Skip to content
 

Una mascota puede retrasar el deterioro cognitivo en los adultos mayores

Los investigadores afirman que el vínculo entre humano y animal protege la agudeza mental de los mayores de 65 años.

Mujer sentada en un sofá, abraza a su perro

Getty Images

In English

Los científicos saben desde hace mucho tiempo que las mascotas ayudan a las personas a eliminar el estrés y a mantener una rutina saludable. Además, pueden contribuir a reducir la depresión y el dolor físico y, en muchos casos, ofrecen un sentido de propósito.

La información de un nuevo estudio sugiere que para las personas mayores tener una mascota es incluso mejor de lo que ya se sabía. En este estudio preliminar, publicado por investigadores de University of Michigan, se ha relacionado tener una mascota a largo plazo con el retraso del envejecimiento cerebral en los adultos mayores de 65 años. Los nuevos datos se presentarán en la 74.ª Reunión Anual de la American Academy of Neurology, que se celebrará en Seattle a principios de abril.

"En estudios anteriores se ha sugerido que el vínculo entre un ser humano y un animal puede tener beneficios para la salud, como la disminución de la presión arterial y el estrés", dijo en un comunicado de prensa la Dra. Tiffany Braley, del Medical Center de University of Michigan en Ann Arbor, quien supervisó el estudio. "Nuestros resultados sugieren que tener mascotas también puede proteger contra el deterioro cognitivo".


Membresía de AARP: $12 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática. Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.


El trabajo de Braley utilizó información del estudio Health and Retirement Study, una evaluación de 1,369 beneficiarios de Medicare, para analizar los datos cognitivos de adultos mayores con una edad promedio de 65 años, que tenían habilidades cognitivas normales al inicio del estudio. El 53% tenían mascotas, y el 32% habían sido dueños de mascotas durante un periodo prolongado de cinco años o más.

Para ese estudio de Medicare, los investigadores midieron la función cognitiva mediante varias pruebas, como contar números, hacer problemas de restas y recordar palabras. Los participantes recibieron una puntuación cognitiva de 0 a 27 en función de su rendimiento.

A lo largo de seis años, las puntuaciones cognitivas disminuyeron a un ritmo más lento en los propietarios de mascotas, especialmente en el tercio que entraba en la categoría de propietarios de mascotas a largo plazo. En promedio, estos tuvieron una puntuación cognitiva compuesta que era 1.2 puntos más alta que la de los que no eran propietarios de mascotas. Esos descensos cognitivos fueron aún más marcados en los participantes negros, los hombres y los adultos mayores con estudios universitarios.

"Definitivamente creo que tener una mascota cambia las cosas", dice la cuidadora Lorie Martan, de 60 años. "Todo lo que ayude a estimular el cerebro es bueno, además de todo el amor que le das al animal".

Las mascotas, las personas y el cerebro

Durante los dos últimos años, Martan ha estado cuidando a una mujer de 80 años confinada en cama, y a su perro y a su gato, en la casa de la mujer en San Clemente, California. La gata, Maggie, pasaba todo el día y la noche en la habitación de su dueña, donde a menudo dormía sobre su pecho.

A Martan le preocupa el bienestar de su empleadora desde la muerte del felino de 21 años en enero. "La gata la mantenía ocupada y entretenida", dice Martan. "Ya no existe esa distracción".

Se necesita más investigación para entender por qué, exactamente, tener una mascota puede ayudar a las personas a conservar su agudeza mental durante más tiempo, pero los investigadores apuntan a los hallazgos de estudios anteriores.

"Ya que el estrés puede afectar la función cognitiva negativamente, los posibles efectos de tener una mascota en la reducción del estrés podrían ofrecer una razón lógica para nuestras conclusiones", afirma Braley. "Un animal de compañía también puede aumentar la actividad física, lo que podría beneficiar la salud cognitiva".

En un reciente estudio japonés (en inglés), realizado por el neurocientífico Yu Taniguchi, que pretendía descubrir la relación entre tener mascotas y la aparición de discapacidades en los adultos mayores de 65 años, se descubrió que los propietarios de perros y gatos hacen más ejercicio con regularidad y tienen relaciones sociales más estrechas que los que no tienen mascotas.

Tener un perro, en particular, parecía proteger contra la discapacidad a los adultos mayores japoneses. La conclusión del informe es que el cuidado diario de un perro puede contribuir a un buen envejecimiento. "Las personas que sacaban a pasear a su perro tenían solo la mitad de las probabilidades de sufrir una discapacidad", dice Lynette A. Hart, vicepresidenta y profesora de Antrozoología y Comportamiento Animal de University of California, Davis.

Otras ventajas de tener una mascota

Pero no solo es el movimiento físico lo que retrasa el deterioro. En un estudio de casi 2,700 personas, realizado en el 2015 en Perth (Australia), San Diego (California), Portland (Oregón) y Nashville (Tennessee), se descubrió que los propietarios de mascotas (especialmente de perros) tenían un 60% más de probabilidades que quienes no tenían mascotas de conocer a personas en su vecindario que no habían conocido antes. "Por supuesto, si tu salud física no es buena, eres más vulnerable a la demencia y al deterioro de la capacidad cognitiva, pero quiero resaltar el contacto social que se logra al tener un perro", añade Hart.

Y los beneficios de esa conexión entre una persona y un animal también existen para los dueños de gatos, como la empleadora de Martan, que pasan tiempo con su mascota en la casa.

En las investigaciones se ha demostrado que los gatos pueden ser más reconfortantes para las personas con discapacidades, que no pueden cuidar a un perro como este lo requiere, y para las mujeres de la "generación sándwich" que cuidan de un padre con Alzheimer y crían a un hijo al mismo tiempo. "Descubrimos que un gato es una mascota que no aumenta el estrés", dice Hart. "Si estás confinado en cama, un gato puede estar en la cama contigo, y eso obviamente es mejor que estar solo día tras día".

Aunque la empleadora de Martan no quiere otro gato en este momento, Martan cree que sería beneficioso encontrarle un nuevo compañero felino mayor. "Es más trabajo para mí, pero sigue siendo mejor para ella tener un gato", dice.

Sara Ventiera es una colaboradora que cubre temas de mascotas, salud y diseño de interiores. Su trabajo ha aparecido en una amplia variedad de publicaciones, entre ellas The New York Times, Food & Wine, Eating y BBC Travel, así como NPR.