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10 mitos sobre las vacunas contra el coronavirus

Cuando se trata de vacunarse contra la COVID-19, hay que separar la realidad de la ficción.


spinner image Una persona recibe la vacuna contra la COVID
La vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech se administra en una clínica de Cardiff, Gales.
MATTHEW HORWOOD/GETTY IMAGES

Desmentimos 4 mitos sobre la COVID

Un informe (en inglés) del 2021 de la Kaiser Family Foundation (KFF) encontró que casi el 80% de los adultos creen al menos una de ocho afirmaciones falsas sobre la pandemia de COVID-19 o las vacunas, o tienen dudas al respecto. Una encuesta anterior  (en inglés) de la KFF encontró que alrededor del 80% de los adultos que no querían vacunarse creían al menos un mito prevaleciente sobre la vacuna contra la COVID-19 o tenían dudas al respecto.

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“Lamentablemente, hemos visto una y otra vez que la información errónea lleva a malos resultados de salud”, dijo el cirujano general de EE.UU. Vivek Murthy sobre el tema durante una teleasamblea de AARP.

Un artículo del 2022 publicado en JAMA Health Forum estima que hasta 12 millones de personas en el país puede que hayan optado por no recibir las vacunas contra la COVID debido a información errónea. “Creo que la desinformación, literalmente, le estaba costando la vida a las personas”, dijo Murthy.

Estos son algunos mitos comunes sobre las vacunas contra el coronavirus y la verdad detrás de cada uno de ellos.

Mito 1: Las vacunas se desarrollaron demasiado rápido para ser confiables

Es cierto que las vacunas contra la COVID-19 llegaron en un tiempo récord, pero los pasos que se apresuraron “fueron esencialmente los trámites de documentos”, explicó en una conferencia de prensa el Dr. Andrew Bradley, experto en vacunas y profesor en Mayo Clinic. Todas las vacunas disponibles se probaron en decenas de miles de personas en ensayos clínicos, y su seguridad y eficacia se evaluaron rigurosamente.

Los científicos tuvieron algo de ventaja desde el principio, lo que ayudó a acelerar el proceso. El virus que causa la COVID-19 está relacionado con otros coronavirus que han sido estudiados durante años, incluidos los que causan el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS). “Los conocimientos adquiridos a través de investigaciones anteriores sobre las vacunas contra el coronavirus ayudaron a acelerar el desarrollo inicial de las vacunas actuales contra la COVID-19”, dicen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Invertir en la fabricación y distribución tempranas también contribuyó a que las vacunas llegaran a la población con mayor rapidez de lo habitual. Aunque dos de las vacunas (Pfizer y Moderna) son un nuevo tipo de vacuna, llamada ARNm (ácido ribonucleico mensajero), los investigadores han estudiado la tecnología durante décadas en una variedad de enfermedades, entre ellas la gripe, el Zika y la rabia, e incluso el cáncer. Este tipo de vacuna entrega un conjunto de instrucciones a las células y les enseña a producir una proteína que luego produce una respuesta inmunitaria al virus.

Mito 2: Las vacunas alterarán tu ADN

Ninguna de las vacunas interactúa o altera el material genético, o ADN (ácido desoxirribonucleico), de una persona, confirman los CDC. Las vacunas ayudan a las células a crear protección contra una infección por coronavirus, pero el material de la vacuna nunca entra en el núcleo de la célula donde vive el ADN.

En el caso de las vacunas de ARNm, después de que la célula ha utilizado las instrucciones entregadas, descompone y se deshace del ARNm. Y el material genético que entrega el vector viral (usado en la vacuna de Johnson & Johnson) no se integra al ADN de una persona, afirman los CDC.

Mito 3: Si ya has tenido COVID-19, no necesitas vacunarte

Incluso si has tenido COVID-19, los expertos recomiendan que te vacunes y te mantengas al día con los refuerzos.

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Una razón: no está claro cuánto tiempo estás protegido de la enfermedad después de una infección. Otra razón: las personas que tuvieron COVID-19 y no se vacunaron después tienen más probabilidades de volver a contraer la enfermedad, en comparación con las personas que se recuperaron y luego se vacunaron, según las investigaciones (en inglés).

Mito 4: Puedes deshacerte de tu mascarilla después de vacunarte

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En este momento de la pandemia, nos hemos familiarizado con las variantes, incluso las subvariantes. Estas diferentes versiones del coronavirus surgen cuando el virus muta. A diferencia de lo que dicen los rumores, las vacunas no causan variantes. De hecho, las vacunas pueden ayudar a evitar que aparezcan otras variantes potencialmente más peligrosas.

Los CDC explican que la alta vacunación en una población reduce la propagación del virus, lo que le da menos oportunidades de mutar.

Mito 5: Las vacunas contienen una versión viva del coronavirus

Ninguna de las vacunas disponibles en el país contiene el virus vivo que causa la COVID-19, y no pueden provocarte la enfermedad ni hacer que des positivo a la prueba. Las vacunas utilizan técnicas científicas para entrenar al organismo para que reconozca y combata el coronavirus.

