Jennifer Lopez le solicita el divorcio a Ben Affleck

Affleck es protagonista, escribe, dirige o produce (o las cuatro cosas) películas sobre personajes complejos, a menudo oscuros, que luchan contra sus demonios. En sus películas, en su mayoría autoproducidas, Lopez tiende a interpretar al mismo personaje: una jefa sexi a cargo de su propio destino. Básicamente, ella misma. Ha hecho tres películas que incluyen bodas en el título: Shotgun Wedding (2022), Marry Me (2022) y The Wedding Planner (2001); la sutileza no es su especialidad. Especialmente cuando se trata de transformarse en “JLo” en el escenario: ropa sexi, cabello voluminoso, movimientos frenéticos. El lema de JLo: más grande siempre es mejor. A medida que la carrera de Ben se ha profundizado con el tiempo, la de ella ha permanecido constantemente superficial.

Se podría llamar a JLo una “adicta al amor”. La entrevisté para varias portadas de revistas (W, Harper's Bazaar) a mediados y fines de la década de 1990; en una entrevista, ella admitió: “No puedo evitarlo, llevo mi corazón abierto. Siempre lo he hecho. Soy una romántica sin remedio. He estado buscando a mi alma gemela. Es una búsqueda que nunca abandonaré. Solía sentirme avergonzada. Finalmente, acabo de darme cuenta — así soy yo”. Así era en aquel entonces, pero también lo es ahora.

JLo es una estrella más grande que sus exparejas. Al igual que Ben. Él es alfa. Ella también. Eso es algo que tienen en común, pero las relaciones alfa/alfa no funcionan, afirma la experta en relaciones y autora (Getting to I Do) Pat Allen (y muchos otros consejeros matrimoniales). No puedes tener dos energías masculinas en una relación. Allen afirma que cuando ambos en la pareja son alfa crean una química ardiente que a menudo combustiona, sin dejar nada más que humo.

No pasó mucho tiempo después de que Bennifer 2.0 se casara en el 2022 (con varios vestidos y varias bodas) para que ambos rostros públicos adoptaran expresiones regulares: el de ella, adorador; el de él, miserable. ¿Los recuerdas en los Grammy del 2023? Los corredores de apuestas de las Vegas nunca fueron optimistas. “Vi a [Trevor Noah acercarse] y pensé, 'Ay, Dios'“, le dijo Affleck a The Hollywood Reporter....” Me incliné hacia ella y le dije, 'En cuanto empiecen a rodar, me voy a deslizar lejos de ti y te voy a dejar sentada junto a Trevor'. Ella me dijo, 'Más te vale que no te vayas'. Eso es algo de marido y mujer”.

Comparemos algunas de sus frases sobre la fama, estar en el ojo público... y el amor. Hablemos de contraste.

Ben (a Kevin Hart en su programa de Peacock Hart to Heart, en junio de este año): “… Ella es tan famosa.... Estábamos caminando por Times Square ... [la atención de los admiradores] era toda una locura ... No me gusta que me presten mucha atención. Por eso la gente me ve y dice, '¿Por qué este tipo siempre está enojado?' Porque alguien tenía su cámara pegada en mi cara ... Estoy con mis hijos... Puedes tomar mi foto cuando estoy en un estreno, lo que sea ... Me importa un ca****. Pero cuando estoy con mis hijos, eso es otra cosa”.

Jennifer (2022, a la revista People): “Solo quiero que mi futuro esté lleno de amor y felicidad, con mis hijos y mi pareja. Ver a la persona, al ser humano, al hombre que es hoy, al padre que es hoy, al compañero que es... es todo lo que siempre supe que era y que quería ser”.

La mayoría de las grandes estrellas modernas del cine (en inglés), la televisión y la música en la actualidad luchan todos los días por su preciada privacidad, dada la gran oportunidad que existe de perderla.

¿Por qué Jennifer tuvo que tomar las cartas de amor que Ben le había escrito durante 13 años para armar This is Me Now... A Love Story, una película, un álbum y documental? Era compulsivo, nadie podía detenerla. Ella gastó $20 millones de su propio dinero. Aun así, el disco fue un fracaso y la gira se canceló; Ben se mudó a una casa de alquiler casi al mismo tiempo, a principios de mayo, que la salida en solitario de JLo como copresentadora de la Gala del Met, con un vestido con curvas que llamaba la atención y su rostro, generalmente radiante, lleno de pura miseria.

Desde entonces, muchos medios de comunicación han especulado que Jennifer Lopez de repente parece, bueno, anticuada. Más Liz Taylor que Taylor Swift. JLo proviene de la era de las divas de un solo nombre: Cher y Madonna, aspirantes a la dominación mundial con discos, giras, películas, portadas de revistas, líneas de ropa, campañas publicitarias, líneas de fragancias, joyas llamativas y alta costura. En los últimos meses, los críticos y las publicaciones sociales la han calificado de “antipática”, “vulgar” y tan repetitiva con su estilo de los años 90, que no atrae a la juventud de hoy.

Liz Taylor, que también ansiaba diamantes y matrimonio, se casó ocho veces con siete hombres. Jennifer Lopez ha estado comprometida seis veces (dos veces con el mismo hombre), casada cuatro. Las divas decididas suelen conseguir lo que quieren: los altos, los bajos, y luego luchan para encontrar los altos de nuevo. Incluso si la montaña rusa les trae tristeza, pueden levantarse, sacudirse el polvo de la depresión, vacacionar en barcos por Italia con trajes de baño atrevidos y casarse nuevamente poco después.

Probablemente, esta vez, con un beta.