Vida Sana

Buenas noticias para quienes beben té negro: una investigación reciente sugiere que esta bebida puede aumentar tus probabilidades de vivir más tiempo.

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El estudio de los Institutos Nacionales de la Salud y la Facultad de Medicina Feinberg de Northwestern University sugiere que el té negro puede proporcionar beneficios de salud a las personas que beben dos o más tazas diarias.
"Consumir más té estuvo moderadamente asociado con un menor riesgo de mortalidad durante una mediana de 11.2 años de seguimiento", según el estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine (en inglés).
Cómo se realizó el estudio
Investigaciones anteriores han sugerido que hay un vínculo entre el consumo de té verde y un menor riesgo de mortalidad, pero los hallazgos sobre el consumo de té negro habían sido limitados y contradictorios.
Para refinar los resultados, los investigadores recurrieron a una base de datos de salud que cuenta con una gran cantidad de amantes del té en el Reino Unido. La base de datos UK Biobank cuenta con casi 500,000 hombres y mujeres de entre 40 y 69 años, quienes han completado encuestas de salud por más de una década.
"Además de una gran prevalencia y amplia variedad de consumo de té, UK Biobank tiene una muestra amplia, tiempo extendido de seguimiento, información sobre los aditivos y la temperatura del té, datos genéticos y una evaluación exhaustiva de los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida y las enfermedades", indicó el estudio.
Los investigadores señalaron que el 19% de la cohorte beben seis o más tazas de té diarias. Pero más importante aún, aproximadamente un 89% de las personas que beben té regularmente en el Reino Unido consumen té negro en vez de verde.
El gran tamaño de la muestra de participantes que consumen té negro permitió que los investigadores analizaran otros factores sobre el consumo del té más allá de la cantidad de tazas. También consideraron la temperatura y las diferencias entre los participantes que le añadían leche y azúcar a su taza de té. Además, evaluaron las variaciones genéticas relacionadas con el metabolismo de la cafeína.
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