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Mascotas maravillosas que no son perros ni gatos

Los animales inusuales también pueden brindar compañía a las personas mayores.


spinner image de izquierda a derecha, el conejo Willow, el loro Maxie y la iguana Rocky
Robin Schwartz / Jimena Peck / Robin Schwartz

Cuando pensamos en mascotas, solemos imaginarnos gatitos o perritos lanudos. Sin embargo, hay muchos otros animales que pueden ofrecer amistad y compañía. Muchos animales, como los peces, los conejillos de Indias, los pollos y los lagartos, pueden ser buenas mascotas y adaptarse a las limitaciones o preferencias de cuidado y costo que pueda tener el dueño de una mascota. 

Es cierto que los perros y los gatos son, de lejos, las mascotas más populares en EE.UU.: el 38% de los hogares tienen perros y el 25% tienen gatos, según la American Veterinary Medical Association. Sin embargo, hay muchos otros animales que también pueden desempeñar esa función. 

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Algunos dueños de mascotas optan por tener una colección de animales, como Doug Mader, un veterinario de 66 años que vive en Florida y cuya familia incluye dos perros, dos gatos, dos serpientes, tres tortugas, una rana y un gran pájaro rojo. 

“Sabemos muy bien que las personas necesitan compañía”, señala Mader, y añade que hay una gran variedad de animales que pueden ser excelentes para desempeñar esta función. Los estudios científicos han demostrado una serie de beneficios derivados de la compañía de mascotas, sobre todo entre los adultos mayores, explica. Esos beneficios incluyen la disminución de la presión arterial, el alivio de la depresión y la mejora de las habilidades motrices. 

Un estudio del 2021 que se publicó en la revista Frontiers in Public Health concluyó que los adultos mayores que tenían un animal de compañía durante el pico de la pandemia manifestaron que el animal le daba más sentido y propósito a su vida y que los ayudaba a mantener una rutina. 

Así que, tanto si tienes un caballo como una serpiente, un hámster o una tortuga, recibirás los beneficios y la alegría de vivir con una mascota. Aquí tienes ocho ejemplos de personas que tienen mascotas no tradicionales y por qué las adoran. 

spinner image Joyce Romero y su tortuga Franklin
Joyce Romero dice que su tortuga Franklin hiberna de noviembre a marzo. 
José Mandojana

Joyce Romero, 66 años 
​Los Ángeles 
Mascota: Franklin, la tortuga 

Hace veinte años, la familia Romero adoptó una tortuga llamada Franklin. Los hijos de Joyce y de su esposo ya abandonaron el hogar, y la tortuga sigue siendo una parte importante de su familia. 

“Todas las mañanas le preparo una ensalada con hojas de lechuga romana, col berza, col rizada y endivia”, dice Romero. También encuentra manjares para Franklin cuando pasea y recoge pétalos de rosa y dientes de león. Franklin, que vive en un cantero del jardín trasero, suele excavar para meterse debajo de la tierra e hibernar de noviembre a marzo. Durante los meses más cálidos, es muy activo y le gusta explorar el jardín del frente, nos cuenta Romero. 

“Aunque parezca sorprendente, es muy rápido y tengo que prestarle mucha atención, de lo contrario lo perdemos de vista”, dice. “Cuando lo saco a pasear, me gusta ponerle una etiqueta con nuestra dirección en el caparazón, por si se aleja”. 

Según Romero, las tortugas son mascotas maravillosas porque requieren poco mantenimiento. “Mi esposo y yo siempre hemos sido amantes de los animales, y también tenemos dos perros y dos gatos”, agrega. “Con los años, disfrutamos mucho más de nuestras mascotas”. La pareja sale a pasear con los perros y la tortuga, con lo que se mantienen ocupados. “Sin embargo, la tortuga nos da vacaciones cuando hiberna y no tenemos que hacerle la ensalada todas las mañanas”, bromea Romero. 

spinner image Trae Bodge y su conejo Willow
El conejo Willow aprendió a usar la caja de arena, dice Trae Bodge.
Robin Schwartz

Trae Bodge, 55 años 
Montclair, Nueva Jersey 
Mascota: Willow, el conejo 

Bodge adoptó un conejo llamado Willow después de que el conejillo de Indias de la familia envejeció y murió en el 2020. 