Si bien las vacunas contra el coronavirus no te harán enfermar de COVID-19, pueden causar efectos secundarios en algunas personas. Los efectos secundarios más frecuentes son dolor en el lugar de la inyección, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre y dolores musculares. La mayoría de las reacciones son temporales y desaparecen en unos pocos días, según los CDC.

Mito 6: Las vacunas contienen microchips o pueden magnetizar tu organismo.

Estos dos rumores circularon en las redes sociales, y ninguno es cierto. “Las vacunas se desarrollan para combatir enfermedades y no se administran para rastrear los movimientos de las personas”, dicen los CDC. Las vacunas no contienen metales ni materiales que puedan generar un campo electromagnético.

Tampoco contienen productos fabricados, como elementos microelectrónicos, electrodos, nanotubos de carbono o nanoalambres, ni productos de huevos, gelatina, látex o conservantes.

Mito 7: Las vacunas pueden causar problemas de fertilidad

En la actualidad, no hay evidencia de que ninguna vacuna cause problemas de fertilidad en mujeres u hombres, dicen los CDC. Se recomienda la vacunación para las personas que están lactando a un bebé, están embarazadas o tienen planes de un embarazo futuro.

Las investigaciones (en inglés) demuestran que algunas mujeres pueden observar cambios en la duración del ciclo menstrual después de vacunarse contra la COVID. Estos cambios “parecen ser pequeños, dentro del rango normal de variación, y temporales”, dijo la Dra. Diana Bianchi, directora del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD) de los Institutos Nacionales de la Salud.

Varios factores pueden llevar a cambios temporales en los períodos menstruales, entre ellos el estrés, el estilo de vida, los medicamentos y más. Los últimos hallazgos de las investigaciones “brindan información adicional para asesorar a las mujeres sobre lo que pueden esperar después de la vacunación”, dijo Bianchi.

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Mito 8: No debes vacunarte si alguna vez has tenido una reacción alérgica

Si tienes un historial de reacciones alérgicas a medicamentos orales, alimentos, animales domésticos, picaduras de insectos, látex o elementos en el medioambiente como el polen o el polvo, puedes recibir la vacuna contra la COVID-19 con total seguridad, dicen los CDC. También puedes vacunarte si eres alérgico al huevo, ya que ninguna de las vacunas autorizadas contiene huevos o componentes relacionados con el huevo.

El único grupo que, según la agencia, debe abstenerse definitivamente es el de las personas que alguna vez han tenido una reacción alérgica grave a cualquier ingrediente de una vacuna contra la COVID-19. Si has tenido una reacción alérgica a otras vacunas o a medicamentos intravenosos, los CDC recomiendan que hables con tu médico para determinar si es conveniente que te vacunes.

Un pequeño número de personas que han recibido la vacuna contra la COVID-19 han experimentado la reacción alérgica grave denominada anafilaxia. Aunque una reacción anafiláctica es potencialmente mortal, casi siempre ocurre en los 30 minutos siguientes a la vacunación y se puede detener rápidamente con medicamentos como la epinefrina.

Mito 9: La COVID no afecta tanto a los niños, por lo que no necesitan la vacuna

Es cierto que los jóvenes tienden a enfermarse menos que los adultos mayores cuando se contagian de COVID, pero aun así la enfermedad los afecta mucho.

Unos miles de niños han muerto desde el comienzo de la pandemia, y muchos más han sido hospitalizados. La vacunación de los niños ayuda a mantenerlos en la escuela, los deportes y otras actividades, señalan los CDC.

Las vacunas y los refuerzos contra la COVID-19 están disponibles para niños de hasta 6 meses.

Mito 10: Si las vacunas funcionaran, no tendríamos que actualizarlas. 

El virus ha cambiado desde que llegó a principios del 2020, y a medida que cambió, se volvió más eficaz evadiendo algunas de las defensas de las vacunas originales. En el otoño del 2022, las vacunas contra la COVID-19 recibieron una actualización para combatir mejor las cepas del virus que circulan, de manera similar a la forma en que la vacuna contra la gripe se reformula cada temporada.

Las investigaciones de enero del 2023 muestran que las personas que recibieron esta vacuna actualizada (bivalente) tienen menos probabilidades de morir a causa de la COVID-19 que las personas vacunadas que optaron por no recibir el refuerzo. Las tasas de hospitalización son más bajas para las personas que recibieron el refuerzo bivalente en comparación con las que no lo hicieron.

La mayoría de las personas solo pueden recibir una dosis de la vacuna bivalente. Los adultos de 65 años o más y las personas inmunocomprometidas pueden regresar para recibir un segundo refuerzo.

Nota de redacción: este artículo se publicó el 18 de marzo del 2021. Se ha actualizado con nueva información.

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