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La espera de resultados de pruebas médicas: cómo afrontar la ansiedad y la incertidumbre

Los cuidadores familiares pueden ayudar a sus seres queridos a manejar las expectativas y mantenerse firmes cuando es necesario.


spinner image Ethan Frank-Collins en una estación de servicio mientras su esposa conduce de Columbus, Ohio, a Cleveland.
Ethan Frank-Collins en una estación de servicio mientras su esposa conduce de Columbus, Ohio, a Cleveland. Ethan recibió el diagnóstico de leucemia linfocítica aguda y tiene citas en Cleveland Clinic durante toda la semana.
ANDREW SPEAR

Joy Frank-Collins estaba en una conferencia de trabajo en Lyon, Francia, cuando su esposo, Ethan, le dijo que se sentía cansado. Ethan, que era ejecutivo de recursos humanos de día y estudiante de segundo año de Derecho por la noche, era un hombre saludable que nunca había tenido una fractura, una intervención quirúrgica ni había pasado una sola noche en el hospital. Sin embargo, unas semanas más tarde, los análisis que le había indicado su proveedor de atención primaria revelaron que padecía una enfermedad grave.

“Estaba siguiendo los resultados de los análisis de sangre en tiempo real, y ninguno tenía valores normales. Básicamente, buscábamos información en Google y no nos gustaba lo que encontrábamos”, nos cuenta.

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Ethan Frank-Collins tiene 48 años y trabaja en una organización de atención médica en Columbus, Ohio, pero está de licencia por motivos de salud. Joy, también de 48 años, es especialista en Comunicaciones de Mercadotecnia en una empresa de investigación sin fines de lucro y trabaja a distancia a tiempo completo mientras su esposo recibe tratamiento para la leucemia linfocítica aguda que le diagnosticaron en noviembre.

“En esos primeros días me sentí muy nerviosa, desde el lunes que le hicieron los análisis hasta que nos dieron el diagnóstico”, dice Joy. “Tal es el estado de incertidumbre que tienes”.

“MyChart (un portal electrónico seguro para pacientes) es a la vez una bendición y una maldición”, señala. “Casi siempre ves los resultados antes de que te los digan los profesionales de la salud, y no tienes el grado de conocimiento necesario para interpretarlos. Sin embargo, cuanto más tiempo dedico a esto, más comprendo”.

spinner image Ethan y Joy Frank-Collins salen de su casa en Columbus, Ohio, para conducir hasta Cleveland.
El 9 de agosto a primera hora de la mañana, Ethan y Joy Frank-Collins salen de su casa en Columbus, Ohio, para conducir hasta Cleveland.
ANDREW SPEAR

El factor miedo

Ethan y Joy no tardaron en darse cuenta de que una de las partes más estresantes de una enfermedad grave es esperar los resultados de las pruebas. El modo de manejar las expectativas y ayudar a un ser querido a hacer frente a la ansiedad que produce la espera es particularmente difícil para quienes solo están acostumbrados a las pruebas de rutina. Además, no existe un plazo “normal” para esperar el resultado de un estudio, porque el tiempo que tarda en conocerse depende de cada uno, ya se trate de muestras de tejido, estudios por imágenes, análisis de sangre o un cultivo que necesita tiempo para que los microbios crezcan. No es fácil ser paciente cuando esos resultados pueden significar un diagnóstico que altere la vida o un cambio importante en el estado de salud. “Es un cambio enorme en la vida de alguien de la noche a la mañana”, comenta Christina Irving, directora de atención al cliente en Family Caregiver Alliance, una organización nacional sin fines de lucro con sede en San Francisco.

“Desde el punto de vista emocional, el cuidador y el paciente deben aceptar muchas cosas”, afirma. “Parte de la dificultad es la incertidumbre de lo que se avecina, e incluso comprender lo que significa en ese momento.

Es bastante común que la gente no sepa bien lo que eso implica”, explica Irving, trabajadora social clínica con licencia. “Quizá una persona tenga más acceso a su expediente médico, pero eso no significa que sepa interpretarlo”.