“Adorábamos a nuestro conejillo de Indias, pero queríamos que nuestra próxima mascota fuera un poco más interactiva, un poco más como un miembro de la familia, así que elegimos un conejo”, explica. Willow le brinda a su familia una alegría inagotable. “Nuestras interacciones favoritas con Willow son cuando nos persigue —sobre todo a mí— de un lado a otro de la habitación y a veces da pequeños saltitos cómicos en el aire”, nos cuenta. “Después de correr, salta a nuestro regazo para comer algunas pasas de uva, que son su bocadillo favorito”. 

Willow se pasea libremente, no tiene jaula y aprendió a usar la caja de arena. Le encanta pasar horas debajo del escritorio de Bodge y hacerle compañía mientras ella trabaja durante el día. 

spinner image Steve Replin y su loro africano gris Maxie
Steve Replin comenta que disfruta de la compañía del loro Maxie mientras trabaja desde casa. Dice que el pájaro, que tiene 10 años, es el amor de su vida.
Jimena Peck

Steve Replin, 75 años 
Denver​ 
Mascota: Maxie, el loro gris africano 

Replin no tiene reparos en decir que su loro gris africano, que tiene diez años, es “el amor de mi vida”. 

“Es un poco revoltoso, pero yo también lo soy, y literalmente coincidimos en la mayoría de las cosas”, comenta riendo. Nos cuenta que tener a Maxie es casi como tener un mejor amigo cerca en todo momento. Replin trabaja desde su casa y reconoce que el pájaro evita que se sienta solo sin la presencia física de sus compañeros de trabajo. “Maxie participa de buena gana en el proceso de preparación de excelentes documentos, y también le encantan las llamadas telefónicas”, señala. Al pájaro le encanta acurrucarse con la esposa de Steve y les hace saber cuánto los echa de menos siempre que no están en la misma habitación. 

“Recibir el cariño de un pájaro, o de cualquier mascota para el caso, es conmovedor”, afirma Replin. “Como soy su cuidador y soy directamente responsable de su bienestar, eso me hace pensar en algo más allá de mí mismo”. 

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spinner image Aimee Grove y su caballo Luc
Aimee Grove considera que pasar tiempo con su caballo Luc en el establo tiene un efecto terapéutico para ella. 
Balazs Gardi

Aimee Grove, 54 años 
San Francisco 
Mascota: Luc, el caballo 

Grove ya montaba a caballo de niña y volvió a hacerlo de adulta. Ahorró durante cinco años para comprar su primer caballo. 

“Tiene más personalidad de perro labrador que de caballo: es mimoso, dulce, le gusta mucho la comida, le encanta dormir la siesta y también adora a la gente y los perros”, nos dice. Grove describe a Luc como “un compañero tranquilo que me cuida en todos los sentidos: cuando salto en las pistas, en los concursos hípicos o simplemente cuando estoy en el establo”. Grove tiene una personalidad ansiosa tipo A, y dice que la personalidad apacible de Luc la tranquiliza. 

“Algunas personas que montan piensan que un caballo o sus caballos son una montura para su deporte”, señala Grove. “En mi caso, Luc es ante todo una mascota, pero también es un compañero y un amigo de confianza”. 

A Luc le encanta acurrucarse, pone la cabeza en los brazos de Grove y se apoya en ella buscando galletas, pero sin mordisquear ni portarse mal. Estar con él, dice, es como su propio oasis en un mundo enloquecido en el que trabaja de 60 a 70 horas por semana y lidia con el estrés de criar a un adolescente. 

“Cuando estoy en el establo con Luc, todo lo demás desaparece”, explica. “Él es mi terapia, mi salvador, mi Prozac. Hasta mi esposo se da cuenta de que el gasto vale la pena para tener una esposa feliz y una vida feliz”. 

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spinner image Susan Karlin y sus caracoles
Susan Karlin cuenta que al volver a casa después de cuidar a su padre, transfirió su energía de cuidadora al cuidado de un caracol que había subido a su apartamento. 
Wray Sinclair

Susan Karlin, 60 años 
Los Ángeles 
Mascotas: caracoles 

En el 2018, un caracol de jardín —que pronto se llamaría Flash— se subió al pasillo del segundo piso del edificio de apartamentos de Susan Karlin. “Naturalmente, supuse que estaba perdido y que tenía hambre”, recuerda. 

Karlin acababa de volver a casa después de pasar cinco meses con su padre enfermo para ayudarlo a superar el dolor por la reciente pérdida de su madre. “Como seguía en modo de cuidadora, simplemente transferí toda esa atención y esos mimos a Flash”, nos cuenta. 

