Vida Sana
Los adultos mayores y sus familias pueden pensar que las medidas federales de protección contra el abuso de ancianos se aplican por igual a los residentes de hogares de ancianos y a los de centros de vida asistida.
En realidad, la protección federal es escasa en el creciente mundo de las residencias de vida asistida. Esto se debe a que el Gobierno de Estados Unidos deja en gran medida la supervisión de los centros de vida asistida a los estados, lo que resulta en una diversidad de reglas de costa a costa.
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Esta situación continúa incluso a medida que los residentes de los centros de vida asistida —que pagan la mayor parte de su atención— envejecen y tienen más necesidades médicas. La mayoría tiene trastornos cognitivos, en forma similar a los residentes de hogares de ancianos en años pasados.
Hoy día, en el país funcionan casi 29,000 centros de vida asistida, superando en número a los hogares de ancianos en casi 2 a 1.
Se está usando más dinero federal en el pago de centros de vida asistida: Medicaid paga por casi el 17% de los residentes en esos centros. Aun así, cuando se trata del maltrato de adultos mayores, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), un organismo federal, continúan confiando en los estados para vigilancia y prevención.
Las disposiciones estatales sobre reportes son más laxas
Ahora, un estudio del Gobierno (en inglés) publicado este año concluye que las reglas estatales para reportar e investigar el abuso de adultos mayores en los centros de vida asistida por lo general son mucho más débiles que las reglas federales paralelas para hogares de ancianos.
Señales de posible abuso
Si visitas a familiares o amigos en residencias de vida asistida, busca estas señales de advertencia de posible maltrato o negligencia.
- Temor. La persona se siente intimidada por el personal.
- Lesiones. Moretones, llagas por presión o huesos rotos.
- Falta de limpieza. Apariencia descuidada y olores corporales, como olor a orina.
- Cambios en el estado de ánimo. Llanto, desesperanza o vergüenza.
- Pérdida de peso. Comida inadecuada o poco apetito.
Si sospechas abuso, consulta con los administradores de las instalaciones y el defensor estatal de cuidados a largo plazo.
Fuentes: National Consumer Voice for Quality Long-Term Care, Justice in Aging
Por ejemplo, si un adulto mayor es víctima de abuso en un hogar de ancianos, las leyes federales requieren que el hogar notifique a las autoridades dentro de un plazo específico. Según el informe de agosto del 2019 de la Government Accountability Office (GAO, Oficina de Responsabilidad Gubernamental) —la principal agencia de auditoría del Gobierno federal—, ninguna de las normas federales regula el abuso en los centros de vida asistida.
Otro informe de la GAO el año pasado (en inglés) encontró que 26 de 48 agencias estatales de Medicaid no pudieron citar la cantidad de incidentes graves en centros de vida asistida, incluido el abuso físico, emocional y sexual, en parte porque las agencias carecían de sistemas para recopilar esa información.
El informe halló que tres estados no hacen seguimiento de las muertes inesperadas o sin explicación, cinco estados no vigilan el uso no autorizado de contención y tres estados no registran las derivaciones de la policía o del médico a los servicios de protección de adultos (las agencias que ayudan a los adultos mayores víctimas de abuso y negligencia).
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