Cómo hacer planes para minimizar los conflictos familiares cuando recibas cuidados
Para evitar problemas, se recomienda establecer instrucciones legales.
In English | Ninguna familia es perfecta. Es normal que, en algún momento de la vida, nuestros familiares tengan desacuerdos y conflictos entre sí. Y cuando alguien necesita de cuidados, en el contexto de una crisis de salud, es aún más probable que surjan tensiones. Eso puede ser especialmente angustioso para un cuidador que debe lidiar con una dinámica familiar difícil mientras cuida de su ser querido. Pero con unos cuantos planes y preparativos, se pueden mitigar las tensiones y las repercusiones a largo plazo para todos los interesados.
Sea que actualmente cuides de alguien o aún estés haciendo planes en caso de que necesites de un cuidador, es de esperar que en algún momento ocurran conflictos familiares. Puede ser que ya estés pensando en "esa persona": aquel familiar que, en tiempos de crisis, echaría leña al fuego, provocaría conflictos, se portaría de forma agresiva o les haría la vida imposible a los demás. Si tienes hijos adultos que nunca se han llevado bien, posiblemente sean capaces de aprovechar una crisis familiar para expresar sus antiguos resentimientos.
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O tal vez sea algo más sutil. Puede ser que uno de tus hijos se precipite a hacerse cargo de todo y que los demás se hagan a un lado. El hijo más activo se sentirá sobrecargado de trabajo y poco valorado, mientras que los demás se sentirán excluidos. Los ánimos se enconan y la comunicación falla. Por más que quisiéramos que la gente aunara esfuerzos en tiempos difíciles y tratara de entender las perspectivas ajenas, no siempre sucede así.
Un plan legal, financiero y holístico protege no solo a quien recibirá los cuidados, sino también a sus cuidadores. Aunque los conflictos familiares no pueden evitarse por completo, dicho plan puede impedir conductas dañinas, maniobras interesadas y pleitos legales. Y si funciona bien, puede promover más comprensión y compasión entre la familia. En las comedias televisivas y el cine, los problemas familiares suelen quedar resueltos antes del final del programa o película. Pero en la vida real, la resolución no siempre se logra tan fácilmente. A continuación hablaremos de cómo hacer planes para los conflictos familiares, desde la perspectiva de quien recibe cuidados o los recibirá en el futuro. En un artículo posterior se abordará el mismo tema desde la otra cara de la moneda: es decir, desde la perspectiva del cuidador familiar.
Prepara un plan
Imagina cómo será la vida si necesitas mucha atención médica directa o si tienes que poner a otra persona a cargo de tus asuntos financieros. Al preparar tu plan, visualiza lo que puedes hacer para que el proceso sea lo más fácil posible para tus cuidadores.
Piensa en quiénes serán tus representantes y, a la hora de tomar estas decisiones, sé realista con respecto a las relaciones entre ellos. Si tienes dos hijos que se llevan como perro y gato, tal vez no sean capaces de colaborar para brindarte cuidados. Si nombras a los dos como tus correpresentantes legales, la situación podría estancarse cuando ellos no se pongan de acuerdo. Eso, a su vez, repercutiría directamente en ti y podría afectar tanto los cuidados que recibas como tu estado de salud. Por otro lado, si nombras a uno de ellos como el principal responsable, es importante hablar con el otro hijo para limar asperezas y ayudarlo a entender tus deseos.
Si existe la posibilidad de que alguien intente aprovecharse de tu situación financiera, ten mucha precaución. Para mantener cierto control sobre cuáles de tus bienes se gastarán —y cómo— en caso de que quedes incapacitado, puedes establecer condiciones explícitas en tus documentos de fideicomiso. Puedes designar a protectores de fideicomiso o fiduciarios neutrales para que desempeñen labores de supervisión y, así, reducir las presiones sobre el cuidador financiero que posiblemente tenga que rendir cuentas a los demás herederos de tu patrimonio. Y siempre hay que pensarlo dos veces antes de nombrar a un familiar como cotitular de tus bienes o cuentas bancarias. Hay otras maneras de permitir que esa persona te ayude, sin darle libre acceso a tu patrimonio.
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Prepara tus documentos legales
Averigua si hay alguna posibilidad de designar por adelantado a un tutor, en caso de que algún día quedes incapacitado y necesites que un tribunal te asigne un tutor. Los juzgados que deciden casos de tutela ven muchos conflictos y pleitos familiares sobre quién se encargará de los asuntos de una persona incapacitada. Los documentos legales adecuados pueden ayudar a impedir que personas malintencionadas recurran al sistema judicial para hacerse con el control sobre ti o tu dinero.
No olvides tampoco hacer planes para cuando fallezcas, ya que muchas familias se sumen en conflictos legales tras la muerte de un ser querido. Deja instrucciones claras sobre la disposición de tus restos. ¿Prefieres el entierro en una tumba familiar, la cremación o un entierro "verde"? ¿Quieres que se celebre un velorio? Hazlo constar en tus documentos. Está bien que se lo digas a alguien verbalmente, pero es mucho mejor formalizarlo por escrito. Si no dejas instrucciones específicas al respecto, asegúrate de designar a la persona que tomará estas decisiones. Tras la muerte del cantante James Brown, sus restos mortales no pudieron descansar durante mucho tiempo mientras sus familiares discutían sobre dónde enterrarlos. Es un desenlace trágico.
Por otra parte, prepara un plan que establezca quiénes heredarán tu dinero, para que este sea repartido sin problemas. Si tus hijos no se llevan bien ahora, no los designes como cotitulares de un inmueble que luego tengan que tomar la decisión de retener o vender. Si no se ponen de acuerdo sobre qué hacer con el inmueble, es probable que la disputa termine en una demanda civil. Tal vez puedas dejar algún otro de tus bienes a uno de tus hijos, mientras el otro hijo recibe el inmueble. Sé creativo y procura evitar los puntos de desacuerdo previsibles. Cabe reiterar que los conflictos familiares pueden evitarse si nombras a un albacea neutral en tu testamento, o a un fideicomisario sucesor en el acta de tu fideicomiso.
Por más difícil que sea, pon las cosas claras y diles a todos lo que quieres y no quieres. Sé explícito, tanto en las conversaciones con tu familia como en tus documentos legales. Cualquier ambigüedad podría dar lugar a distintas interpretaciones de tus deseos, lo cual podría llevar a un litigio. Si expresas claramente lo que quieres, las opiniones ajenas tendrán que subordinarse a tus instrucciones.
Amanda Singleton recibió el premio nacional Caregiving Visionary Award de CareGiving.com y presta servicios a cuidadores durante todas las etapas de la vida a través de su bufete de abogados. Síguela en Twitter y Facebook (enlaces en inglés).