Las 10 novelas del 2019 que debes leer
Libros que nos enseñaron y nos hicieron llorar, reír y pensar.
Las mejores novelas del 2019 cubren 10 siglos y se centran en temas comunes y todavía relevantes: la guerra, el exilio, la separación familiar, y la muerte como compañera de viaje infalible. Pero en casi todos los libros triunfa el amor. El amor por la familia, la pareja, los hijos o la patria. Margaret Atwood, Isabel Allende, Mario Vargas Llosa, María Dueñas y Arturo Pérez Reverte siguen siendo autores favoritos, aunque están surgiendo otros que también han dado de qué hablar.
Por casualidad, o tal vez no, la mayoría de los libros comienzan o terminan en España. Varios podrían ser considerados novelas históricas, y solo uno, Los testamentos, es una traducción del inglés.
He aquí la lista de los libros que, si aún no has leído, debes regalarte antes de que termine la segunda década de este siglo que nos sigue dando, a pesar de todo, abundantes placeres literarios.
La hija olvidada, por Armando Correa (Atria Español)
Aunque parezca que ya se sabe todo lo que ocurrió durante el oscuro periodo del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, aún hay anécdotas que Correa, periodista y escritor cubano radicado en Nueva York, se ha dado a la tarea de rescatar del olvido en una anunciada trilogía. Este año publicó el segundo libro, La hija olvidada, que, como el primero —La niña alemana— nos embruja desde el principio por su exquisito lenguaje y dramática narrativa.
La historia nos lleva desde las avenidas de Berlín hasta el bosque francés, pasando sin posarse en La Habana y, luego, Nueva York. La trama gira alrededor de una familia alemana judía de clase media alta con dos hijas. En 1939, tres de ellos huyen de los alemanes como pueden y lo que queda de la familia se desintegra. El título engancha, pero engaña. En esta novela nadie olvida y nadie que la lea la puede olvidar.
Las hijas del capitán, por María Dueñas (HarperCollins Español)
La española María Dueñas se destaca por escribir libros meticulosamente investigados y crear personajes inolvidables. En Las hijas del capitán lo logra otra vez con creces. Es imposible imaginar que las hermanas Mona, Luz y Victoria no hayan caminado alguna vez por la Calle 14 de Manhattan, como miles de españoles que emigraron a Nueva York al principio del siglo XX.
Es una emigración poco conocida, pero Dueñas se ha encargado de rescatarla a todo color. Más allá de su trabajo académico —Dueñas era profesora antes de dedicarse a la literatura— Las hijas del capitán es una novela que atrapa desde las primeras páginas cuando la escritora nos presenta la disyuntiva que muchos emigrantes han enfrentado: quedarse y luchar en tierra desconocida o regresar a lo conocido, aunque pobre. Lo que hacen estas chicas con sus vidas se siente personal y a la vez universal. Así se escriben los buenos libros.
Largo pétalo de mar, por Isabel Allende (Vintage Español)
En su más reciente novela, Allende regresa a los temas donde más brilla su siempre luminosa prosa: Chile, la poesía, el amor, y las revoluciones. En esta ocasión teje magistralmente una historia que une la guerra civil española con Chile a través de un evento histórico: el barco Winnipeg que llevó a más de 2,000 refugiados de la guerra a ese estrecho país al lado del Pacífico, que el poeta Pablo Neruda en una ocasión describió como un “largo pétalo de mar”.
Neruda es un personaje importante en la novela, pues es él quien imagina y logra la travesía del barco. Abordo navega una pareja recién casada por necesidad, con un bebé en brazos. Lo que ocurre con ellos en su larga vida es el motor impulsor de la novela que, como todos los libros de Allende, es compleja, como la vida. Y, como la vida, llega a su fin dejándonos con deseos de más.
Sidi, por Arturo Pérez Reverte (Alfaguara)
Cuesta pensar que hacía falta una nueva versión de la leyenda del Cid, pero Pérez Reverte se dio esa tarea y ha logrado contar una de las más antiguas leyendas de la literatura española en un lenguaje para nuestros tiempos. El Cid fue un caballero castellano de principios del siglo XI que luchó contra la ocupación musulmana de España hasta su muerte.
En la novela, Pérez Reverte humaniza a la leyenda. Conocemos a Rodrigo, el hombre valiente, sobrio y sencillo, pero de carácter fuerte y gran liderazgo más conocido como el Cid Campeador. Para los que nunca leyeron El Cid, esta es lectura obligada. Para los que lo leyeron y quieren volver a vivir momentos de gloriosas batallas hay pocos autores que puedan describir el olor de la sangre y el fulgor de las batallas como lo hace Pérez Reverte.
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Tiempos recios, por Mario Vargas Llosa (Alfaguara)
Con esta novela el premio Nobel peruano vuelve a su esencia contando la triste historia de América Latina a partir de hechos históricos; en esta ocasión el golpe militar que derrocó al gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954.