Acceso a resultados por el portal para pacientes

En un estudio que se publicó en el 2022 en la revista Health and Technology, se preguntó a los participantes sobre la forma de recibir los resultados de análisis en portales electrónicos para pacientes. Los resultados indicaron que preferían recibirlos por internet solo cuando se trataba de pruebas de rutina, como las de colesterol o estreptococos.

El 54% de los 8,030 participantes tenían entre 55 y 74 años. La preferencia por los portales dependía de la prueba, ya que “es más probable que los pacientes se sientan informados cuando reciben los resultados de pruebas menos trascendentales, pero más ansiosos cuando reciben los resultados de otras más significativas”, según el estudio.

El estudio reveló que, incluso considerando una espera de tres semanas para conocer los resultados, los pacientes preferían escuchar directamente del proveedor médico los resultados de los estudios más importantes, como los que detectan cáncerAlzheimer o un posible aborto espontáneo.

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Cuándo ponerse en contacto con el proveedor médico

Shani Scott, internista del Montefiore Medical Center de Nueva York, señala que su primera preocupación es aliviar la ansiedad, el miedo y el estrés de los pacientes y sus seres queridos, porque esos problemas repercuten en la salud física y psicológica.

Según Scott, los médicos consideran que todas las pruebas son importantes y garantizan resultados precisos “para asegurar que no se interrumpa nada en ese proceso”.

Las demoras no necesariamente significan malas noticias, añade.

“Pueden ser errores de procesamiento o escasez de personal de laboratorio”, explica Scott. “No significa que sea una fatalidad”.

Sin embargo, Scott indica que los pacientes y los cuidadores no deben dudar en ponerse en contacto con el consultorio del profesional médico que pidió las pruebas si ya pasó el momento previsto para recibir los resultados.

“Si te dicen que los resultados tardarán tres días y pasan cuatro o cinco, ponte en contacto con ellos”, sugiere Scott. Aunque recibas los resultados por vía electrónica, puedes optar por esperar a verlos con un experto. Según ella, “la conversación debe tener lugar con tu proveedor de atención médica que conozca tus extensos antecedentes médicos para que pueda orientarte en el contexto adecuado”.

‘No sabes lo que necesitas’

Los pacientes que han llenado un formulario HIPAA (Ley de Portabilidad y Responsabilidad de los Seguros de Salud) en el consultorio del profesional de la salud permiten que se discutan los antecedentes médicos con las personas que se designan en dicho formulario, explica Hilary Katz, directora de coordinación de casos de Shalom Austin Jewish Family Service (JFS), una organización sin fines de lucro de Austin, Texas, que presta servicios de salud mental y apoyo tanto a la comunidad judía como a la comunidad en general.

“Cuando no has sufrido este tipo de trauma, no sabes lo que necesitas”, dice, y señala que el JFS tiene una lista de recursos de profesionales de confianza que pueden ayudar a los pacientes y a sus familiares con todo lo que necesitan, desde recomendaciones médicas hasta asesoramiento. “Si no tenemos las respuestas, nos comunicamos con alguien que las tenga”. Otro beneficio que ha agregado su agencia como resultado de un proyecto financiado con donaciones es la contratación de un profesional de enfermería que interceda por el paciente, señala. Los clientes que perciben bajos ingresos pueden recibir ayuda del JFS para pagar el servicio, pero los que pueden pagarlo resuelven ese aspecto directamente con el defensor del paciente.

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“Podemos poner en contacto al enfermero que intercede por los pacientes para que esté con ellos cuando reciban los resultados de los estudios. El defensor del paciente acude al consultorio del profesional médico, toma notas y hace las preguntas que la persona no sabría que debe plantear”, explica Katz. Si bien se trata de una ventaja específica para los pacientes del SJF, otros hospitales y centros oncológicos cuentan con representantes de pacientes y trabajadores sociales que pueden interceder cuando es necesario.

Irving, de la Family Caregiver Alliance, sostiene que con frecuencia se necesita más claridad sobre los resultados de las pruebas.