Le dio lechuga, le preparó un terrario donde vivir y lo presentó en su página de Facebook. “A todo el mundo le encantó y pronto se convirtió en una pequeña celebridad entre mis amigos”, dice Karlin. Un año después, encontró otro caracol al que llamó Dazzle y que pronto tuvo crías. 

Hoy en día, Karlin tiene unos veinte caracoles, todos descendientes de Dazzle. “Con el tiempo, la gente comenzó a asociarme con los caracoles”, explica. “Cuando me veían, me preguntaban por Flash, y cuando murió me enviaron flores y tarjetas de pésame”. 

Observar caracoles es fascinante, dice Karlin, periodista científica. “Nacen con caparazones que se endurecen lentamente, y los más jóvenes son transparentes, de modo que puedes ver latir el corazón y el alimento desplazarse por dentro del cuerpo”, explica. “Tomo notas e investigo información sobre su comportamiento y sus enfermedades, hago pequeñas sesiones fotográficas y pruebo distintos alimentos”. Descubrió que a los caracoles les encanta el pepino. 

Karlin considera que la presencia de los caracoles es tranquilizadora, y advierte que durante el primer año después de la muerte de su madre, cuidarlos se convirtió en una forma de terapia para ella. “Ahora simplemente me hacen sonreír”, afirma. 

spinner image Tim Sullivan y su iguana Rocky
Tim Sullivan tiene reptiles desde que tenía 5 años, y ahora tiene una iguana llamada Rocky (en la foto) y un dragón barbudo llamado Citrus.
Robin Schwartz

Tim Sullivan, 50 años 
Metuchen, Nueva Jersey 
Mascotas: Citrus, el dragón barbudo, y Rocky, la iguana 

Sullivan es conocido cariñosamente entre sus amigos como “el tipo de los reptiles”. Su colección de serpientes y lagartos incluye a Citrus, un dragón barbudo de 9 años, y a Rocky, una iguana del tamaño de un cerdo que vive en el sótano. “He tenido reptiles desde que tenía 5 años, y nunca he perdido la pasión por ellos”, nos dice. 

El entusiasmo de Sullivan por los reptiles ha sido una forma magnífica de vincularse con sus tres hijos y enseñarles sobre responsabilidad, ecología y repetición y recompensa, entre otras lecciones para la vida. “Todos mis hijos pensaban que era algo estupendo y que yo era un padre genial, hasta que llegaron a una edad en que ya no fue así”, bromea. 

Según Sullivan, tener reptiles no se parece en nada a tener otras mascotas como perros o gatos. “Son criaturas que se familiarizan y se habitúan”, explica. “Te reconocen y debes aprender a ganarte su confianza”. 

A Sullivan le gusta encargarse de tareas como preparar alimentos frescos para sus mascotas, y señala que Rocky “volara de un lado a otro de la habitación por una banana” y a Citrus le encantan los gusanos de la harina. También le gusta conversar en las redes sociales con otros aficionados a los reptiles y visitar ferias para estar al día sobre las novedades en el mundo de los reptiles. 

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spinner image Amy Salinas sosteniendo una tarántula
Amy Salinas dice que antes les tenía mucho miedo a las arañas, pero ahora cuida a 1,000 tarántulas.
David Nevala​​

Amy Salinas, 51 años 
​Hartland, Wisconsin 
Mascotas: tarántulas 

¿Recuerdas la película Arachnophobia? Amy Salinas tenía eso: un profundo miedo a las arañas. Decidió superar esa fobia. 

“Empecé a criar tarántulas en el 2016 con la ayuda de mi hijo para superar mi miedo a las arañas”, señala. “Me llevó dos años enteros dejar de tenerles miedo”. 

Con el tiempo, Salinas se interesó tanto por las arañas que empezó a criarlas y venderlas. “Actualmente me ocupo yo sola de todo el cuidado y la cría”, comenta, y señala que en su casa tiene ahora mil tarántulas. “Me encantan por lo peculiares e imprevisibles que son. Me encanta que me den tiempo para reflexionar y relajarme mientras las cuido, aunque no puedan devolverme el amor”. 

