En lenguaje simple, de la misma manera en que los adultos saben que el conejo de Pascua y Santa Claus no existen, los inversores adultos saben que no hay un hada selectora de acciones o un duende de la oportunidad de mercado.
P. ¿Cuáles cree usted que son los mayores riesgos a corto plazo en un mercado volátil como este?
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R. Que el mercado se comporte normalmente. En otras palabras, incluso una encuesta superficial de la historia revela que las caídas de precios del 50% ocurren una o dos veces en cada generación, y que es posible que ocurran caídas peores. En una ocasión será un colapso bancario; en otra, una guerra; la vez siguiente será una epidemia y la siguiente será algo en lo que nadie había pensado antes. Los mercados en baja son tan parte del mercado como los mercados en alta.
P. ¿Cuáles son los mayores riesgos a largo plazo hoy, y cómo nos podemos preparar para afrontarlos?
R. Un riesgo es el pánico financiero, que tiende a causar deflación, es decir, un período en el que los precios caen. El otro riesgo a largo plazo es la inflación Obviamente, uno no puede protegerse por completo contra ambos, pero es posible suavizar parcialmente los dos riesgos a través de la inversión en bonos de alta calidad a corto plazo y con la tenencia de acciones, que son una protección bastante buena contra la inflación en el muy largo plazo.
P. Los bonos han sido el diversificador tradicional de la mayoría de las carteras, pero es difícil sentir mucho entusiasmo por ellos después de casi 40 años de mercados alcistas. ¿Qué otras opciones sugeriría?
R. Tápate la nariz y cómpralos. Hay un motivo por el que a Warren Buffett le gustan los bonos del Tesoro, incluso con rendimiento cercano a cero: [cuando las cosas van mal en el sistema financiero,] casi todos los otros tipos de bonos sufren algún recorte, y a veces el recorte es grave. Hace 50 años, un analista llamado Raymond DeVoe observó: "Se ha perdido más dinero buscando un buen rendimiento que a punta de pistola". Los valores de inversión con garantía del Gobierno, como los certificados de depósito y los valores del Tesoro, te permiten dormir de noche, pagar las cuentas cuando las cosas se vuelven realmente oscuras, como ahora, y te dan coraje para comprar acciones cuando parece que todos los demás se alejan de ellas a gran velocidad.
P. El riesgo mayor para un inversionista jubilado es quedarse sin dinero. ¿Hay alguna regla de oro para efectuar retiros?
R. Antes de los 70 años, no deberías gastar más del 3% de tu cartera cada año; después de esa edad, tal vez puedas aumentar la tasa de extracción un punto porcentual cada cinco años. Por supuesto que hay un punto de compromiso entre la seguridad y el gasto. La mayoría de las personas, si quieren estar tan seguras como sea posible, tal vez deban vivir como monjes; por otro lado, podrían tener un buen estándar de vida, pero solo a costa de arriesgar el empobrecimiento en la edad avanzada.
P. Si tuviera el poder de modificar el sistema jubilatorio del país, ¿qué haría?
R. La persona promedio tiene tanto que hacer en la administración de su cartera de jubilación como en extirpar el apéndice de su hijo o pilotear su propio avión. (Eso no es una exageración, es sabido que los médicos y los pilotos son muy malos inversores). Yo reforzaría el Seguro Social y tal vez lo suplementaría con un sistema nacional de pensión completamente portátil, de bajo costo y con gestión pasiva, contra el cual no se podrían pedir préstamos y que goce de las mismas protecciones legales que el Seguro Social.
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