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6 maneras de prevenir las lesiones al sacar a pasear al perro

El equipo, el adiestramiento y los zapatos apropiados pueden evitar caídas y fracturas.


spinner image Una mujer pasea a su perro pequeño

Jerome Enad, por lo general, saca a pasear por separado a cada uno de sus tres perros, los staffordshire terrier americanos Sugar y Mr. Bones, y el bóxer de raza mixta Froyo. Sin embargo, un funesto día en el 2022, decidió llevar a pasear juntos a los tres mientras su esposa estaba de viaje.

“Algunos días, tengo menos energía que otros, por eso quería pasearlos y salir de eso”, dice Enad, que tiene 57 años y vive en Pensacola, Florida. “Fue una mala decisión”. 

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Esto se debe a que los perros de Enad tienen un archienemigo: un perro del vecindario cuya presencia los alborota. Muchas veces, Enad puede predecir los enfrentamientos y atraviesa la calle para evitarlos. Pero aquel día, sus perros vieron a su contrincante canino antes que él.

“Los tres con su peso combinado fueron demasiado. Cuando ya todos estaban alborotados, todo pasó muy rápido”, cuenta Enad, que intentó no ceder terreno después de que sus canes salieran persiguiendo a su objetivo. “Comencé a resbalarme y caí acostado boca arriba. Entonces, empezaron a arrastrarme por la acera hasta que pude enganchar el pie en algo; no sé si fue un árbol o una canaleta. Ahí fue que me lesioné la rodilla”.

La experiencia de Enad no es poco común. Las lesiones que ocurren al pasear perros son más comunes entre quienes tienen de 40 a 64 años y más graves entre personas de 65 años o más, según un estudio reciente de la Universidad de Johns Hopkins.

Enad, que da la casualidad de que es un cirujano ortopédico jubilado, tuvo un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla derecha. Si bien estuvo cojeando durante semanas, se recuperó reposando.

Podría haber sido mucho peor. Y a menudo lo es para muchos adultos mayores, entre quienes casi cuatro de cada diez tienen un perro.

Cuidado con las caídas y las fracturas

Entre el 2001 y el 2020, 422,659 adultos acudieron a salas de emergencias en el país debido a lesiones que tuvieron mientras paseaban perros con correa, según el estudio realizado en abril por investigadores de la Universidad de Johns Hopkins. Muchas más personas que se lesionaron al pasear perros probablemente fueron atendidas por médicos de atención primaria y especialistas, según Ridge Maxson, uno de los autores del estudio y estudiante de cuarto año de Medicina en la misma universidad.

Según ese estudio, las lesiones más comunes entre las personas mayores que paseaban a su perro fueron traumatismos cerebrales y fracturas de cadera. Comparados con personas más jóvenes que pasean perros, los adultos mayores son tres veces más propensos a caerse mientras caminan con un perro que lleva correa, más del doble de propensos a padecer una fractura y un 60% más propensos a sufrir un traumatismo cerebral.

“Descubrimos que las lesiones más comunes entre los adultos mayores son dos de las más debilitantes e impactantes que podrían padecer”, dice Maxson, que las atribuye a que con la edad, el equilibrio, la densidad ósea, la forma de andar, la fuerza muscular y la vista tienden a deteriorarse. Él señala que entre los adultos mayores, las fracturas de cadera pueden limitar la movilidad y la independencia en general, y agrega que entre un 15 y un 36% de las personas de esa edad que padecen este tipo de fractura mueren menos de un año después de haberse lesionado.

“En lo que respecta al traumatismo cerebral, entre los adultos mayores se ha vinculado con deficiencias cognitivas y psicosociales duraderas, y tener antecedentes de este traumatismo, además de los cambios normales en el cerebro relacionados con la edad, podría acelerar el deterioro cognitivo”, dice.