Tiempos recios retrata a una América Latina que ya apenas existe, una región controlada no por las drogas y pandillas, sino por el comercio de la banana a través de la United Fruit Company, los intereses de la CIA y la moral férrea de la iglesia Católica en su versión más conservadora, donde un padre podía desheredar a su hija por salir embarazada fuera del matrimonio.
Este, como La fiesta del chivo, es lectura obligada para los que prefieren lecciones de historia dosificadas por la ficción creada por una de las mentes más claras del continente.
Recuérdame, por Mario Escobar (HarperCollins Español)
Escobar también se adentra este año en el tema de la guerra civil, esa herida que continúa abierta en España 80 años después de su fin. El autor español, que además de novelista es historiador, se enfoca en la partida de cientos de niños, entre 5 y 12 años, de España a México para salvarlos de la guerra en el verano de 1937.
El título se refiere a una de las escenas más desgarradoras del libro cuando la madre de los niños protagonistas, al despedirse de sus hijos, les pide que no la olviden. Eso es imposible, porque los amores reales superan las distancias y hasta las guerras.
La hija de la española, por Karina Sainz Borgo (Lumen)
Esta novela fue la sensación del año y con razón. Para los que seguimos los sucesos en Venezuela, se siente demasiado real. La violencia, la escasez, la pobreza y la desesperanza son temas que se repiten como si estuviéramos viendo las noticias diarias, pero la venezolana Sainz Borgo va más allá, explorando los límites de la naturaleza humana. ¿De qué somos capaces? ¿Cuán lejos podemos ir para salvar la vida y escapar del infierno?
Es difícil reseñar este libro sin revelar la trama, que se centra en la vida de Adelaida, quien acaba de perder a su madre y, a los 38 años, se encuentra sola en una Caracas que cada vez se le hace más ajena, y donde debe luchar diariamente por conseguir lo esencial, desde toallas sanitarias hasta aceite de cocinar y papel higiénico.
Este no es un libro para escapar de la realidad. Todo lo contrario, te obliga a insertarse en ella y a sentir, como la autora, los gases lacrimógenos, los atropellos y los golpes, físicos y del alma.
Los testamentos, por Margaret Atwood (Salamandra)
De todos, este es el libro más cruento y, a la vez, más fantasioso de la lista. Atwood, que además de novelista es poetisa, es la misma que escribió El cuento de la criada hace casi cuatro décadas. Ahora, para deleite de sus fanáticos, la autora canadiense nos lleva otra vez a la República de Gilead, ese lugar macabro en el futuro donde las mujeres han perdido todos sus derechos y solo tienen valor aquellas que puedan procrear.
Atwood ha dicho que ella no ha inventado nada, que todo lo que pasa en sus novelas —la mutilación, la enajenación, la represión, las violaciones rutinarias— ha pasado o le continúa pasando a mujeres en algún lugar del mundo.
En esta novela el personaje de la Tía Lidia es clave, y entendemos más como es que se formó la república de Gilead y por qué. Entre tanta desolación, Atwood siempre se las arregla para que triunfe el espíritu humano. Las últimas palabras de la novela lo dicen todo: “el amor va más allá de la muerte”.
Mañana tendremos otros nombres, por Patricio Pron (Alfaguara)
Esta novela le valió a Pron el Premio Alfaguara, entre otras cosas, por “reflejar la época contemporánea de manera excepcional,” según el acta del jurado del premio. Pero esa realidad es tan impersonal que el autor se refiere a los protagonistas como “Él” y “Ella”.
De manera que, al principio se siente una barrera entre el texto y el lector hasta que se convierte en parte de la experiencia de la lectura. ¿Es que acaso no es así la vida moderna, en la que preferimos enviar mensajes de texto antes de hacer una llamada o ver a nuestros amigos cara a cara?
Con esta novela —la historia de la ruptura de una pareja en Madrid— el escritor argentino retrata la alienación de la vida actual y nos pone un espejo frente al rostro. Es en ese momento que “Él” y “Ella” salen del anonimato.
Los crímenes de Alicia, por Guillermo Martínez (Ediciones Destino)
Fascinante novela, que, como otras este año, parte de un hecho real: la exploración de la rara amistad del escritor que se hizo llamar Lewis Carroll con las niñas, específicamente con Alicia, a la que conoció cuando apenas tenía tres años y para la que escribió Alicia en el país de las maravillas, un libro cuya popularidad ha sobrevivido más de un siglo.
Durante años se ha especulado que hubo una turbia historia tras el interés desmedido del escritor por las niñas. Y de eso se trata la novela del escritor y matemático argentino Guillermo Martínez, ganadora del Premio Nadal 2019. En 1994, la Hermandad Lewis Carroll ha decidido publicar los diarios de Carroll, pero falta una página clave. La búsqueda de la página se entrelaza con una serie de crímenes e intrigas que hacen que este libro —un misterio escrito con inteligencia— sea imposible de dejar.