Vida Sana
El cuidado de personas con una enfermedad mental no se comenta tan públicamente como cuando se trata del cuidado de alguien con cáncer o demencia. Tal vez sea el temor al estigma o el querer proteger la privacidad del ser querido, pero esta forma de cuidado "silencioso" puede dejar a los cuidadores familiares sin la orientación ni los recursos que necesitan en momentos de crisis.
Uno de los aspectos más difíciles de gestionar es cuando la enfermedad mental del ser querido se convierte en una emergencia psiquiátrica más grave llamada "psicosis". El Instituto Nacional de Salud Mental define la psicosis como una "serie de síntomas que afectan a la mente y que implican cierta pérdida de contacto con la realidad".
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Aunque los episodios psicóticos no son comunes —según la Alianza Nacional sobre las Enfermedades Mentales (NAMI), 3 de cada 100 personas sufrirán un episodio psicótico en su vida—, una vez que ocurre el primero, hay un 50% de probabilidades de que se repita a lo largo de la vida, lo cual significa que el paciente y el cuidador tienen que estar preparados para eventualidades futuras.
La psicosis suele presentarse repentinamente y se manifiesta con intentos de autolesión, percepciones alteradas de la realidad, cambios drásticos en el estado de ánimo y el comportamiento o bien delirios y alucinaciones. Es un territorio incierto para el cuidador y un momento caótico al tratar de ayudar a la persona durante una emergencia.
¿Qué desencadena la psicosis?
Muchos factores pueden desencadenar un episodio psicótico. El abuso de sustancias, el trauma, una enfermedad o una lesión física o la genética pueden intervenir en la psicosis. Si la persona en crisis no tiene un diagnóstico que indica la causa del episodio psicótico, entonces será necesario buscar un tratamiento médico que conduzca a un diagnóstico. Pero la prioridad fundamental durante una emergencia es estabilizar a la persona.
Los familiares y los amigos íntimos suelen ser los primeros en detectar cambios en el comportamiento de la persona. Si hay signos de delirio o de alucinaciones, es preciso buscar atención médica lo antes posible. Lo ideal es llevar a la persona en crisis a que le hagan un examen médico. Al consultar a sus médicos de cabecera (y a psicoterapeutas o psiquiatras si ya está en tratamiento), el paciente tendrá el beneficio de la orientación médica para los próximos pasos. Créase o no, algo tan sencillo como una infección de las vías urinarias puede causar síntomas que se asemejan a la psicosis y, una vez que se tratan, la mayoría de los pacientes se recuperan por completo.
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