Consejos para mantenerte más seguro al llevar a pasear al perro

La conclusión no es que los adultos mayores no deberían tener perros, insiste Maxson. Más bien, es que deberían tomar medidas proactivas para minimizar el riesgo de lesiones si tienen un perro. Por ejemplo:

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1. Mejora tu capacidad de recuperación

Puedes volverte más resistente a los accidentes si tomas medidas proactivas con el asesoramiento de tu médico, señala Maxson. Si corres un riesgo elevado de caídas y fracturas, el médico podría recetarte medicamentos o suplementos para mejorar la resistencia de los huesos.

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Tu médico también puede ayudarte a crear un plan de ejercicio. “A las personas mayores que pasean perros, en particular, quizás les convenga hacer ejercicios de resistencia y equilibrio para desarrollar los músculos y mejorar su coordinación”, dice Maxson. “Se ha demostrado que ambos tipos de ejercicio reducen ​la incidencia y la gravedad de las caídas entre los adultos mayores”.

2. Elige al perro ideal para ti

Aunque nunca es buena idea evaluar a los perros basándose solo en su raza o su aspecto en vez de en su comportamiento y temperamento individual, es importante que las personas mayores consideren tener un perro que se adapte a su estilo de vida y su capacidad física, dice Kait Hembree, técnica veterinaria acreditada y jefa de adiestramiento de la empresa de adiestramiento canino en línea GoodPup.

“Creo que realmente depende del nivel de energía que tenga el perro. Si planeas tener un perro muy activo, ya sea uno de tamaño más pequeño o grande, deberías asegurarte de que podrás permitirle hacer más ejercicio y brindarle más estímulo mental”, indica Hembree, que dice que los perros de mayor edad adoptados de refugios podrían ser más manejables que los cachorros para algunas personas, pues tienden a ser menos hiperactivos y a menudo no hay que adiestrarlos tanto.

3. Sé estratégico

Los paseos son más seguros si los contemplamos y los planificamos con cuidado, según George Melillo, cofundador y director veterinario de Heart + Paw, un grupo de clínicas veterinarias con 28 centros en 10 estados. “Puede ser muy útil ser consciente y tomar unas cuantas precauciones”, dice.

Según Melillo y Hembree, los factores importantes para tener en cuenta incluyen los siguientes:

  • Zapatos: usa zapatos sólidos de buen agarre en vez de sandalias o chanclas, que pueden ser resbalosas.
  • Ruta: sigue una rutina de pasear por el mismo camino, lo que ayudará a que tanto tú como tu perro se mantengan orientados. Mientras más familiar sea la ruta, menos cosas podrán hacer reaccionar a tu can y menos riesgos de tropiezo tendrás.
  • Hora del día: si no puedes ver bien, evita los paseos nocturnos por lugares mal iluminados. Asimismo, si tu perro es ansioso o nervioso, podría ser mejor pasearlo cuando haya menos ruido y distracciones, como temprano en la mañana cuando los demás están durmiendo o a mediodía mientras los vecinos están en el trabajo.

Debido a que los perros cansados, por lo general, son más fáciles de manejar, otra medida estratégica es planear tiempo para jugar con ellos antes de llevarlos a pasear. “La gente piensa que pasear al perro es la única forma de agotar su energía y de que haga el ejercicio que necesita a diario”, dice Rebecca Greenstein, una asesora médica veterinaria de Rover.com y veterinaria principal y propietaria de un consultorio en el Hospital Veterinario Kleinburg en Toronto. “Pero jugar con el perro con una pelota en el patio o juguetear dentro de la casa también puede cansarlo, para que no empiece su paseo con demasiada energía acumulada”.

Si no tienes patio, puedes alquilar uno mediante aplicaciones como Sniffspot, en las que puedes reservar espacios privados por hora —patios, canchas y parques bajo techo para perros— para divertirte con tu mascota de manera segura y sin que lleve puesta la correa.

“Si no hay disponibles cerca de ti lugares de Sniffspot, sé creativo”, sugiere Hembree, que dice que los estacionamientos de las iglesias (que podrían estar vacíos durante la semana) y las canchas de tenis desocupadas pueden ser buenos lugares para ejercitar al perro sin correa, si el sitio está cercado y tu can obedece cuando lo llamas. Sin embargo, pide permiso para usar esos espacios y ten en cuenta cómo otras personas podrían percibir tus actividades.

