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La reina Isabel II, quien falleció el 8 de septiembre a los 96 años, fue honrada hoy en un majestuoso funeral de Estado cargado de historia y de pompa ceremonial. Con la presencia de la familia real, líderes mundiales, ciudadanos destacados por sus obras importantes y aproximadamente 2,000 invitados, la ceremonia en la Abadía de Westminster rindió homenaje, con palabras y canciones, a la vida de la difunta reina dedicada a su familia y a su país.
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En su panegírico, el arzobispado de Canterbury, el reverendísmo Justin Welby, recordó el memorable discurso de la reina a la nación durante la pandemia de COVID. En su conmovedor discurso, ella declaró: “‘Nos volveremos a encontrar’”. Welby terminó con una reflexión sobre ese momento: “Servicio en la vida, esperanza en la muerte. Todos los que siguen el ejemplo de la reina, y su inspiración de confianza y fe en Dios, pueden decir: Nos volveremos a encontrar”.
El estandarte real
La reina Isabel II supervisó todos los aspectos del elaborado funeral de Estado con años de anticipación. Aquí, el féretro, cubierto con el estandarte real, es colocado en el carruaje estatal de armas fuera del Salón de Westminster.
Una familia unida
Los cuatro hijos de la reina, el rey Carlos III; la princesa Ana; el príncipe Andrés, duque de York; y el príncipe Eduardo, conde de Wessex, siguen el ataúd de camino a la Abadía de Westminster.
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