchos antiguos cuidadores familiares. El familiar que se negó a ayudarme con los cuidados puede seguir creyendo que sus prioridades en ese momento eran correctas. El pariente que me criticó injustamente puede haber pensado que me estaba ayudando, no ofendiendo. La muerte de mi madre acabó con cualquier esperanza de que algún día la escucharía pedirme perdón. Tengo la opción de aceptar las limitaciones de estas personas o esperar inútilmente a que se arrepientan.

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Adopta una nueva perspectiva

A menos que creas que las personas son intrínsecamente malas, probablemente aceptes que por lo general no tienen la intención de causar dolor. Sin embargo, cuando están muy estresados, es posible que los cuidadores consideren que quienes los ofenden tengan malas intenciones. Sin embargo, el tiempo puede hacer que cambien de opinión. Ahora casi puedo entender que el familiar que se negó a ayudar estaba tomando una decisión razonable basada en su evaluación de lo que podía o debía hacer, que el pariente que me criticaba estaba tratando de proteger a mi mamá y que mi madre estaba desesperada por preservar su identidad como persona independiente. Si puedo aceptar la lógica detrás de sus acciones, entonces será posible perdonar.

Ofrece un perdón genuino

A veces pienso que algunos cuidadores perdonan a las personas que les han hecho daño con demasiada facilidad debido a un sentido de obligación moral o religiosa. Aunque respeto sus convicciones, también me preocupa que perdonar sin pensarlo bien solo logre ocultar la ira subyacente. Puede que al resto de nosotros nos tome más tiempo lograr perdonar, pero el perdón quizá sea más sólido y sensato. Los sentimientos de enojo durante la prestación de cuidados son normales. Por lo tanto, es la lenta mitigación y evolución de las emociones negativas una vez que terminan los cuidados lo que finalmente permite la sanación.

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