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4. Compra el equipo apropiado y úsalo correctamente

Un collar y una correa adecuados pueden marcar una gran diferencia, según Greenstein, que recomienda no usar una correa retráctil. “Por muy cómodas que sean, no son ideales para la seguridad ni para adiestrar a tu perro, porque le dan demasiada libertad”, dice. “Usa una correa tradicional de seis pies que no sea retráctil. Esa correa disuade de los tirones y es mucho menos propensa a enredarse”.

La manera de sujetar la correa también es importante. “Sostener la correa en la palma de la mano en vez de tenerla enrollada alrededor de los dedos o en la muñeca da mayor control sobre el perro y permite aflojar o tensar el agarre si el perro empieza a alejarse”, dice Maxson.

En vez de un collar, Greenstein recomienda un arnés. “Pasear a un perro con un collar típico le pone mucha presión sobre el cuello”, dice. Agrega que deberías enganchar la correa en la argolla delantera del arnés en lugar de en la trasera. “La argolla delantera es la que más ayuda a evitar los tirones, mientras que la trasera podría sin querer promover tirones porque deja que el perro aproveche su peso corporal”.

Debido a que los collares de choque, los collares de púas y las cadenas de ahogo son refuerzos negativos en vez de positivos, Hembree no los recomienda. Para perros bastante tercos o que se asustan fácilmente, dice que los propietarios podrían considerar un collar antiescape, que disuade de los tirones al apretarse cómodamente cuando el perro hala.

5. Invierte en adiestramiento

Los perros pueden aprender a pasear bien, según Hembree, que dice que los dueños pueden trabajar con adiestradores de forma virtual o en persona, para enseñarle a su perro comandos básicos tales como “junto” y “mírame”. El primero es para que el perro camine tranquilo a tu lado, mientras que el segundo es para que se concentre en ti y no se distraiga.

Para los dueños que no disponen de tiempo ni recursos para adiestrar a su perro, Hembree recomienda varios “trucos” para pasearlo. Por ejemplo, si a tu perro le encanta el juego de ir a buscar, lleva contigo una pelota; si se topan con una distracción, alzar la pelota puede motivar a tu mascota a concentrarse en ti. También puedes cargar golosinas para perro y lanzarlas al suelo de vez en cuando, para que tu can siga su instinto natural de buscar alimentos, lo que simultáneamente hará que baje la velocidad, se calme y se distraiga de los estímulos externos.

6. No uses tus dispositivos electrónicos

Trata de evitar concentrarte en tu teléfono celular, monitor de ejercicio y reloj inteligente mientras paseas a tu mascota. Si caminas mirando un dispositivo, es fácil que te resbales en pavimento desnivelado, no te des cuenta de que se aproxima otro perro o no te fijes en que tu can tiene las patas enredadas en la correa.

Es esencial que te concentres en tu perro, y solo en eso, según Greenstein. “No te distraigas con tu celular”, dice. “Si estás enviando mensajes de texto o usando el teléfono, tal vez no veas la ardilla que atravesó corriendo la calle y que tu perro podría perseguir, o no te des cuenta de otras situaciones potencialmente peligrosas”.

Siempre es mejor que mantengas tu teléfono en el bolsillo y concentres tu atención en tu mascota, señala Greenstein.

Dado el riesgo de lesiones, las personas mayores dueñas de mascotas podrían sentir la tentación de sacarlas a pasear con menos frecuencia. Sin embargo, lo que a menudo es más saludable es salir a pasear más, según Melillo, que dice que pasear perros de forma segura brinda a la mascota y al dueño ejercicio físico e interacción social muy necesarios.

“Algunos de los problemas de comportamiento que pueden tener los perros se deben a que no hacen suficiente ejercicio ni reciben suficiente estímulo”, dice. “Si puedes salir a pasear de una manera que sea segura para ambos, es lo ideal para todos”.

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