“A veces, las personas tienen una excelente comunicación con el profesional de la salud y saben lo que significan esas pruebas médicas, qué deben esperar y cómo evolucionará la enfermedad”, dice. “Otras veces, tienen muchas preguntas que quizá ni siquiera sepan que deben hacer”.

Según Irving, debemos darnos cuenta de que ser firme “no es lo mismo que ser agresivo”.

“Debes pedir esa información y decir claramente lo que necesitas. Esto es difícil para el paciente, que está asimilando lo que le ocurre”, dice Irving. “Lleva a otros familiares, amigos, trabajadores sociales u otros proveedores, para no tener que hacerlo tú solo. Se trata de formar tu equipo, y no tiene por qué ser solo el cuidador”. 

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Haz oír tu voz

Keri Hutson, de 52 años, está de acuerdo. Su esposo, Timothy, de 67 años, era jefe de obras de una empresa de torres de telefonía móvil hasta que el 2 de noviembre sufrió un accidente con su motocicleta no lejos de su casa en Beverly Hills, Florida, a unas 30 millas al suroeste de Ocala.

Estrategias para sobrellevar la situación

Consejos de los expertos:

No te vayas confundido. ¿Tienes dudas sobre los próximos pasos? ¿Te desconcierta la terminología médica? Con frecuencia, los trabajadores sociales pueden “orientar a las familias sobre las preguntas que deben hacer”, nos dice Christina Irving. “Deja en claro lo que necesitas”.

Crea una red de apoyo. Invita a otros familiares, amigos o trabajadores sociales para que te apoyen durante las citas.

Encuentra un equilibrio. “Si un ser querido necesita más visitas para recibir tratamiento, [los cuidadores familiares deberían] pensar en las repercusiones que eso puede tener en otros compromisos” con empleadores o compañeros de trabajo, afirma Shani Scott. Quizá puedas tomarte algún tiempo para dedicarte al cuidado. Comprende tus derechos según la Ley de Licencia Familiar y Médica (FMLA).

“Debes decir lo que piensas”, sostiene Hutson. “Siempre estaba en contacto con un administrador de casos o con el supervisor del piso. Incluso hablé con el director ejecutivo. Tienes que actuar como intercesor”.

Ella trabajaba a distancia en la división de atención al cliente, pero tuvo que dejarlo para cuidar a su esposo porque él tuvo un traumatismo cerebral, está postrado en cama, sufrió un derrame cerebral y otras lesiones graves, y estuvo hospitalizado hasta que regresó a casa el 16 de junio.

“Escucha lo que te dicen los profesionales de la salud. Toma notas. Tienes que enterarte de todo”, sugiere Hutson. “Eso ayuda a calmar la ansiedad”.

Joy Frank-Collins también toma notas. Leyó libros e investigó sobre la enfermedad de su esposo, sobre todo porque la quimioterapia y la inmunoterapia surtieron efecto durante un tiempo, pero luego dejaron de hacerlo.

“Él no quiere saberlo todo y no quiere soportar esa carga. Yo reúno esa información para él”, explica.

El siguiente paso es un trasplante de médula ósea en las próximas semanas.

“Mi ansiedad por las pruebas disminuyó, y la suya aumentó. A estas alturas esta actitud es fundamental. Al principio, yo estaba pendiente de cada hemograma y cada punción lumbar”, relata, y explica que, desde que recibieron el diagnóstico, lleva un registro de todos los signos vitales de su esposo en un cuaderno.

“Cada vez que le toman los signos vitales, anoto el nivel de oxígeno, la temperatura, la presión arterial y los valores del recuento de glóbulos blancos y de hemoglobina”, dice. “Ahora hago más lo que hacen los médicos: busco tendencias”.

Sharon Jayson es una escritora que cubre temas relacionados con el envejecimiento, la familia, la salud y la jubilación. Anteriormente trabajó para USA Today y el Austin American-Statesman, y también ha escrito para Kaiser Health News, la revista Time y The Washington Post.

 

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