Salinas, que recibió un diagnóstico de TDAH grave, dice que las tarántulas han sido un factor esencial para aprender a concentrarse. Además, disfruta de cada minuto que pasa con ellas. “Hay tantas cosas que desconocemos sobre las tarántulas, así que tenerlas es un proceso de aprendizaje continuo que también es bueno para un cerebro con TDAH”, afirma. 

spinner image Lisa Steele y sus pollos
Lisa Steele dice que le gusta pasar tiempo al aire libre con sus pollos. Mientras buscan gusanos a su alrededor, ella se sienta con un libro y una bebida.
Greta Rybus

Lisa Steele, 58 años 
​Dixmont, Maine 
Mascotas: pollos 

“Mis abuelos tenían pollos y yo los crie de niña, pero eran ‘solo’ pollos”, dice Steele. “Por eso me sorprendió mucho lo diferente que fue la experiencia cuando los tuve de adulta, en el 2009”. 

Steele descubrió que disfrutaba al ser la adulta encargada del cuidado de los pollos, lo que incluía ponerles nombre cuando eran pequeños, darles de comer y procurar que estuvieran bien abrigados, comieran bien y crecieran bien. Eso incluye conocer bien a los pollos. 

“Surgieron sus distintas personalidades”, nos dice Steele. “Tenemos algunas divas, otros cariñosos, traviesos, hay de todo”. 

Steele, autora de The Fresh Eggs Daily Cookbook: Over 100 Fabulous Recipes to Use Eggs in Unexpected Ways, disfruta mucho del tiempo que pasa al aire libre mientras los pollos corretean en busca de bichos y gusanos. “Me siento al aire libre con un libro y una bebida fría y simplemente me pierdo en el momento, mientras los observo tumbarse al sol o perseguirse unos a otros”, nos cuenta. 

Para Steele, criar pollos y gallinas se ha convertido en mucho más que la producción de huevos. “Les das comida y agua, los acaricias y les hablas. A diferencia de nuestro perro y nuestro gato, estas mascotas nos dan el desayuno. Es muy cliché, pero realmente son mascotas con beneficios”, explica. 

Lo que debes tener en cuenta antes de decidir tener una mascota 

¿Estás pensando en tener una nueva mascota en casa? Estas son algunas medidas que debes tomar primero.

  • Consulta con el médico. “Antes de que alguien quiera incluir una mascota en su vida, debe consultar tanto con un veterinario como con su médico personal para asegurarse de que no existen riesgos para la salud”, dice Mader. Según él, estos riesgos pueden abarcar desde simples alergias, posibles enfermedades contagiosas o incluso traumatismos, como la mordedura de un pájaro grande. 

Además, las personas que toman ciertos medicamentos que pueden comprometer el sistema inmunitario, como la quimioterapia o los esteroides, son particularmente propensas a contraer ciertas enfermedades de los animales, como la salmonelosis, que se suele dar en los reptiles, agrega Mader. 

Tener estos trastornos no significa que no puedas tener una mascota, pero es importante consultar con el veterinario para que te indique el modo adecuado de alojar y mantener las mascotas sin que supongan un riesgo para la salud. 

  • Considera el tiempo que vivirá la mascota. Quien quiera incorporar una mascota a su vida debe tener en cuenta la mascota y la cantidad de años que puede vivir, señala Mader. Por ejemplo, su pájaro Simon solo tiene 30 años. “Yo tengo 66. Simon vivirá más que yo. Tengo que asegurarme de prever lo necesario para el cuidado de Simon cuando yo ya no esté”, sostiene. 
  • Investiga en qué consiste el cuidado de una mascota. Los perros necesitan visitas frecuentes al veterinario, paseos diarios y aseo, y hay que recoger su excremento. Los lagartos pueden necesitar consumir grillos vivos, y quizá debas alimentar las serpientes con ratones. Algunas mascotas necesitan lámparas calefactoras especiales y hábitats que les den acceso a fruta fresca, verdura y agua constante. Además, tendrás que pensar en la frecuencia con que la mascota necesita que le cambien y limpien su espacio.
  • Asegúrate de tener opciones para el cuidado de tu mascota. ¿Sueles viajar? Tendrás que pensar en la forma de conseguir quién se ocupe de tus mascotas. Algunas tiendas de animales alojan a los pájaros por una tarifa diaria. Los peces o los hámsteres pueden quedarse en casa de un vecino, y un perro puede alojarse en una guardería para animales o acompañarte en el viaje. Antes de traer una mascota a casa, es importante que te asegures de tener un plan para el cuidado de tu mascota cuando estés fuera o que tengas acceso a un cuidador en el futuro. 

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